Soy catedrático en criminología y estos son los motivos por los que ya no hay tantos asesinos en serie
En una entrevista con Jordi Wild, Vicente Garrido, uno de los mayores expertos de nuestro país en este campo, analiza qué motivos han llevado a este cambio
La disminución de asesinos en serie en el siglo XXI es un fenómeno que sorprende a los que no somos expertos en el tema. En la entrevista realizada por Jordi Wild a Vicente Garrido, catedrático en criminología y psicólogo especializado en el estudio de la delincuencia, Garrido desvela las causas detrás de este cambio. “Hoy tenemos la cuarta parte de los asesinos en serie que hubo en los 80 y 90”, señala Garrido, aludiendo a cómo el uso de tecnologías de vigilancia y la coordinación policial han reducido la actividad de estos criminales.
Vicente Garrido, quien lleva años investigando el fenómeno y asesora a diferentes instituciones en materia de seguridad, explica que los 80 y 90 fueron una “Edad Dorada” para los asesinos en serie, especialmente en Estados Unidos. Nombres como Ted Bundy, el asesino del Zodíaco, o Richard Ramírez fueron parte de una época en la que estos crímenes eran frecuentes. La falta de tecnología para rastrear ADN y la desconexión entre fuerzas policiales de diferentes estados jugaban a favor de estos delincuentes.
“La tecnología ha sido crucial para la caída del fenómeno”, afirma Garrido. Los avances en bases de datos, como el programa VICAP del FBI, permiten conectar casos de diferentes regiones de manera instantánea, algo impensable en décadas pasadas. Antes, los asesinatos cometidos en un estado podían pasar desapercibidos en otro, sin relacionarse entre sí. Hoy en día, cualquier delito sin resolver se registra y se compara con otros similares en todo el país.
Otro factor clave han sido las cámaras de vigilancia. Según Garrido, “hoy tenemos millones de grandes hermanos gracias a los teléfonos móviles y las cámaras de circuito cerrado”, lo cual dificulta mucho más la actividad de un asesino en serie sin ser identificado. Añade que entre un 20 y un 30% de los homicidios se resuelven gracias a estas cámaras, que capturan imágenes de crímenes o de comportamientos sospechosos.
La triangulación de las llamadas de teléfonos móviles también ha jugado un papel determinante. Gracias a esta tecnología, la policía ha podido ubicar sospechosos en la escena del crimen. Garrido pone como ejemplo la captura reciente de un asesino en serie en Long Island, conocido como el asesino de Gilgo Beach, a quien pudieron identificar gracias a registros de llamadas telefónicas y a la colaboración de testigos que proporcionaron información clave sobre vehículos vistos hace años.
“No es que haya menos asesinos potenciales”, aclara el catedrático, “es que ahora los pillan antes de que puedan continuar su serie de crímenes”. La vigilancia digital y la cooperación entre cuerpos de seguridad han hecho que muchos de estos delincuentes sean atrapados tras su primer asesinato o que ni siquiera se atrevan a cometerlo, sabiendo que las probabilidades de ser capturados son mucho mayores.
La época dorada de los asesinos en serie, con cientos de casos activos, parece haber quedado
La disminución de asesinos en serie en el siglo XXI es un fenómeno que sorprende a los que no somos expertos en el tema. En la entrevista realizada por Jordi Wild a Vicente Garrido, catedrático en criminología y psicólogo especializado en el estudio de la delincuencia, Garrido desvela las causas detrás de este cambio. “Hoy tenemos la cuarta parte de los asesinos en serie que hubo en los 80 y 90”, señala Garrido, aludiendo a cómo el uso de tecnologías de vigilancia y la coordinación policial han reducido la actividad de estos criminales.