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El truco más efectivo y sencillo para purgar tus radiadores (y sin mancharte)
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PUESTA A PUNTO

El truco más efectivo y sencillo para purgar tus radiadores (y sin mancharte)

Un sencillo método para dejar listos nuestros radiadores antes de la incipiente llegada del descenso de temperaturas

Foto: Ha llegado el momento de entrar en calor. (Freepik)
Ha llegado el momento de entrar en calor. (Freepik)

El frío acecha agazapado e impaciente, esperando que llegue su gran momento, y antes de que nos alcance podemos empezar a calentar motores y poner a punto nuestros radiadores. Debido a que no es aconsejable purgarlos cuando estén calientes, puesto que podrían ocasionar quemaduras, podemos aprovechar mientras aún no los hemos comenzado a usar.

Esta época resulta ideal para llevar a cabo el proceso que, además, es sumamente sencillo. Este puede llevarse a cabo sin contar con un especialista, salvo si el usuario detecta anomalías, roturas o malos funcionamientos, en cuyo caso se recomienda contactar con el servicio técnico.

Foto: Los productos estafados. (Policía Nacional)

Un proceso sencillo

Lo primero que debemos hacer es girar la válvula hasta que salga el agua, lo que significará que ya se ha eliminado el aire acumulado. Para evitar mojar el suelo, colocaremos debajo una botella de plástico o un recipiente. Una vez expulsadas estas burbujas de aire que podrían dificultar la circulación del agua, el aparato estará listo para funcionar correctamente.

En caso de ruidos o de que el aparato no calentara lo suficiente, será aconsejable repetir el proceso. Sí, por el contrario, persisten estas irregularidades o si, incluso, se produce alguna fuga de agua, roturas o manchas de óxido, se recomienda contactar urgentemente con un técnico cualificado.

Foto: El invento, junto a un generador y una caldera de hidrógeno (Enapter)

En caso de estar en perfectas condiciones, no debemos olvidar tener en cuenta ciertos detalles para su óptimo funcionamiento, como evitar que estén obstaculizados por cortinas, muebles o cubre radiadores que puedan mermar la su capacidad para transmitir calor, lo que supondría un derroche energético. Asimismo, es preciso regular las válvulas termostáticas basándonos en el tamaño y necesidades de cada estancia.

El frío acecha agazapado e impaciente, esperando que llegue su gran momento, y antes de que nos alcance podemos empezar a calentar motores y poner a punto nuestros radiadores. Debido a que no es aconsejable purgarlos cuando estén calientes, puesto que podrían ocasionar quemaduras, podemos aprovechar mientras aún no los hemos comenzado a usar.

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