La inteligencia de los perros a prueba: el vídeo viral que confirma nuestras sospechas

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Bunny, ‘el perro hablador’, ha sido de un tiempo a esta parte una de las sensaciones virales que más asombro ha creado en las redes. Su dueña, una experta en conducta canina, le regaló hace tres años una alfombra con botones que emiten palabras, que pronto se convirtió en el juguete favorito de Bunny.

Cada uno de esos botones emite una frase o palabra que le permiten comunicarse con su dueña. Así, cuando tiene hambre, pulsa el botón que dice ‘comida’ y, cuando su humana le pregunta si quiere salir a pasear, presiona con su pata ‘vamos’ o ‘jugar’. El vídeo que sin duda se ganó el corazón de los internautas fue aquel en el que Bunny pulsó el botón ‘te amo, mami’.

A pesar de lo enternecedora que esta escena pueda resultar, fueron muchos los escépticos que pusieron sobre la mesa que la mascota, lejos de entender realmente el significado de las palabras, tan solo asociaba los botones a los efectos que podrían derivarse de presionarlos.

Base científica

La onda expansiva llegó hasta el mundo científico, y estos sorprendentes vídeos han encontrado respaldo a través de un estudio realizado por el Laboratorio de Cognición Comparativa de la Universidad de California, que determina que Bunny sí comprende los sonidos que emiten los botones. “Este estudio aborda el escepticismo público sobre si los perros entienden realmente lo que significan los botones”, afirma Federico Rossano, director del estudio.

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Un estudio con 30 perros

El estudio involucró dos experimentos: uno en el que investigadores visitaron 30 hogares de perros para evaluar sus respuestas a botones, y otro en el que 29 dueños realizaron pruebas en casa bajo supervisión remota. Los perros entrenados respondieron correctamente a palabras como ‘jugar’ y ‘fuera’, ya fueran dichas por sus dueños o activadas por un botón. Los resultados sugieren que nuestros amigos peludos no solo interpretan el lenguaje corporal de sus dueños, sino que también están procesando las palabras.

“Nuestros hallazgos son relevantes porque demuestran que las palabras son importantes para los perros y que responden a las palabras en sí, no solo a las señales asociadas”, concluyó Rossano.