Ni el Bichón Maltés ni el Spaniel: esta es la mejor raza de perro para convivir con gatos, según un experto

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Adoptar una mascota siempre supone una decisión importante, pero cuando ya se tiene un animal en casa, la cuestión se vuelve aún más delicada. Y en especial si se habla de la convivencia entre perros y gatos, una combinación que aún despierta ciertas dudas, aunque muchos expertos aseguran que la idea de que los perros y los gatos no se llevan bien es más un mito que una realidad. Para quienes buscan asegurar la armonía en el hogar, no basta solo con desmentir estereotipos, también es clave conocer qué razas de perro podrían ser las mejores compañeras para un felino.

Iván Merino, adiestrador canino con más de 15 años de experiencia y director de Euskan Adiestramientos, ha desvelado que “lo más importante no es tanto la raza del perro como el carácter de cada individuo”. Sin embargo, reconoce que algunas razas, por su temperamento y comportamiento, tienden a adaptarse mejor a la convivencia con gatos.

"En general, cualquier perro puede aprender a convivir con un gato si se socializa de forma adecuada, pero algunas razas destacan por su naturaleza dócil, su inteligencia y su capacidad para entender los límites de los felinos", ha explicado Merino. Entre estas razas sobresalen dos que a menudo lideran la lista de las más recomendadas: el Labrador Retriever y el Golden Retriever.

Ambas razas comparten un carácter equilibrado, una personalidad amigable y, sobre todo, una paciencia infinita, lo que las convierte en compañeras ideales para convivir con gatos. El Labrador, en particular, es conocido por su capacidad de adaptarse a diferentes entornos, y el Golden, por su ternura y afán de complacer a sus compañeros humanos (y no humanos).

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El Bichón Maltés y el Spaniel también son candidatos que muchas familias consideran a la hora de buscar un perro compatible con gatos. Son razas de pequeño tamaño, lo que a menudo las hace parecer una opción menos intimidante para los felinos. El Bichón Maltés es dulce, juguetón y generalmente muy cariñoso, aunque a veces su energía puede ser un poco intensa para gatos más tranquilos.

El Spaniel, por otro lado, es una raza con una larga historia como perro de compañía. De temperamento alegre y sociable, es una opción a tener en cuenta, aunque debido a su instinto cazador, es esencial un buen proceso de socialización desde cachorro. Se trata de un perro que se lleva bien con otros animales, pero siempre hay que vigilar las primeras interacciones con el gato con el objetivo de evitar que el instinto salga a la luz.

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Otra raza interesante es el Pomerania, un perro pequeño pero valiente. Con un buen adiestramiento, puede convivir sin problemas con gatos, pero debido a su fuerte personalidad, es recomendable que ambas mascotas tengan espacio para sus propios territorios dentro del hogar.

Independientemente de la raza que se elija, hay algunos aspectos fundamentales a tener en cuenta cuando se introduce un perro en un hogar con gatos. El olfato, por ejemplo, juega un papel crucial en las primeras impresiones. Merino sugiere que, antes del primer encuentro, es una gran idea que ambos animales se familiaricen con el olor del otro a través de objetos personales, como pueden ser, por ejemplo, las mantas o juguetes.

Además, hay que tener en cuenta que perros y gatos se organizan de manera diferente. Mientras que los perros suelen seguir una estructura jerárquica, los gatos valoran mucho su independencia. Por ello, es importante respetar los espacios y rutinas de cada uno sin forzar el contacto. También se recomienda que tanto los perros como los gatos tengan lugares específicos para comer y descansar.

Por último, y no menos importante, si tras las primeras semanas la convivencia resulta complicada, no hay que desesperarse. Consultar con un veterinario especializado en comportamiento animal, como un etólogo, puede ser clave para identificar posibles problemas de conducta y resolverlos de forma efectiva.