Qué hace (y qué necesita) tu perro cuando lo dejas solo en casa: "No te obsesiones con estar siempre a su lado"
Si trabajas fuera de casa es normal que tu perro pase más de ocho horas al día solo. ¿Cómo afecta esto a tu mascota?, ¿qué hacer para que estén tranquilos? Dos veterinarias responden
Cuando Andy se iba de casa en cualquiera de las películas de Toy Story y dejaba a sus juguetes solos en su habitación, era cuando ellos "despertaban" y empezaban a hacer de las suyas. Estos muñecos esperaban a que su dueño se fuese para moverse a su antojo, charlar y liarla parda, en más de una ocasión; sin que él se enterase. Ahora, la pregunta es, ¿sucede algo parecido con los perros? ¿Esperan a que sus dueños se vayan de casa para volverse locos?
Hay perros que pasan más de ocho horas al día solos en casa porque sus dueños trabajan fuera de estas. Para que las horas se les hagan más amenas, hay quienes optan por llevarlos a una guardería canina, al trabajo o contratar a un dogsitter: "Existen varias opciones. Conseguir un trabajo híbrido, donde algunos días se trabaje desde casa y otros desde la oficina, sería ideal, ya que cubre tanto las necesidades de tu peludo como las tuyas", el teletrabajo es una muy buena manera de conciliar, explica Isabel Calzado, veterinaria de Natuka.
No obstante, no es la única manera de poder pasar más horas al día con tu perro, ya que existen también empresas pet-friendly que te permiten llevarlos al trabajo. Y, en el caso de no poder optar a ninguna de estas opciones, Isabel Calzado recomienda: "Contratar a una persona para que sea el dogsitter de tu perro. Esta es una excelente opción, ya que el perro permanece en su entorno familiar, tiene compañía y recibe enriquecimiento. U otra opción, llevarlo a una guardería de perros, lo cual puede ser una alternativa interesante, aunque es importante seleccionar cuidadosamente el lugar y asegurarse de que el perro es sociable".
"La falta de actividad y compañía puede desencadenar problemas de comportamiento, como destrucción de muebles, autolesiones, estrés y ansiedad por separación"
Sin embargo, lo más común es que el animal se quede solo en casa durante el tiempo que su dueño esté en su puesto de trabajo y esto puede llegar a afectarle emocionalmente, aunque el grado de afectación depende de cada animal: "Los perros son animales sociables que prefieren estar en manada, por lo que pasar tanto tiempo solos no es natural para ellos. La falta de actividad y compañía puede desencadenar problemas de comportamiento, como destrucción de muebles, autolesiones, estrés y ansiedad por separación", asegura Calzado.
Es más, estas consecuencias pueden no ser solo emocionales, sino también físicas: "Permanecer inmóviles tanto tiempo puede llevar a que, sin los cuidados adecuados, el perro gane peso. Además, en perros de gran tamaño, las articulaciones pueden sufrir debido a la inactividad. Si a esto se suma un problema de comportamiento, pueden producirse lesiones físicas, como mordeduras en la cola, rascados y lamidos compulsivos que provocan daños en la piel, afonía, rotura de uñas o sangrado de encías".
Aunque, según Isabel, tanto la raza como la edad del perro son factores cruciales a la hora de prever estas secuelas; ya que son los cachorros los que normalmente tienen picos de energía seguidos de largos periodos de descanso, su vida es una montaña rusa y es más complicado satisfacer sus necesidades. También se complica en algunas razas concretas: "Por ejemplo, las razas braquicéfalas, como el bulldog, suelen ser más tranquilas, mientras que razas de pastoreo, como el border collie, requieren mucha más estimulación física", manifiesta Isabel Calzado que incide en que esto es algo muy importante a considerar para quienes piensan adquirir un perro.
¿Ocho horas de libertad, disfrute y descanso?
Existen muchas opciones para que los perros no pasen ocho horas solos mientras sus cuidadores trabajan, pero estas no son económicamente asumibles para muchas familias y es por eso que en la gran mayoría de casos el animal se queda guardando la casa durante toda la jornada laboral. Entonces, ¿qué hace durante ese tiempo? "En líneas generales, cuando un perro se queda solo en casa, si sus necesidades han sido bien satisfechas, tiene el estómago lleno y no tiene problemas a nivel emocional, lo normal es que se quede durmiendo durante horas y horas y horas", responde Irene Pérez Piñel, veterinaria y etóloga. Su respuesta coincide con la de Isabel Calzado.
"Los perros tienen un sueño de tipo policíclico, que significa que cada hora o cada dos horas se despiertan de modo natural, se levantan, se desperezan, deambulan durante unos segundos y buscan un nuevo lugar para dormir, o vuelven al sitio en el que estaban después de deambular. Y siguen durmiendo. Por eso es muy importante no restringirles la movilidad dentro de casa con jaulas o pequeñas habitaciones. Porque, entre otras cosas, no podrán descansar bien y eso sumará problemas a su comportamiento", continúa diciendo Irene.
