Estos son los dos consejos a seguir para adiestrar a tu gato

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Nuestros compañeros felinos tienen a menudo fama de ariscos y, pese a haber ganado en popularidad durante los últimos años, tienen una consideración muy diferente a la de los perros. También son animales muy inteligentes, pero su educación requiere de otros métodos algo distintos a los empleados con los canes.

A diferencia de estos, los gatos son algo menos dóciles y complacientes, y resultará una tarea imposible conseguir adiestrarlos para que nos den la patita o para que se sienten cuando así se lo ordenemos. Por el contrario, necesitarán de un acompañamiento más amable y sutil, ya que solo entienden el refuerzo positivo.

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Lo más importante es comenzar lo antes posible, desde que son pequeños, para así inculcarles unos hábitos que sean compatibles con las normas de convivencia básicas de nuestro hogar. En caso de que los gatos lleguen a nuestra vida con una edad más avanzada, deberemos ser comprensivos, ya que posiblemente traigan consigo unas costumbres ya adquiridas, y que solo podrán ser pulidas con mucha paciencia.

Educación en vez de adiestramiento

Los castigos físicos tan solo conseguirán un efecto peor, derivando en cuadros de miedo, estrés o agresividad, y alejándonos aún más del objetivo que buscábamos. Si lo que deseamos es evitar que arañen nuestros muebles o hagan sus necesidades fuera del arenero, deberemos indicárselo en el momento exacto con un “no” rotundo, tratando de que así asocien esa conducta con algo malo. Llevaremos a cabo este método de manera regular, asegurándonos de que acaben asimilándolo poco a poco.

Recompensas

Para alentarlos en las buenas costumbres, se recomienda acompañar estos límites con algún premio en forma de golosina o caricia, ayudándoles con tacto a integrar nuevos comportamientos. Cuando lo hagamos, debemos entender que sus fechorías tan solo se deben a que quieren jugar, y en ningún caso responden a la necesidad de querer hacer algo incorrecto, ya que, pese a no ser animales complacientes, saben que les conviene tener contento a su humano.

Por ello es importante tener mucho tacto y mucha paciencia para que nuestros pequeños compañeros de piso aprendan a su ritmo bajo una supervisión constante. Tener en cuenta la naturaleza de estos depredadores en miniatura es esencial para entenderlos mejor y conseguir nuestros objetivos.