Compra un cuadro por 30 euros para tapar un agujero y se lleva una sorpresa que le cambia la vida

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Indiana, Estados Unidos. Un hombre decide buscar una solución rápida y sencilla para cubrir el agujero que hay en la pared de su casa. Para ello, acude a su tienda de segunda mano de confianza y, tras recorrer sus pasillos, descubre un cuadro colorido y barato que parece ser la perfecta opción para arreglar el desaguisado sin necesidad de encomendarse a una tarea más demandante. Pero, lo que en un principio parecía una cotidiana historia del Medio Oeste norteamericano, pronto da un giro inesperado.

Esto fue lo que le ocurrió a un ciudadano en apuros que, tras visitar el establecimiento, obtuvo una obra que reunía los requisitos para que su hogar recobrara la armonía perdida. Y todo ello por el módico precio de 30 euros. Nadie podría presagiar que el destino le deparaba una sorpresa solo al alcance de las ficciones más inverosímiles.

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Tras haber sopesado diferentes “parches” para su entuerto, este hombre se dejó llevar, quizás guiado por la mano de un ángel guardián, hacia un cuadro en concreto y, cuál fue su sorpresa cuando descubrió que la obra de arte en cuestión tenía un valor de mercado algo superior a la tasación realizada por el dueño de la tienda donde lo adquirió.

Un juego de mesa

Durante la noche, mientras se encontraba en compañía de un grupo de amigos jugando al juego de mesa de preguntas y respuestas Masterpiece, hizo un descubrimiento que le cambió la vida. Resulta irónico que el juego en cuestión girara en torno a las subastas de arte, ya que durante el transcurso de la partida descubrió, para su sorpresa, que su cuadro era objeto de una de las preguntas.

La lotería de Indiana

El cuadro en cuestión, resultó ser obra del artista Martin Johnson Heade, pintor norteamericano del siglo XIX especializado en paisajes. Ante el shock inicial, el hombre llevó a cabo un plan de acción para certificar su auténtico valor, algo que debería haber hecho quien se lo vendió, descubriendo en una casa de subastas que su precio alcanzaba el millón de euros. Así, este ciudadano anónimo consiguió tapar algo más que un agujero, convirtiéndose en un feliz millonario por cosas del azar o, quién sabe, del destino.

Antecedentes

No es la primera vez que un ciudadano norteamericano se encuentra con una sorpresa de esta magnitud, pues, hace más de 30 años, la camionera californiana Teri Horton obtuvo por 5 dólares una pintura que resultó ser obra del conocido pintor expresionista abstracto Jackson Pollock. Lejos de conformarse con la primera tasación, la propietaria de la obra rehusó venderlo por menos de 50 millones de dólares, muriendo en 2019 sin haber llevado a término la transacción.