¿Dormir con la puerta abierta o cerrada? Esta simple costumbre puede salvarte la vida

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Irse a dormir es uno de los momentos preferidos del día para muchos, aunque cada vez a más personas les cueste descansar por la noche. Existen muchas formas de conciliar el sueño y cada individuo tiene sus preferencias para sentirse más cómodo en su dormitorio. Hay quien usa antifaz, se toma una infusión, se agarra a una almohada o necesita leer antes de acostarse. Pero hay un hábito que deberíamos adoptar todos antes de sumergirnos en un profundo sueño.

Cerrar la puerta de la habitación al dormir puede ser un factor crucial en la seguridad contra incendios, según la Organización de Ciencias de la Seguridad UL. Este simple gesto, a menudo ignorado, "puede ser la diferencia entre la vida y la muerte" en caso de emergencia. Aunque, advierten, esta elección solo la toman un 29% de la población, ya que los datos reflejan que la mayoría se decanta por la otra costumbre: dormir con la puerta abierta.

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Con motivo de la campaña 'Cierra antes de dormir' de la UL, se realizó un experimento para demostrar los peligros de dejar la puerta de la habitación abierta. Algunos de los participantes señalaban que lo hacían sobre todo para vigilar a los más pequeños de la casa. Un gesto que puede aumentar significativamente el riesgo en caso de incendio.

El calor y el humo son los principales enemigos durante un incendio doméstico. En los últimos 40 años el tiempo para poder escapar de las llamas ha disminuido de 17 a 3 minutos porque los materiales sintéticos, los muebles y la construcción de las viviendas actuales, con un diseño más abierto, permiten que el fuego se propague más rápido. Así es más necesario que nunca cerrar la puerta de la habitación.

Esta medida de precaución se convierte en una barrera eficaz contra las altas temperaturas y el humo. Según investigaciones del Instituto de Investigación de Seguridad contra Incendios (FSRI), una puerta cerrada puede reducir drásticamente la temperatura dentro de la habitación en caso de incendio. Mientras que una estancia con la puerta abierta podría alcanzar los 537ºC, con la puerta cerrada la temperatura se mantendría en torno a 37ºC, ofreciendo un tiempo extra para reaccionar y buscar una vía de escape segura.

Además de esta medida, indican que es imprescindible contar con un plan de evacuación claro y bien practicado. Es fundamental identificar las rutas de salida y ensayar la respuesta ante un incendio con los miembros del hogar. También se recomienda la instalación de detectores de humo en todas las áreas de la vivienda y realizar verificaciones periódicas de su funcionamiento. Estos pequeños cambios pueden contribuir de manera significativa a mejorar la seguridad y protección en caso de emergencia.