Así son los mejores trucos caseros para que tus cuchillos de cocina se mantengan afilados

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Si disponemos de un cierto gusto y tendencia por la cocina, comprenderemos la importancia de que un utensilio tan fundamental como los cuchillos estén en perfectas condiciones. Para ello, es indispensable que mantengan su filo impoluto, de manera que corten cualquier alimento con tan solo ejercer una ligera presión.

No obstante, la principal razón para mantener dichos cubiertos afilados tiene que ver con la seguridad. Y es que, aunque pueda parecer lo contrario, un cuchillo sin filo es mucho más peligroso que uno con gran capacidad de corte. En el caso de disponer de algunos con cierto grado de desgaste, estos requerirán que ejerzamos mayor fuerza para cortar distintos productos, lo que aumenta el riesgo de que se nos resbale y nos cause cortes.

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Dicho peligro no existirá con los cuchillos afilados, puesto que nos permitirá practicar diferentes métodos de cortado sin asumir riesgos innecesarios. Es por ello que existen diferentes trucos y hábitos para mantener nuestros cuchillos de la manera más funcional, sin necesidad de productos o utensilios que requieran de un gran desembolso.

Tres trucos imprescindibles

​Uno de los consejos más frecuentes en este sentido es el de no arrojar nuestras diferentes herramientas de cocina al fregadero tras haberlas utilizado. Y es que esta práctica es especialmente destacable en el caso de los cuchillos. Esto viene originado por el choque entre la parte afilada del cuchillo contra la base del fregadero, siendo ambas de metal. Esto provocará que el utensilio para cortar vaya perdiendo su filo poco a poco.

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Por otro lado, si queremos mantener su carácter cortante lo máximo posible, debemos fijarnos sobre la superficie en la que lo utilizamos. Si lo hacemos encima de elementos de aluminio, acero inoxidable, granito o mármol, la hoja del cuchillo se irá deteriorando con el uso de manera más rápida. Es por ello que se recomienda emplear tablas de cortar, las cuales suelen estar fabricadas de materiales que no son dañinos para su filo, como la madera, el polietileno o el plástico.

En último lugar, debemos de tratar de limpiar dichos cubiertos con cierta frecuencia. Los restos de suciedad que se van acumulando en la parte punzante con el tiempo supone que esta pierda su filo de manera progresiva. Es por ello que se recomienda su lavado inmediatamente después de su uso. De esa manera, el deterioro se verá reducido en mayor grado, lo que nos permitirá poseer un cuchillo afilado durante más tiempo.