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Descubre el método japonés que podría ser la clave para una vida plena y feliz
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CÓMO SER FELIZ

Descubre el método japonés que podría ser la clave para una vida plena y feliz

La búsqueda de la felicidad ha sido una constante para la humanidad, atravesando culturas y generaciones en un intento por descubrir el verdadero sentido de la vida

Foto: Descubre el método japonés que podría ser la clave para una vida plena y feliz (Freepik)
Descubre el método japonés que podría ser la clave para una vida plena y feliz (Freepik)

La búsqueda de la felicidad parece ser un anhelo eterno, impulsado por la sensación de que siempre hay algo más por alcanzar. A lo largo de la historia, el ser humano ha tratado de descifrar su significado a través de la filosofía, la religión, la ciencia y las tradiciones culturales, sin llegar a una respuesta definitiva. Quizás el motivo radique en que asociamos la felicidad con momentos efímeros, con metas por cumplir o con la comparación con los demás, lo que nos deja en una constante carrera sin línea de meta.

Sin embargo, ¿y si la clave no estuviera en perseguirla, sino en aprender a reconocerla en lo cotidiano? Esta reflexión ha llevado a muchas culturas a desarrollar filosofías que no buscan la felicidad como un destino, sino como una forma de vivir el presente con propósito y gratitud. En Japón, una filosofía de vida que une propósito y bienestar está ganando un lugar destacado en este debate global, atrayendo la atención de investigadores y amantes de la salud integral.

Foto: Imagen: cedida.

Como recogen en CNBC, una palabra se ha convertido en el centro de esta tendencia en los últimos años: ikigai. Este concepto japonés, que puede traducirse como "la razón de vivir", ha sido estudiado por su impacto en la calidad de vida, especialmente en regiones como Okinawa, conocida por su población centenaria. Según expertos como Dan Buettner, quien identificó Okinawa como una de las “zonas azules” con mayor esperanza de vida, el ikigai representa más que una idea, es un estilo de vida que da sentido a cada día.

La ciencia está intrigada

Los beneficios del ikigai van más allá de lo filosófico. Un estudio realizado por la Universidad de Tohoku en 2008 analizó a más de 50.000 participantes y concluyó que quienes seguían esta práctica mostraban menores riesgos de enfermedades cardiovasculares y tasas de mortalidad más bajas. Este hallazgo sugiere que encontrar un propósito vital podría ser clave para una existencia más saludable y prolongada.

Foto: Enrique Rojas. (Luis García Craus)

Los pilares fundamentales del ikigai

Pero, ¿qué hay que hacer para tener ese ikigai? La práctica del ikigai no requiere cambios drásticos, sino un enfoque consciente en varios pilares esenciales. Entre ellos destacan el valor de comenzar de forma gradual, disfrutar de los pequeños momentos, cultivar la armonía y vivir el presente. Estos principios, descritos por autores como Ken Mogi, invitan a conectar con aquello que realmente importa.

Para facilitar la tarea de encontrar el ikigai personal, podemos hacernos varias preguntas y responderlas con sinceridad. ¿Qué nos hace felices? ¿En qué somos buenos? ¿Qué (y a quién) valoramos? ¿Qué nos motiva a levantarnos por la mañana? Es posible que necesitemos la ayuda de un amigo o familiar para poder ver nuestras virtudes, y una vez identificado lo que nos motiva, potenciarlo y cuidarlo cada día. No hace falta que sea algo material, puede ser un momento, una sensación o una persona.

La clave es encontrar la felicidad en lo cotidiano

En un mundo donde las rutinas diarias suelen estar dominadas por el estrés y las prisas, el ikigai emerge como una herramienta para reconectar con el bienestar interior. Adoptar este enfoque no solo promueve la longevidad, sino también un equilibrio emocional que puede transformar nuestra relación con la vida cotidiana.

La búsqueda de la felicidad parece ser un anhelo eterno, impulsado por la sensación de que siempre hay algo más por alcanzar. A lo largo de la historia, el ser humano ha tratado de descifrar su significado a través de la filosofía, la religión, la ciencia y las tradiciones culturales, sin llegar a una respuesta definitiva. Quizás el motivo radique en que asociamos la felicidad con momentos efímeros, con metas por cumplir o con la comparación con los demás, lo que nos deja en una constante carrera sin línea de meta.

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