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Por qué a veces no podemos perdonar a alguien por más que lo intentemos, según esta psicóloga
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Por qué a veces no podemos perdonar a alguien por más que lo intentemos, según esta psicóloga

¿Por qué a veces no podemos dejar atrás el daño que alguien nos hizo? Alejandra de Pedro analiza cómo el proceso de soltar el dolor es más complejo de lo que parece

Foto: Foto: iStock.
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Alejandra de Pedro, psicóloga, explica en un vídeo por qué a veces el perdón se convierte en una tarea complicada, incluso cuando tenemos la intención de otorgarlo. Según la experta, perdonar no significa olvidar, justificar o reconciliarse, sino un proceso profundamente personal que está más relacionado con el autocuidado que con la relación con la otra persona.

De Pedro señala que "perdonar a alguien no significa olvidar lo sucedido. Es habitual escuchar frases como 'ya me dijiste que me ibas a perdonar, deja de sacar el tema', pero no siempre es posible dejar de recordar". Estos recuerdos pueden aparecer en forma de flashbacks o incluso pesadillas, dificultando que la herida se cierre rápidamente. Además, aclara que "el perdón se otorga, pero la confianza se repara y se trabaja", diferenciando ambos conceptos como procesos independientes.

Otro de los aspectos fundamentales que aborda es el mito de que perdonar implica justificar el daño recibido. "No tienes por qué entender por qué te hicieron eso, ni mucho menos justificarlo. Hacer un esfuerzo por comprender puede ayudar, pero no siempre es necesario y, en algunos casos, puede generar aún más daño", destaca la psicóloga.

La búsqueda de justicia también es compatible con el perdón. De Pedro pone como ejemplo situaciones en las que se puede entender el motivo detrás de una acción dañina, pero sin renunciar a la reparación del daño: "Si alguien te ha quitado dinero, puedes perdonar entendiendo que en ese momento estaba desesperado, pero eso no significa que no tengas derecho a pedirlo de vuelta".

Uno de los puntos más liberadores de su mensaje es que perdonar no obliga a la reconciliación. "Puedes perdonar a alguien y decidir que no quieres mantener una relación con esa persona. Estás en tu derecho de poner límites y definir el tipo de vínculo que deseas", afirma. Esto desmonta la idea de que el perdón siempre debe ir acompañado de una segunda oportunidad. Por último, la psicóloga insiste en que el perdón no debe ser una imposición social ni una forma de demostrar virtud. "Perdonar es una decisión súper personal, un acto de amor propio. No lo hagas para ser un mártir o para que te digan lo bueno que eres. Hazlo cuando sientas que ya no quieres cargar con la mochila de ese dolor".

Alejandra de Pedro, psicóloga, explica en un vídeo por qué a veces el perdón se convierte en una tarea complicada, incluso cuando tenemos la intención de otorgarlo. Según la experta, perdonar no significa olvidar, justificar o reconciliarse, sino un proceso profundamente personal que está más relacionado con el autocuidado que con la relación con la otra persona.

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