¿Por qué a veces hablamos solos en voz alta? Esto es lo que dice la psicología
Este hábito puede mejorar la concentración y facilitar la toma de decisiones, actuando como una guía mental que nos recuerda nuestros objetivos
Hablar solos en voz alta es un fenómeno que intriga generalmente a los que lo practican, pero tranquilo, si te pasa, no estás solo. Según la investigadora Hélène Loevenbruck del Laboratorio de Psicología y NeuroCognición de la Universidad de Grenoble, nuestra mente está repleta de material verbal que enriquece nuestra vida interior. En su investigación analiza cómo el diálogo interno influye en la autoconciencia, la planificación y el control emocional.
El estudio destaca que nuestro lenguaje interno funciona como una herramienta de autorregulación. Al hablar en voz alta, las personas transforman pensamientos internos en palabras audibles, lo que facilita el procesamiento cognitivo. Esta verbalización externa es especialmente útil en situaciones que exigen concentración o resolución de problemas, ya que permite organizar ideas y reducir la confusión mental.
Esta práctica de hablar en voz alta tiene raíces históricas. Filósofos y pensadores como Agustín de Hipona ya exploraban cómo el diálogo interno influía en el sentido de identidad y la introspección. La investigación menciona a pensadores como John Locke y Noam Chomsky, quienes también señalaron que el lenguaje interno ocurre de forma casi ininterrumpida y es fundamental para acompañar actividades diarias, como la lectura y la escritura.
Además, la autora subraya que el lenguaje interior es “multimodal”, lo que significa que involucra diversos sentidos y se manifiesta de formas diferentes, desde el susurro mental hasta la verbalización en voz alta. Al hablar solos en voz alta, damos voz a este lenguaje multimodal, lo que refuerza el recuerdo de información, la concentración y la gestión de emociones. Loevenbruck explica que este “lenguaje interno multimodal” optimiza el rendimiento cognitivo y ayuda a generar una autoconciencia profunda.
Sin embargo, el estudio advierte que un exceso de este tipo de conversación puede derivar en rumiación verbal, lo cual puede ser contraproducente. Cuando la autocharla se convierte en una fuente de pensamientos repetitivos o negativos, puede generar estrés y ansiedad. Por eso, Loevenbruck y otros expertos subrayan la necesidad de un uso equilibrado para maximizar sus beneficios y evitar que se convierta en una fuente de malestar.
En su trabajo, Loevenbruck plantea además preguntas sobre la “oscilación” entre la conversación voluntaria y la espontánea. Entender mejor estas fluctuaciones podría ayudar a personas que necesitan altos niveles de concentración o que experimentan verbalizaciones internas perturbadoras, como en el caso de alucinaciones verbales. Este aspecto del estudio sugiere que aún hay mucho por descubrir sobre el funcionamiento del lenguaje interno y su impacto en la salud mental.
Así, la investigación de Loevenbruck nos ayuda a comprender que hablar en voz alta no es solo un hábito aislado, sino un fenómeno complejo que puede fortalecer nuestra capacidad cognitiva y emocional. La psicología sugiere que esta práctica, cuando es utilizada conscientemente, puede mejorar nuestro bienestar mental al actuar como una herramienta que organiza pensamientos y regula emociones.
Hablar solos en voz alta es un fenómeno que intriga generalmente a los que lo practican, pero tranquilo, si te pasa, no estás solo. Según la investigadora Hélène Loevenbruck del Laboratorio de Psicología y NeuroCognición de la Universidad de Grenoble, nuestra mente está repleta de material verbal que enriquece nuestra vida interior. En su investigación analiza cómo el diálogo interno influye en la autoconciencia, la planificación y el control emocional.
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