Esto es lo que nunca te contaron sobre tu gato: la curiosidad del día que no puedes dejar escapar
Esta peculiaridad, desconocida para muchos, forma parte de su genética y de la evolución de la especie
Los gatos, esos enigmáticos compañeros de hogar que nos fascinan con su comportamiento y misteriosa personalidad, guardan un secreto en su paladar: no pueden saborear lo dulce. Esta peculiaridad, desconocida para muchos, forma parte de su genética y de la evolución de la especie.
A diferencia de los humanos y otros mamíferos, los felinos carecen de la capacidad de percibir sabores dulces debido a una mutación en los genes que codifican los receptores del gusto. Concretamente, se ha identificado que el gen Tas1r2, responsable de una de las subunidades del receptor del dulce, está inactivo en los gatos. Esta mutación ha hecho que, a lo largo de los milenios, estos animales pierdan la capacidad de detectar los sabores azucarados.
¿Por qué ocurre esto? La respuesta está en la dieta estrictamente carnívora de los gatos. A lo largo de su evolución, los felinos han dependido exclusivamente de la carne para su supervivencia, lo que ha llevado a su organismo a especializarse en detectar sabores umami, relacionados con las proteínas y los aminoácidos, en lugar de los azúcares.
Este hecho no solo es una curiosidad científica, sino que también tiene implicaciones prácticas. Los propietarios de gatos deben ser conscientes de que ofrecer alimentos dulces o azucarados a sus mascotas no les resultará placentero y, en algunos casos, puede ser perjudicial para su salud. Los gatos, al no sentir atracción por lo dulce, no encontrarán placer en golosinas como el chocolate o el caramelo, que además son tóxicas para ellos.
En lugar de eso, los felinos prefieren sabores que reflejan su dieta natural. Las proteínas y grasas son los componentes que más disfrutan, y los fabricantes de alimentos para gatos lo tienen en cuenta al diseñar piensos y golosinas que atraigan a estos exigentes paladares.
La incapacidad de los gatos para saborear lo dulce es un fascinante ejemplo de cómo la evolución adapta a las especies a su entorno y necesidades. Es una curiosidad que nos recuerda que, aunque compartimos nuestros hogares con ellos, los gatos son criaturas con instintos y características muy diferentes a las nuestras.
Los gatos, esos enigmáticos compañeros de hogar que nos fascinan con su comportamiento y misteriosa personalidad, guardan un secreto en su paladar: no pueden saborear lo dulce. Esta peculiaridad, desconocida para muchos, forma parte de su genética y de la evolución de la especie.
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