Dejar de ser cuidados para empezar a cuidar: cómo afrontar, como hijos, el envejecimiento de nuestros padres
Tener herramientas para afrontar la etapa en la que empiezas a cuidar de tus padres es muy importante, ya que puede ser muy duro tanto a nivel físico como emocional. Un experto en psicogeriatría lanza algunas claves
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Tres de la tarde de un domingo, Fernando y sus amigos, este fin de semana, han cambiado las conversaciones sobre salir de fiesta y ligues para hablar de bodas, cambiar pañales y sus padres. Son seis treintañeros sentados alrededor de una mesa, todos ellos con trabajos diferentes, rutinas muy distintas, economías personales que también lo son; pero con algo en común, que ha pasado a ser una de sus mayores preocupaciones: el envejecimiento de sus padres.
Desde hace unos años, cuenta Fernando, está siendo él quien organiza los viajes en familia. Es él el que se preocupa de reservar los alojamientos, buscar la mejor ruta para llegar al destino, comprar los billetes de avión o diseñar el itinerario. De estas tareas, antes, siempre se habían ocupado sus padres.
Lucía (otra de las treinteañeras que participaba de la conversación ese domingo) está viviendo algo parecido. Sus padres se quieren comprar un coche nuevo y, la misma persona que hace cinco años cuando ella se compró el suyo le aconsejó (su padre), le está pidiendo ayuda para elegir el mejor modelo, calidad precio.
El paso del tiempo y el ir cumpliendo años han hecho que, poco a poco, se hayan ido invirtiendo los roles, y esto les preocupa, y mucho. Para Fer y Lucía, afrontar el envejecimiento de sus padres no está siendo sencillo, como no lo es para tanta gente. Otro ejemplo es el de Lika, una influencer mexicana que quiso hablar de ello en su perfil de TikTok, donde compartió un vídeo diciendo: "Nadie habla de los que nos quedamos dentro de nuestra casa y nos toca ver a nuestros papás envejecer".
@pinchelika Ver a mis papás hacerce viejos tambien es de las cosas más duras de crecer, es a veces hasta doloroso. Mi mamá cuido de su mamá y ahora yo cuido de la mía, busco una estabilidad economica mucho más fuerte para poder ayudar más a mis papás y en algún momento puedan descansar.
♬ sonido original - Likangulo✨❤️🔥
Lika sigue viviendo con sus padres, es consciente de que gracias a ello no tiene otras responsabilidades como la de pagar un alquiler, pero eso no quiere decir, asegura, que su vida sea más sencilla que las de quienes sí se han independizado: "A nosotros nos toca ver cómo nuestros papás están envejeciendo. Yo soy hija única y para mí es muy complicado despegarme de ellos porque los veo que cada vez están más mayores y necesitan más de mí. Yo sé que cuidar de mis papás no es mi responsabilidad al 100%, pero es algo que siento que quiero hacer (...) Es triste ver cómo tus papás están envejeciendo, ellos te vieron crecer y ahora a ti te toca verlos crecer".
Para Lika es complicado asumir que sus padres se están haciendo mayores y, por tanto, siente miedo; un miedo que es muy común entre aquellos hijos que empiezan a convertirse en los cuidadores de sus progenitores, explica el Dr. Manuel Sánchez Pérez, psiquiatra especializado en la salud mental de los mayores, psicogeriatría y miembro del Grupo Top Doctors, no tanto porque piensen que se acerca su muerte, sino más bien por "la carga de cuidados a las que puede someterle una enfermedad prolongada o una condición de dependencia muy severa".
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Por el ritmo de vida de las "familias modernas", para estas es muy complicado encontrar tiempo en el día a día para emplearlo en el cuidado de una persona, asegura Sánchez: "En general, sociológicamente, tienden a tener un espacio vital muy ocupado, no solo por el trabajo, sino también por el ocio, por el deporte, por la cultura...", explica. Incluir, entonces, la atención a los padres en una rutina frenética no es en absoluto una tarea sencilla, mucho menos si vives lejos de ellos o están separados.
