El lugar de la cocina que (casi) siempre te olvidas de lavar y que es un foco de bacterias
El lavamanos y el fregadero pueden convertirse en los principales focos de infección de nuestra casa, por lo que debemos atender a su lavado de manera frecuente.
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Con la inminente llegada del otoño, la bajada de temperaturas empieza a surgir, lo que supone un foco para la aparición de bacterias y virus como el de la gripe. Estos pueden propagarse a través de diversos usuarios con bastante más frecuencia que en otras épocas del año, por lo que es normal que el número de casos aumente durante las próximas semanas.
Uno de los orígenes principales de diversas infecciones es precisamente el lugar donde tratamos de llevar a cabo el lavado de nuestras manos para evitar contraer este tipo de enfermedades. Y es que tanto el grifo del lavabo como el del fregadero suponen unos verdaderos caldos de cultivo para patógenos capaces de causar enfermedades como neumonía o infecciones en heridas.
Aunque los grifos en lugares públicos son los que más riesgo disponen en cuestión de patógenos y enfermedades, los de nuestra vivienda no se quedan atrás. Es por ello que existen diferentes métodos de limpieza y desinfección con los que nuestro baño y cocina se mantengan impolutos y alejados de posibles bacterias virulentas.
Evitar infecciones
Con cada lavado de manos que realizamos a lo largo del día, nuestro grifo va sufriendo un proceso de deterioro. Aunque al principio pueda parecer imperceptible, si no limpiamos nuestro lavabo con cierta regularidad, la aparición de bacterias y agentes infecciosos puede ocurrir en cualquier momento, por lo que disponer de cierto cuidado será crucial en este aspecto.
Para limpiar nuestros grifos, ya sean del lavabo o del fregadero, debemos emplear una solución de agua y jabón para retirar la suciedad más llamativa de su superficie. Si estas manchas son resistentes, podemos recurrir al detergente para combatirlas y erradicarlas del todo. Sin embargo, con estos solo habremos realizado la primera parte. Tras ello, es momento de llevar a cabo el proceso de desinfección. De esta manera, reduciremos la cantidad de gérmenes a niveles que se establecen como seguros para nuestra salud. Para realizarlo, utilizaremos soluciones de lejía más débiles y aerosoles desinfectantes. Debemos poner especial hincapié en el grifo del fregadero, ya que el agua surgida del mismo es empleada para fines alimentarios.
En el caso de que en nuestra casa habite una persona con síntomas de padecer algún tipo de enfermedad infecciosa de estas características, como pueden ser desde un resfriado común hasta casos de gripe, lo más recomendable es llevar a cabo un proceso de desinfección más minucioso. Por lo tanto, aplicaremos nuestra solución de detergente y agua tibia por toda la superficie del grifo. Con ello, reduciremos el riesgo de contagio y mantendremos una mayor seguridad.
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