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Las siete frases que dicen las personas maleducadas y poco elegantes, según la psicología
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Las siete frases que dicen las personas maleducadas y poco elegantes, según la psicología

Se trata de expresiones que muchas veces escuchamos en el día a día y que pueden ser muy dañinas para nuestro entorno

Foto: Las siete frases que dicen las personas maleducadas y poco elegantes, según la psicología (iStock)
Las siete frases que dicen las personas maleducadas y poco elegantes, según la psicología (iStock)

El lenguaje que usamos no solo sirve para comunicarnos, sino que también es una ventana a nuestra personalidad y valores. Hay frases que, aunque puedan parecer inofensivas, reflejan falta de empatía, desinterés o arrogancia, rasgos que no solo dañan nuestras relaciones, sino que también afectan cómo somos percibidos por los demás.

Desde la psicología, los profesionales animan a actuar con asertividad. Esto quiere decir, expresando nuestros deseos y sentimientos pero también respetando los límites de los demás.

Hoy te enseñamos algunas de las frases a evitar si quieres mejorar tu empatía y ser mejor persona con tu entorno y el mundo que te rodea.

1. "Lo que sea"

Aunque pueda parecer una respuesta neutra, esta frase transmite indiferencia y menosprecio hacia la opinión de los demás. Es una forma rápida de cerrar una conversación sin valorar el punto de vista del otro. Mostrar interés en las ideas ajenas, incluso si no las compartes, es clave para una comunicación respetuosa.

2. "Yo soy así"

Detrás de esta declaración se esconde una resistencia al cambio y una negativa a aceptar los propios defectos. Las personas que recurren a esta frase suelen mostrar poca disposición para mejorar o adaptarse, lo que puede dificultar las relaciones interpersonales.

placeholder Una pareja discute en un parque (iStock)
Una pareja discute en un parque (iStock)

3. "No es mi problema"

Pocas expresiones son tan evidentes en cuanto a falta de empatía como esta. Desentenderse de los problemas ajenos refleja egoísmo y una completa desconexión emocional. En cambio, demostrar interés o brindar apoyo, aunque sea pequeño, puede fortalecer los lazos con quienes nos rodean.

4. "Siento si te hice sentir así"

Esta forma de pedir disculpas puede sonar correcta, pero en realidad traslada la responsabilidad al otro. Más que asumir un error, culpa a la persona afectada por cómo se siente. Las disculpas genuinas son esenciales para mantener relaciones sinceras y saludables.

5. "Te lo dije"

Decir esto cuando alguien se enfrenta a una dificultad o error es como echar sal en la herida. En lugar de ayudar, esta frase parece regodearse en el fallo ajeno. Aportar soluciones o simplemente escuchar puede ser mucho más constructivo y elegante.

Foto: Frases motivadoras vigentes a nuestro tiempo. (Pexels)

6. "Supéralo"

Cuando alguien atraviesa un momento complicado, esta expresión puede sonar insensible y carente de comprensión. Minimizar el dolor o los problemas de los demás no solo es poco empático, sino que también puede dañar la confianza en una relación.

7. "No lo entenderías"

Este comentario despectivo subestima la capacidad del interlocutor y denota una actitud arrogante. Las personas que utilizan esta frase suelen mostrar falta de humildad, una cualidad imprescindible para fomentar buenas relaciones.

Hablar con respeto y empatía no solo mejora la forma en que nos perciben los demás, sino que también refuerza nuestros vínculos personales y profesionales. Según los expertos, prestar atención a las palabras que usamos puede marcar la diferencia entre construir relaciones duraderas o erosionarlas con comentarios poco acertados.

La próxima vez que estés a punto de usar una de estas frases, piensa en cómo podrías expresar lo mismo de una manera más positiva y constructiva. Elegancia y empatía van siempre de la mano.

El lenguaje que usamos no solo sirve para comunicarnos, sino que también es una ventana a nuestra personalidad y valores. Hay frases que, aunque puedan parecer inofensivas, reflejan falta de empatía, desinterés o arrogancia, rasgos que no solo dañan nuestras relaciones, sino que también afectan cómo somos percibidos por los demás.

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