El vuelo de una agrupación folklórica se retrasa y deciden armar la fiesta dentro del avión, pero no todo fueron risas

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El regreso a Madrid de la Agrupación Folklórica Rosa del Azafrán, después de participar en un festival en Hungría, se convirtió en una experiencia inolvidable para todos, pero no precisamente por las razones que esperaban. Lo que comenzó como un simple retraso de vuelo acabó convirtiéndose en una auténtica aventura, llena de música, buen humor y, desafortunadamente, muchos inconvenientes.

El grupo, que había viajado desde Consuegra, una localidad de Toledo, para participar en el ‘Királyi Napok / Royal Days Festival’ en Budapest, no pudo evitar mostrar su espíritu alegre a pesar del contratiempo por el retraso del vuelo. Con varios instrumentos a mano, decidieron amenizar la espera dentro del avión con un pasodoble. Los pasajeros, lejos de molestarse, se unieron al festejo y grabaron el momento, que pronto se viralizó en redes sociales. El pasodoble Carrascosa, interpretado por los músicos, llenó de ritmo la cabina del avión en medio de la incertidumbre.

Sin embargo, lo que comenzó como un momento festivo terminó en frustración cuando el vuelo fue cancelado después de cinco horas de espera a bordo. “Te devuelven a la terminal y comienza la aventura”, comentaron los miembros del grupo en sus redes sociales. La aerolínea Iberia, que operaba el vuelo, les entregó una hoja informativa con disculpas y una recomendación poco útil: que buscaran alojamiento por sus propios medios debido a “la falta de plazas hoteleras disponibles”, prometiendo reembolsar los gastos posteriormente.

Tardaron 38 horas en llegar a Madrid

La situación se volvió más complicada cuando la agrupación, compuesta por 27 personas, incluyendo varios menores, tuvo que pasar la noche en el aeropuerto esperando una solución que nunca llegó. A la mañana siguiente, sin noticias de Iberia, los integrantes de la agrupación decidieron tomar cartas en el asunto. Divididos en pequeños grupos, se embarcaron en diferentes rutas hacia Madrid, tomando vuelos hacia destinos como Múnich, Ámsterdam y París.

“Hicimos lo que a Iberia tanto le gusta que hagan sus clientes de grupos… buscarse la vida”, comentaron con ironía en su perfil de TikTok, reflejando el sentir de muchos pasajeros en situaciones similares. Finalmente, el periplo concluyó 38 horas después, cuando todos los miembros de Rosa del Azafrán lograron reunirse en Madrid.

El mal sabor de boca dejado por la falta de apoyo de la aerolínea no logró empañar del todo la experiencia vivida, aunque la agrupación folklórica no dejó de lamentar la odisea que debieron sufrir para regresar a casa. La historia, aunque con un final feliz, sirvió para reflejar las dificultades que muchos viajeros enfrentan cuando se encuentran a merced de las decisiones de las aerolíneas.