Señales y cómo prepararnos
Pasar de ser cuidado por tus padres a ser su cuidador no es algo que ocurre de la noche a la mañana, tampoco son cuestiones excluyentes. Es decir, puede que coincida en el tiempo que tu padre te prepare un táper de lentejas y que tú te ocupes de llevarles la compra cada semana a casa. No obstante, es importante estar atento para percibir las primeras señales que indican que necesitan que les eches una mano. Estas señales se traducen, sobre todo, según el psiquiatra, en la pérdida de autonomía.
Esta pérdida de autonomía "puede ser a nivel físico, a nivel mental o ambos. Probablemente, algunos de los paradigmas más reconocibles son la pérdida de memoria y la pérdida de facultades que, a veces en personas relativamente sanas, aunque mayores, hace que sean mucho más dependientes del entorno de cuidados". Si bien, explica el Dr. Manuel Sánchez Pérez, "esto puede variar mucho en cuanto a la edad. El momento del inicio de la necesidad de ser cuidados cambia según las condiciones de salud previas, si ya viven en soledad o todavía bien acompañados con la pareja o con otros miembros de la familia".
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Entonces, si un hijo detecta que sus padres lo necesitan, ¿cómo debe prepararse? Pues bien, según el doctor, este debería estar ya preparado antes de que estas señales aparezcan: "Los hijos debemos prepararnos ante las posibles situaciones de cuidado de nuestros padres incluso antes de que estas aparezcan, y más aún si los padres tienen algún tipo de precariedad en su salud. Sabemos que lo más probable es que lleguen a esa situación, hoy en día los índices de supervivencia y de longevidad son bastante importantes en España, viven bastante más de 80 años las mujeres y los hombres". Al ser tan alta la esperanza de vida, Sánchez aconseja haber hablado previamente en familia cómo se quieren abordar estos cuidados.
"Una planificación previa podría salvar muchas de las dificultades en las que luego se ven inmersas las familias"
Es más, "una planificación previa podría salvar muchas de las dificultades en las que luego se ven inmersas muchas familias cuando llega a esta situación", asegura el doctor. A pesar de ello, esta escena, la de una familia abordando abiertamente este tema en una comida o en una tarde tranquila en el salón de la casa familiar, todavía no es lo más frecuente: "Lo es mucho más tener cierto miedo a tocar estos temas".
La planificación conjunta en todos los casos facilita la gestión posterior, una gestión que es mucho más complicada para los hijos de padres separados. Es por eso que, retomando la conversación que mantuvo Fernando con sus amigos ese domingo, el único que entonces tenía un plan pensado sobre el futuro de sus padres era Miguel, el único (también) que es hijo de padres separados.
@iamhookipa Cuidar de nuestros padres cuando se hacen mayores es uno de los grandes temazos de nuestra vida, desde el punto de vista sistémico y de las constelaciones familiares.
♬ sonido original - Hookipa
Padres separados, un problema del presente
Miguel no compartió su "plan" con los presentes, algo que seguro habría sido muy útil, teniendo en cuenta lo complicado que es gestionar una situación de este tipo cuando los padres envejecen, todavía más si no viven en la misma ciudad o lo hacen en dos puntos muy alejados de esta: "Esa separación física también puede implicar distancias importantes en la que los esfuerzos de los hijos para poderlos cuidar se tienen que multiplicar, debido a la logística en la que un tiempo de dedicación no puede darse simultáneamente a ambos", manifiesta el Dr. Sánchez.
En estos casos, sostiene, no hay soluciones fáciles y "estas situaciones, a veces, precipitan el hecho de la institucionalización de algunos de estos ancianos o de ambos; debido precisamente a unas dificultades que hacen imposible para un hijo poder mantener estos cuidados con tal nivel de complejidad".
