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El 'macabro' juego de la pelota, un ritual Maya que acababa con sacrificios humanos
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EL 'POK-TA-POK'

El 'macabro' juego de la pelota, un ritual Maya que acababa con sacrificios humanos

Más que un deporte, era un ritual político y religioso crucial en las culturas mesoamericanas. Representaba la lucha entre el bien y el mal, con sacrificios humanos que garantizaban el orden cósmico

Foto: Marcador maya del juego de pelota, recuperado del sitio de Chinkultic y fechado en 591 d. C., con una representación finamente incisa de Hun Hunahpú. (Wikimedia Commons)
Marcador maya del juego de pelota, recuperado del sitio de Chinkultic y fechado en 591 d. C., con una representación finamente incisa de Hun Hunahpú. (Wikimedia Commons)

«Donde hay educación no hay distinción de clases»

Confucio.

En las culturas mesoamericanas (el área comprendida entre Guatemala, Nicaragua y el sur de México) previo al advenimiento del imperio español, hay muchos aspectos sin explicación suficiente para el común, salvo para aquellos especialistas en arqueología o antropología local. Esta zona en particular, antes del proceso de conjunción de las diferentes culturas trasatlánticas, se podría decir que era la zona de influencia de la extraordinaria cultura Maya y sus ciudades estado, fenecida poco antes de la llegada de los españoles.

Sin lugar a dudas que, más allá de sus conocimientos de astronomía y matemáticas, de sus constantes guerras civiles, de la enigmática herencia devorada por la selva y sepultada en el silencio del tiempo, uno de sus legados a la humanidad, el original juego de la pelota (pok-ta-pok), no era en sentido estricto un deporte, sino más bien un ritual relevante en lo político y religiosos cuya frontera no era distinguible, pues ambos conceptos estaban íntimamente asociados. El sacrificio que suponía a los perdedores renunciar a sus vidas a manos de sus adversarios, estaba ligado a la garantía del mantenimiento de un orden cósmico predeterminado.

El juego de la pelota, confeccionada a partir de caucho, era un ritual muy arraigado en las culturas ocupantes en diferentes periodos (Olmecas, Mayas, Quiches y otros pueblos periféricos menos establecidos en el tiempo) cuyos objetivos trascendían lo deportivo pues, permitían dirimir problemas comunales sin tener que llegar a las manos, resolver riñas y contenciosos, diferencias contractuales o razones enfrentadas en un ambiente más distendido haciendo que el ganador se quedara con la razón. Ocasionalmente, los conflictos de mayor calado podían enfrentarse en estas peculiares canchas sin necesidad de llegar a matarse en el campo de batalla y ahí, sí que corría sangre.

En la época en la que floreció el Periodo Clásico en la cultura Maya (250-950 d.C.) numerosas ciudades proliferaron, retando amplias zonas a la selva

En el «Popol Vuh», el inquietante y quizás esotérico libro sagrado de los mayas ambientado en los momentos preliminares de la humanidad, aparece en las líneas de su texto que, en el instante de la creación del universo, dos hermanos jugaban a la pelota en las proximidades del inframundo. Su inocente comportamiento por lo visto molestó a los señores del mal y ello acarrearía su muerte. Con el paso del tiempo, el espíritu de uno de ellos, Hun Hunahpú, inserto en el árbol de la vida, escupió a una diosa en su regazo para que esta concibiera dos gemelos que, a la postre, serían los representantes de la luz en el enfrentamiento con las hordas del mal. La lucha fue dirimida en el conjunto arquitectónico de Chichén Itzá en donde vencerían a las fuerzas de la oscuridad. En la época en la que floreció el Periodo Clásico en la cultura Maya (250-950 d.C.) numerosas ciudades proliferaron retando amplias zonas a la selva. Con ello, vino el “boom” de las canchas para el juego de pelota para cultivar la memoria de aquel mito en el que ambos gemelos liberan a la humanidad del mal.

Normas y peculiaridades

Sumariamente, el Juego de Pelota Maya era muy popular entre las culturas precolombinas, más allá de que las reglas pudieran tener algunas variaciones. Constaban dos equipos que operaban en una cancha con gradas para los espectadores situada en una hendidura amurallada. Chichen Itzá quizás represente mejor que ningún otro lugar lo que fue este juego. El objetivo consistía en traspasar con una la pelota de caucho y revestimiento vegetal unos aros de piedra sitos en ambos lados del campo de juego usando exclusivamente las caderas, codos y rodillas. La complejidad estribaba no tanto en las contorsiones de los jugadores, sino más bien en colar la bola por el aro, pues esta estaba situada a la altura de una cesta de baloncesto.

placeholder Uno de los aros usados en el juego, localizado en la pirámide de Chichén Itzá. (Wikimedia Commons)
Uno de los aros usados en el juego, localizado en la pirámide de Chichén Itzá. (Wikimedia Commons)

El juego de la pelota Maya era jugado por dos equipos cuyo número variaba entre dos jugadores por bando hasta cinco en función del espacio de juego. Estaba permitido el uso de la cadera, los codos y hombros; los codazos defensivos o profilácticos también entraban en la ecuación. La cabeza, espinillas y los codos estaban protegidos por unas defensas o protectores llamados Pix’om. Según fuera el contenido del litigio que se dirimiera, la intensidad del juego podía subir de tono y la máxima autoridad de entre los espectadores podía determinar una sanción potente, aunque esto no era normal. Se especula con la posibilidad de que el equipo que ganase lo hacía por el mero hecho de tocar aro o por la simple introducción de la pelota en él.

Foto: Ilustración de Cartagena de Indias, ocupada por los barcos holandeses. (Wikimedia)

Aquella ancestral civilización desaparecería de la historia dejando un rastro de incógnitas sin resolver. De la pelota Maya, no se conocen sus exactas reglas, salvo aquellas que se infieren de un juego que guarda cierta similitud cuyo nombre es Ulama y está asentado en los pueblos del área de la Selva Lacandona en la parte oriental del sureño estado mejicano de Chiapas colindante con Guatemala. Como casi todo, el enigma que todavía hoy supone la interpretación de la civilización Maya duerme entre muchos de los inaccesibles misterios que rodean a la presencia de la humanidad en esta extraña escenificación llamada realidad.

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