Esta respuesta no encaja con la experiencia de algunos dueños que, cuando llegan a sus casas, se encuentran con que el animal ha mordido el sofá o la alfombra. Para esto, Irene Pérez tiene también una explicación: "Algunos perros quizás necesiten descargar pequeños picos de estrés que podrían producirse durante el paseo, pero se manifestarán cuando están solos. En esos momentos puede que necesiten romper o masticar algo para relajarse y poder descansar. Si no tienen nada adecuado que destruir, usarán nuestros objetos o nuestros muebles. Entonces se les etiqueta como 'no saben quedarse solos', cuando en realidad no es esto lo que ocurre. A menudo, los perros jóvenes necesitan esta salida, por lo que es recomendable que tengan objetos que puedan destruir si lo necesitan".
"Lo ideal es que muerdan cosas naturales como una piña, un palo grueso de madera, un trapo viejo anudado o una caja de cartón, objetos que puedan romper y rasgar"
¿Qué objetos son los más adecuados para que los peludos destrocen sin hacerse daño a ellos ni a ninguno de los muebles de la casa? "Lo ideal es que muerdan cosas naturales como una piña, un palo grueso de madera, un trapo viejo anudado o una caja de cartón, objetos que puedan romper y rasgar", detalla la veterinaria y etóloga.
Por tanto, a diferencia de lo que ocurría con los juguetes de Andy, los perros aprovechan las horas de soledad para descansar. Algunos incluso, explica Isabel Calzado, miran por la ventana para entretenerse.
No te obsesiones, tu perro no te necesita las 24 horas
¿A quién le cuesta más despedirse del otro cuando llega el momento de hacerlo, al perro o a su dueño? Muy probablemente la respuesta sea que al dueño. Aunque para el animal pasar mucho tiempo solo puede tener consecuencias negativas, de vez en cuando también lo necesita: "Para un perro, estar con las personas a las que quiere es muy importante, con lo que si pasamos la mayor parte del tiempo en casa se sentirá muy a gusto. Pero si el tiempo que estamos en casa estamos controlándolo, dándole órdenes, despertándolo cada poco porque le queremos acariciar, nos movemos rápido por toda la casa, hacemos ruido, saltamos por cualquier cosa o incluso discutimos con otros miembros de la familia, probablemente ya no se sentirá tan a gusto, y necesitará su propio espacio. O incluso deseará quedarse solo para poder descansar de nosotros", sentencia Irene Pérez.
Cada perro tiene su propia personalidad, muchas veces condicionada por su raza y su edad; algunos disfrutan más del juego y la compañía, a otros se les hace menos soportable, pero, según Irene, "Si durante todo el tiempo que estamos en casa estamos sentados en una silla o en un sofá, sin apenas hacer ruido, seguramente el perro esté encantado de estar con nosotros".
"No debemos obsesionarnos con estar siempre a su lado"
Coincide con ella Isabel Calzado, que insiste en que no es necesario ni saludable que estemos con el animal las 24 horas del día; "no debemos obsesionarnos con estar siempre a su lado". Tampoco hay que obsesionarse con que esté siempre acompañado y para ello adoptar otro can, ya que "si no es especialmente sociable o si se adopta un perro con una energía o edad muy distinta, puede generar más problemas que beneficios".
Una despedida más amena (para todos)
Llegados a este punto y tras hablar con las veterinarias, la duda sobre si la despedida cada día al ir a trabajar cuesta más al perro o a su dueño sigue sin resolverse. Lo cierto es que en ocasiones cuesta más a los humanos despedirse de los peludos y en otras son los animales los que más los echan de menos.
Es por eso que para que estas despedidas sean más dulces que agrias, tanto Isabel como Irene conocen varios consejos muy útiles y fáciles de poner en práctica: "Lo primordial, cuando las personas se van de casa o cuando vuelven, es la naturalidad. Solo vamos a trabajar, no a enfrentarnos a un apocalipsis zombi. Tampoco estamos abandonando al perro, simplemente realizamos una rutina que tenemos que hacer cada día", empieza diciendo Irene Pérez.
La etóloga considera esencial asegurarse, antes de cruzar la puerta, de que las necesidades de "nuestro perro están bien cubiertas: que ha podido dar un paseo de calidad, que come una comida de calidad, y que dispone de un buen sitio para descansar (o mejor, más de uno, que pueda elegir). La gran mayoría de perros se queda tranquilamente en casa, por lo que para marcharnos basta con una despedida amable del tipo 'bueno Toby, me voy a trabajar, que descanses', y salir por la puerta".
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Es más, en su caso, asegura, ni siquiera se despide de sus perros, porque para cuando se quiere ir ya están durmiendo y prefiere no despertarlos. Ese es su caso y existe uno distinto casi por cada perro; al igual que ocurre con las personas, cada perro es un mundo y eso lo sabe también muy bien Isabel, que con una border collie de 7 años y una pastora australiana de 3 meses en casa, ha tenido que adaptarse a las necesidades de cuidado de cada una porque, aun viviendo bajo el mismo techo, son muy diferentes.
Cuando Andy se iba de casa en cualquiera de las películas de Toy Story y dejaba a sus juguetes solos en su habitación, era cuando ellos "despertaban" y empezaban a hacer de las suyas. Estos muñecos esperaban a que su dueño se fuese para moverse a su antojo, charlar y liarla parda, en más de una ocasión; sin que él se enterase. Ahora, la pregunta es, ¿sucede algo parecido con los perros? ¿Esperan a que sus dueños se vayan de casa para volverse locos?