Esta española que vive en Perú cuenta la surrealista experiencia que vivió comprando en el mercado "¡Me pareció tan abusivo!"

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Nuestro planeta rebosa riqueza y variedad en cada uno de sus territorios. En este sentido, la única forma de vivir en primera persona y disfrutar de estos elementos que existe es, sin duda, viajando. Empaparnos de esas historias, culturas y tradiciones nos permite expandir nuestra mente hasta el punto de encontrar un nuevo hogar en estos destinos.

Es por ello que, ya sea por motivos personales o laborales, muchos deciden embarcarse en la aventura que supone irse a vivir a un país completamente nuevo. En este sentido, podremos lograr muchas experiencias a lo largo de nuestra estancia, las cuales nos marcarán en mayor o menor medida dependiendo del individuo.

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Muchas de ellas son tan particulares que no podemos contenernos de compartirlas, especialmente por redes sociales. Un ejemplo de ello lo encontramos en una de las publicaciones de la usuaria de TikTok @elisabetdelaalmudena. La joven vive en Perú, y ha querido contar una anécdota que ha vivido comprando en el mercado que le resultó realmente incómoda.

Situación comprometida

La chica pone en situación a sus seguidores, en la que iba a comprar algo de fruta al mercado. Para pedir los artículos que deseaba, debía esperar a que la mujer a la que estaban atendiendo terminase su transacción, la cual parecía ser de un país de habla inglesa y estaba acompañada de su bebé, que se encontraba en un carrito adecuado para niños de muy poca edad.

El dependiente, al darle la mercancía a la mujer, se la quiso colocar encima del carrito de bebé, puesto que una tela en la parte superior tapaba al niño y este no lo había visto. En este sentido, la clienta reaccionó de una manera algo alterada, gritando al tendero para regañarle por algo que había sido un accidente. La usuaria cuenta que la mujer no dejó de protestar mientras el tendero trataba de seguir con su trabajo.

La chica cuenta que, cuando llegó su turno, mientras trataba de pedirle al dependiente lo que quería, la otra mujer lo volvió a reprender. Esta vez el motivo fue el de atender a otra clienta cuando a ella todavía no la había cobrado. Si bien la usuaria reconoce estar de acuerdo con la chica en tener cuidado con el bebé y en atender primero a un cliente y después a otro, le sorprendieron las formas con las que esta se expresó. “Fue una situación incómoda en la que se ve racismo bajo mi punto de vista, se ve clasismo. Como persona extranjera me parece horrible”, declara la joven ante el acontecimiento, apoyándose en que dar ejemplo como madre no solo se demuestra en el trato al hijo, también con los demás.