Ni a 30 ni a 40 grados: esta es la temperatura a la que tienes que lavar las toallas para eliminar los gérmenes y bacterias

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Las toallas son un básico en cualquier hogar, pero su cuidado adecuado va mucho más allá de lavarlas y doblarlas. Estos tejidos, en contacto constante con nuestra piel, pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias si no se lavan correctamente. ¿El secreto para alargar su vida útil y mantener su suavidad? Prestar atención a cada detalle en su mantenimiento.

Una limpieza correcta de las toallas no solo asegura su higiene, sino que también preserva su capacidad de absorción y evita que se vuelvan ásperas con el tiempo. Desde elegir el detergente adecuado hasta seguir las instrucciones del fabricante, cada paso cuenta para garantizar que tus toallas estén siempre en perfectas condiciones. Además, evitar mezclarlas con otras prendas o tejidos delicados durante el lavado es clave para proteger tanto la calidad de las toallas como de los demás artículos.

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Otro aspecto esencial es la elección de la temperatura de lavado. Aunque muchos optan por ciclos a baja temperatura para ahorrar energía, esta práctica puede comprometer la eliminación de bacterias y residuos acumulados. Por ello, es fundamental saber cuál es el rango de calor ideal para garantizar una limpieza profunda sin dañar las fibras.

¿Cómo acabar con los gérmenes en tus toallas?

El lavado de las toallas a temperaturas inadecuadas es uno de los errores más comunes en el hogar. Aunque 30 o 40 grados pueden parecer suficientes, estas temperaturas no eliminan todos los microorganismos presentes en los tejidos. Para acabar con bacterias, hongos y otros gérmenes, la clave está en utilizar agua a 60 grados. Este rango de temperatura no solo desinfecta, sino que también previene malos olores y protege la salud de la piel.

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A 60 grados, el calor logra penetrar en las fibras de las toallas, eliminando residuos que podrían acumularse con el uso diario. Este método es especialmente eficaz para deshacerse de restos de sudor, aceites corporales y células muertas, además de garantizar que las toallas se mantengan completamente higienizadas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunos colores pueden desteñirse ligeramente con los primeros lavados a esta temperatura, aunque la higiene siempre debe ser prioritaria.

Otro consejo útil es evitar el uso de suavizantes durante el lavado, ya que pueden apelmazar las fibras y reducir su capacidad de absorción. En su lugar, añadir un poco de bicarbonato o vinagre blanco en el ciclo de lavado ayuda a neutralizar olores y a mantener la suavidad de las toallas.

Para acabar con bacterias, hongos y otros gérmenes, la clave está en lavar las toallas en agua a 60 grados

Finalmente, el secado juega un papel crucial. Optar por una secadora con un programa específico para toallas o asegurarse de que se sequen completamente al aire libre evita la acumulación de humedad, que puede convertirse en el entorno perfecto para la proliferación de bacterias. Siguiendo estos consejos, tus toallas estarán siempre listas para usarse y con una frescura incomparable.