Salta de una montaña rusa en movimiento y este gesto le salva la vida

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Phoenix, Arizona. Un día con la familia en el parque de atracciones pronto da un giro hacia un escenario de pesadilla que pudo haber acabado en tragedia. Todo comenzó cuando la montaña rusa se puso en movimiento y, apenas unos segundos después de iniciar el recorrido, tuvo lugar un fallo en la barra de seguridad, que no se había cerrado correctamente.

La persona desafortunada ha preferido mantener el anonimato, pero sí ha narrado el incidente a un medio local, detallando la sorprendente maniobra con la que muy posiblemente logró salvar la vida. Cuando la atracción se acercaba a la cima, comprobó que algo no iba bien y, haciendo gala de una sorprendente sangre fría, decidió salir de su vagón y dirigirse a la pasarela de emergencia.

El incidente ocurrió en la atracción Desert Storm del parque de atracciones Castles N’ Coasters, y alguno de los testigos pudo captarlo con su teléfono móvil. “Llegamos casi a la cima y escucho un clic diferente. Revisé mi barra de seguridad una última vez y se soltó”, declaró el hombre a un medio local, abriendo el debate acerca de los protocolos de seguridad en este tipo de espacios recreativos. “Tuve apenas unos segundos para decidir si me quedaba o me bajaba”, prosigue el afectado.

“Debería haber podido hacer algo”

Según sus palabras, la operadora no activó el protocolo de emergencia de manera inmediata, por lo que decidió presentar un informe al parque alegando “negligencia y descuido absoluto” por parte del personal. “Ella debería haber estado mirando la atracción y, cuando me vio salir, debería haber podido accionar un mecanismo de liberación de emergencia, debería haber podido hacer algo”, prosigue el hombre.

La empresa que gestiona el recinto no ha emitido ningún comunicado al respecto ni tampoco ha divulgado medidas concretas tras el incidente, que ha reabierto el debate acerca de la ausencia de regulaciones estatales en Arizona para supervisar la seguridad de estos parques. En su lugar, la responsabilidad recae en aseguradoras privadas, lo cual podría repercutir negativamente en los estándares de seguridad y pone de manifiesto la necesidad de implementar medidas urgentes.

“Hay que cambiar al cien por cien. Creo que todos los parques de atracciones, en los que la vida de las personas está básicamente en sus manos, necesitan una mejor regulación. Creo que lo más aterrador fue la negligencia por su parte y el absoluto descuido que tuvieron durante todo el asunto”, concluyó este hombre anónimo, cuya rápida reacción pudo evitar un daño mayor.