El truco para acertar con el suavizante: las prendas que no deberías lavar nunca con este producto

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El suavizante es sinónimo de frescor y esponjosidad, y es un elemento indispensable cuando hacemos la colada. A pesar de que no tenga la capacidad de eliminar la suciedad, como sí hace el detergente, este producto químico es el que crea la sensación de limpieza, y resulta indispensable añadirlo antes de poner en funcionamiento nuestra lavadora.

Sus propiedades permiten que nuestra ropa salga, además de perfumada, menos arrugada, ya que elimina la electricidad estática de la misma, permitiendo así que sea más fácil de planchar. Sin embargo, el uso continuado de este producto, puede afectar a determinadas prendas, ya que crea una fina capa serosa en las fibras de sus tejidos que, a la larga, hará que estas pierdan sus funciones y cualidades.

No debes lavar esta ropa con suavizante

La lana es un tejido confortable y cálido que, además, tiene una textura suave muy agradable al tacto. Lavarla con suavizante, dará lugar a que las fibras de estas prendas se vayan apelmazando paulatinamente con la consiguiente pérdida de esponjosidad. Otras prendas delicadas, como la cachemira, la seda, el damasco o el poliéster, presentan, también, una suavidad natural que puede verse afectada tras repetidos lavados, dando lugar a acartonamientos y arrugas. Se recomienda lavarlas tan solo con un detergente especial y utilizando agua fría.

La ropa técnica y deportiva también sufrirá los estragos de un uso excesivo y continuado, ya que está hecha de materiales para transpirar y evitar que nos empapemos durante la actividad física. Si la tela es natural, el suavizante hará que sus fibras pierdan a la larga su capacidad de absorber el sudor y transferirlo al exterior, dando lugar a ropa poco elástica y con aspecto envejecido.

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Otras prendas delicadas como la ropa interior o la lencería, que ya de por sí presentan un aspecto suave y agradable al tacto, pueden dañarse fácilmente con el uso de este producto químico, y es preferible lavarlas solo con detergente líquido. Por su parte, la ropa de baño, a pesar de estar expuesta a agentes externos como el cloro, la sal, el sol y la arena, es muy sensible al uso de suavizante, por lo que es preferible lavarla con agua fría, un jabón especial para ropa delicada y, en la medida de lo posible, seleccionando un programa sin centrifugado.

La ropa de bebé

En cuanto a la ropa de bebé, hay que tomar una serie de precauciones para evitar que las sustancias adheridas a las fibras produzcan a la larga, alergias e irritaciones en la piel del pequeño. Para evitarlo se recomienda utilizar productos hipoalergénicos de origen natural, mucho más seguros.

Unos pequeños consejos que pueden ayudarnos a alargar la vida de algunas de nuestras prendas favoritas, así como a mantener en las mejores condiciones otras con un valor más funcional. Cambiar el programa de la lavadora o, incluso, lavar a mano con detergente o jabón líquido, puede quitarnos muchos quebraderos de cabeza. Si aún echas de menos este producto, algunos expertos sugieren el vinagre de limpieza como una buena alternativa.