"Es muy importante tener acuerdos con la pareja de hasta dónde está dispuesta a llegar"
Una complejidad que es todavía mayor para aquellos que, además de ser hijos, tienen a niños a su cargo —sus propios hijos—, y hacen malabares para no descuidar a su pareja: "Es verdad que la necesidad de prestar cuidados de forma más intensa a unos padres mayores afecta, lógicamente, al ámbito de la familia que está prestando ese tipo de cuidados, con lo cual es muy importante tener acuerdos con la pareja de hasta donde está dispuesta a llegar o a sacrificar, y tener la flexibilidad suficiente como para intentar que esa necesidad de cuidar no colapse absolutamente todo el espacio vital de la relación".
Agotamiento del cuidador
Lika habla en su vídeo de TikTok lo complicado que es para ella a nivel emocional ser la cuidadora de sus padres, ver que poco a poco se hacen mayores y son más dependientes. Con esta carga mental tienen que lidiar los que cuidan; es más, existe el síndrome del cuidador quemado y para evitar llegar a este punto hay que detectar los primeros síntomas a tiempo, que pueden ser muy variados, pero, según el doctor, "el principal tiene que ver con la sensación de ahogo porque el cuidador solamente dispone de un tiempo mínimo para sus asuntos personales y un máximo del mismo lo emplea en el cuidado de la otra persona, sea por su alto nivel de dependencia física o por el nivel de dependencia emocional que puede tener de esta persona".
"Los periodos de cuidados a los que se expone una persona cuidadora pueden suponer muchos más años que hace décadas"
Son muchos los casos en los que los cuidadores dejan de lado el cuidado de otros miembros de su familia, sus propios asuntos personales, sus amistades, la actividad física o su entretenimiento, por centrarse en sus padres: "Hemos de tener en cuenta, además, que, actualmente, los periodos de cuidados a los que se expone una persona cuidadora pueden suponer muchos más años que hace unas décadas; debido a que los índices de supervivencia son mucho más altos". Las personas viven más, aun siendo dependientes, "con menos salud o con menos autonomía. Lo cual quiere decir que quien quiera que las tenga que cuidar (la familia o el Estado), lo va a tener que hacer durante más tiempo".
Los tiempos de cuidados se han ampliado al aumentar la esperanza de vida y, aunque hacerte cargo de tus padres o no siempre ha sido una decisión muy personal (marcada por el tipo de vínculo que exista entre padres e hijos, tu propia salud, si estás dispuesto o no a sacrificar tu tiempo para dárselo a otros...); no hacerlo no parece ser la opción mayoritaria. Siguen siendo más los hijos que cuidan de sus padres al hacerse mayores que los que no asumen este rol, aunque discursos como el de Rubén Gutiérrez (terapeuta) estén cada vez más extendidos: "Yo no le debo nada a mis padres, no debo cuidar de ellos. Yo debo cuidar de mí y de mis hijos, hasta que ellos sean adultos".
@buceadoresdementes Responder a @karlauc26 ¿Qué opinas? #padres #hijos #asilo #dependenciaemocional #heridasdelainfancia #sanar #libertad #relacionsana #limitessanos ♬ sonido original - buceadoresdementes
"Ellos cuando sean viejos y no se puedan valer por sí mismos, hay personas o establecimientos que se encargan de su cuidado; y yo, desde hace mucho tiempo y hasta el día en que ellos falten, lo que hago es ir a verlos cuando me apetece, cuando quiero, cuando quiero disfrutar de su compañía; pero no porque tenga ninguna obligación de hacerlo (...) Cuando yo sea viejo, que me cuiden los establecimientos que se encarguen de ello, pero no mis hijos. Yo no quiero ser una carga ni para mis hijos ni para nadie". Esta es la decisión de Rubén que es tan válida como cualquier otra, mientras, como ha recomendado el doctor, esté consensuada, hablada y pactada con sus padres —y en un futuro con sus hijos—.
Tres de la tarde de un domingo, Fernando y sus amigos, este fin de semana, han cambiado las conversaciones sobre salir de fiesta y ligues para hablar de bodas, cambiar pañales y sus padres. Son seis treintañeros sentados alrededor de una mesa, todos ellos con trabajos diferentes, rutinas muy distintas, economías personales que también lo son; pero con algo en común, que ha pasado a ser una de sus mayores preocupaciones: el envejecimiento de sus padres.