Un español se muda a EEUU y pasa una noche en el "peor hotel del mundo"

• Un estadounidense va de vacaciones a esta ciudad alicantina y saca una conclusión: "Juraría que no estamos en España"
• Una española cuenta cómo es trabajar en Disney World: "Mickey Mouse paga bien"

Nacho Barrueco, un joven español que se ha trasladado recientemente a Estados Unidos, ha vivido una experiencia que difícilmente olvidará: una noche en el que él mismo ha denominado como el "peor hotel del mundo". A través de su cuenta de TikTok, Barrueco ha compartido con detalle cómo fue su estancia en un hotel de Manhattan que, según sus propias palabras, "no puede tener ni peores reseñas, ni peores comentarios".

Desde su llegada, la sorpresa y el desconcierto dominaron al joven. "No sé si me he metido bien porque es que esto, yo no sé si es un hotel, tío", comenta al describir el establecimiento. A medida que avanzaba por los angostos pasillos, la impresión del lugar no hacía más que empeorar: "Esto es una puta cárcel, qué cojones, o sea, es una cárcel".

"Voy a escuchar los pedos y ronquidos de los de al lado"

La falta de techo en las habitaciones y el ambiente sombrío intensificaron su preocupación. "Voy a escuchar los pedos y ronquidos de los de al lado", lamentaba, al notar que las paredes no ofrecían privacidad alguna.

Las condiciones deplorables del hotel

La habitación en la que pasó la noche, lejos de mejorar la impresión inicial, destacó por sus reducidas dimensiones y su estado de conservación deplorable. Barrueco describió las paredes, cubiertas de "mocos y corridas", lo que le llevó a reflexionar sobre la cantidad de personas que habrán soportado noches incómodas en ese lugar. Sin embargo, entre las escasas comodidades del hotel, el joven resaltó la presencia de una manta, una toalla y, sorprendentemente, un cepillo y pasta de dientes.

El baño tampoco escapó a las críticas de Barrueco. Impactado por el moho visible en las paredes, el español no pudo evitar compartir su indignación con sus seguidores. A pesar de las condiciones, Barrueco intentó mantener el buen humor durante toda su estancia, relatando cada uno de los detalles más sorprendentes del lugar.

Una experiencia inolvidable

Aunque la noche prometía ser terrible, Barrueco reconoció al día siguiente que "no hemos dormido mal del todo", aunque también señaló que el colchón era "una mierda" y que, con su 1,75 metros de altura, apenas cabía en la cama. "Hemos apoyado la espalda, que eso es lo que cuenta", bromeó, tratando de ver el lado positivo de su experiencia.

Finalmente, el joven abandonó el hotel al amanecer, describiendo la noche como "una noche para recordar" y calificando el lugar como "el sitio más obrero donde he dormido en mi vida". A pesar de las adversidades, Barrueco logró superar la experiencia, que probablemente se convertirá en una anécdota más en su nueva vida en Estados Unidos.