¿Tienes toallas en mal estado? No las tires, sálvalas con estos sencillos trucos
Recupera la suavidad y frescura de tus toallas endurecidas o con mal olor mediante un sencillo pre lavado y un secado adecuado
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Si tus toallas están ásperas y duras, probablemente se deba a la acumulación de minerales en su tejido. Este fenómeno es habitual en zonas con agua dura, como la costa mediterránea, donde la alta concentración de sales en el agua afecta las fibras de las toallas, volviéndolas rígidas. Por otro lado, si el problema principal es el mal olor, es posible que tus toallas estén afectadas por la proliferación de hongos y bacterias, responsables de ese aroma desagradable.
Una solución fácil y efectiva para recuperar las toallas consiste en un tratamiento casero a base de vinagre. Según una publicación de la cuenta de Instagram @quimicosparahogar, el primer paso es sumergir las toallas en una mezcla de agua tibia con una taza de vinagre por cada cinco litros de agua. Es recomendable dejarlas en remojo durante al menos una hora, lo que ayudará a eliminar los residuos minerales y desinfectar las telas.
Tras el remojo, el siguiente paso es lavar las toallas en la lavadora utilizando una cucharada de detergente y unos 30 gramos de percarbonato de sodio, que ayudará a blanquear y a eliminar cualquier resto de bacterias. Para obtener los mejores resultados, el ciclo de lavado debe realizarse a una temperatura de 40 grados. Este proceso permitirá que las toallas recuperen su suavidad y frescura sin necesidad de productos químicos agresivos.
Una vez lavadas, el secado es clave. Si secas las toallas al aire libre, lo ideal es hacerlo a la sombra y darles la vuelta cada dos horas para asegurar un secado uniforme. Si tienes secadora, un truco interesante es añadir tres o cuatro pelotas de tenis, lo que ayudará a esponjar las fibras y a que las toallas queden más suaves.
Para mantener este efecto por más tiempo, la cuenta recomienda evitar el uso de suavizantes, ya que estos suelen crear una capa que reduce la capacidad absorbente de las toallas. Además, es importante no excederse con la cantidad de detergente, ya que los restos pueden acumularse en las fibras y endurecerlas nuevamente. Con estos sencillos consejos, ¡tus toallas quedarán como nuevas!
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Si tus toallas están ásperas y duras, probablemente se deba a la acumulación de minerales en su tejido. Este fenómeno es habitual en zonas con agua dura, como la costa mediterránea, donde la alta concentración de sales en el agua afecta las fibras de las toallas, volviéndolas rígidas. Por otro lado, si el problema principal es el mal olor, es posible que tus toallas estén afectadas por la proliferación de hongos y bacterias, responsables de ese aroma desagradable.