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¿De dónde viene la idea de que comer mucho queso produce pesadillas?
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¿De dónde viene la idea de que comer mucho queso produce pesadillas?

Las creencias sobre cómo ciertos alimentos afectan los sueños han perdurado durante siglos, fusionando tradiciones médicas antiguas y mitos culturales que aún generan curiosidad

Foto: Foto: iStock.
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La relación entre el queso y las pesadillas ha captado la imaginación de las personas durante siglos, alimentando uno de los mitos más persistentes en la cultura popular. Aunque su origen no es del todo claro, diversas tradiciones médicas y creencias culturales parecen haber contribuido a perpetuar esta idea.

Los antiguos griegos, bajo el sistema médico conocido como la teoría humoral, atribuían los sueños inquietantes a alimentos difíciles de digerir, entre los que se incluía el queso, como cuenta un artículo publicado en IFL Science. Esta noción se mantuvo vigente hasta el siglo XVII, cuando comenzó a ser desplazada por métodos científicos más empíricos. Sin embargo, la asociación entre ciertos alimentos y los malos sueños sobrevivió, dejando una huella cultural que incluso se refleja en la literatura. Un ejemplo famoso aparece en Cuento de Navidad de Charles Dickens, donde Ebenezer Scrooge culpa a un plato mal digerido por la aparición de un fantasma.

En épocas más recientes, este mito recibió un impulso inesperado en 2005, cuando la extinta British Cheese Board realizó un curioso estudio que vinculó el consumo de queso azul con sueños vívidos y el de queso cheddar con sueños relacionados con celebridades. A pesar de no ser un estudio científico riguroso ni publicado en revistas académicas, logró consolidar la relación entre el queso y los sueños en el imaginario colectivo.

La ciencia moderna no ha logrado encontrar una conexión directa entre el queso y las pesadillas. Un estudio realizado en 2015, que analizó los hábitos alimenticios y su impacto en los sueños, encontró que un 17,8 % de los participantes atribuía sus pesadillas al consumo de productos lácteos. Sin embargo, los autores sugirieron que esta asociación podría ser más cultural que fisiológica. Estas creencias se transmiten de generación en generación, haciendo que las personas perciban una conexión que probablemente no exista.

Una relación "poco estudiada"

Otra posible explicación apunta a la tendencia humana a atribuir erróneamente ciertas experiencias a factores externos. En este caso, el queso podría estar siendo injustamente señalado como el culpable de los malos sueños debido a su popularidad y su papel como alimento consumido antes de dormir en muchos hogares.

A pesar del interés histórico y cultural en este tema, la relación entre los alimentos y los sueños sigue siendo un área poco estudiada. Es probable que futuras investigaciones aporten mayor claridad sobre este intrigante fenómeno. Mientras tanto, quienes disfrutan de una buena tabla de quesos pueden dormir tranquilos sabiendo que, al menos por ahora, no hay pruebas sólidas que culpen al queso de sus pesadillas.

La relación entre el queso y las pesadillas ha captado la imaginación de las personas durante siglos, alimentando uno de los mitos más persistentes en la cultura popular. Aunque su origen no es del todo claro, diversas tradiciones médicas y creencias culturales parecen haber contribuido a perpetuar esta idea.

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