Una farmacéutica sube a su perfil de TikTok una curiosa anécdota con un cliente y las redes estallan
Algunos compradores tratan de hacer devoluciones de productos defectuosos. Sin embargo, existen ocasiones en las que el problema radica en que su empleo no se está llevando a cabo correctamente.
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Vivimos en una sociedad en la que existen múltiples profesiones. Muchas de ellas, como la de dependiente o la de camarero, requieren de un trato y comunicación constantes con los clientes a los que se debe atender. En la mayoría de ocasiones, este trámite entre empleado y usuario tiene lugar sin mayores sorpresas, en la que ambas partes consiguen su respectivo beneficio de esta interacción.
Sin embargo, existen escenarios que equivalen a un malentendido en esta clase de situaciones. En este caso, el dicho popular de ‘el cliente siempre tiene la razón’ brilla especialmente por su falta de veracidad, puesto que muchas personas tratan de realizar ciertas acciones, como puede ser la devolución de un producto, con una idea equivocada en mente, no estando dispuestos a reconocer su error.
@farmatiks Llevo 12 años trabajando en farmacia y los grandes dilemas de la atención al público siguen siendo un misterio para mí. Me gustaría de verdad conocer vuestra opinión¿Cúando debemos ceder aunque tengas razón? ¿Tú qué harías? #anecdota #atencionalpublico #negocio #farmacia #clientes #farmaceuticos #farmaceutica ♬ sonido original - Farmatiks
Un ejemplo muy representativo de ello lo ha querido compartir la usuaria @farmatiks que, a través de una publicación en su perfil de TikTok, ha explicado el contratiempo que ha sufrido recientemente con una clienta. En este, la farmacéutica trataba de explicarle a la compradora que no podía realizar su devolución, pese a que esta insistía en llevar la razón.
Dificultades de la atención al público
La joven explica en el vídeo cómo una anterior clienta deseaba hacer la devolución de un producto que estaba defectuoso. En este caso era un spray de agua de mar, empleado para desatascar los orificios nasales. Este suceso se hubiera dado con total normalidad de no ser porque el artículo no presentaba ningún desperfecto que impidiese su empleo.
La clienta aseguraba que el spray no rociaba el líquido cuando pulsaba el botón de la parte superior del bote, por lo que no podía hacer uso de él. Sin embargo, la farmacéutica trataba de explicarle que el problema real era que la mujer no presionaba el botón con la suficiente fuerza como para que el agua salada fuera expulsada del recipiente. Por lo tanto, esta no podía llevar a cabo la devolución, pese a la insistencia de la clienta en realizarla, ya que el producto estaba en buen estado.
Es por ello que, al final de la publicación, la usuaria plantea una reflexión sobre la atención al público. Esta se cuestiona si era mejor seguirle la corriente a la clienta y efectuar la devolución para evitarse mayores problemas o seguir el protocolo y no realizar el trámite, puesto que el artículo no presentaba ningún defecto.
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