Cómo deberías lavar las almohadas de tu casa (y cada cuánto tiempo tienes que hacerlo)

¿Hace cuánto que no lavas tus almohadas? Posiblemente ha pasado más tiempo del que te gustaría admitir. Aunque pasamos horas cada noche con nuestras cabezas apoyadas en ellas, muchas veces olvidamos que las almohadas también necesitan una buena limpieza. No solo se trata de mantener una apariencia fresca y libre de manchas, sino de asegurar que estamos descansando en un ambiente saludable.

Las almohadas pueden acumular ácaros, bacterias, hongos y otros alérgenos que no solo son desagradables, sino que pueden afectar nuestra salud. Además, los restos de sudor, saliva y aceites corporales pueden causar problemas de piel y agravar condiciones alérgicas. Aquí te contamos cómo lavarlas adecuadamente y cada cuánto tiempo deberías hacerlo.

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P. M.

¿Por qué deberías lavar tus almohadas?

Con el tiempo, las almohadas acumulan bacterias, ácaros del polvo, sudor, saliva y aceites corporales. Según algunos estudios, una almohada puede llegar a contener hasta un 30% de su peso en residuos como piel muerta y excrementos de ácaros después de dos años de uso. Este cóctel de suciedad no solo es desagradable, sino que puede causar alergias y problemas de piel.

¿Cada cuánto tiempo deberías lavar tus almohadas?

Los expertos recomiendan lavar las almohadas entre 2 y 3 veces al año. Sin embargo, la frecuencia puede variar según el uso y la higiene personal. Por ejemplo, si sudas mucho o no usas funda de almohada, podrías necesitar lavarlas más a menudo. También es una buena idea lavar las almohadas después de recuperarte de una enfermedad.

Pasos para lavar tus almohadas

• Revisa la etiqueta: Antes de meter la almohada en la lavadora, asegúrate de que es apta para el lavado a máquina. Algunas almohadas solo se pueden lavar en seco.
• Usa agua caliente: El agua caliente es más efectiva para matar gérmenes y bacterias. Configura la lavadora para que use agua caliente.
• Ciclo delicado: Aunque las almohadas no son tan frágiles como la ropa interior, un ciclo delicado evitará que se deformen.
• Añade un enjuague extra: Las almohadas pueden retener detergente, así que es recomendable añadir un ciclo de enjuague adicional.
• Lava dos a la vez: Esto ayudará a balancear la lavadora y a que las almohadas se laven de manera uniforme.
• Seca completamente: Usa la secadora a baja temperatura y añade unas pelotas de tenis o bolas de secado para mantener las almohadas esponjosas. Asegúrate de que estén completamente secas para evitar el moho.

Cómo lavar almohadas de diferentes materiales

Almohadas de espuma viscoelástica: estas no deben lavarse en la lavadora. En su lugar, usa bicarbonato de sodio para eliminar olores y un paño húmedo con detergente suave para limpiar manchas. Luego, déjalas secar al aire libre.

Almohadas de plumas: Aunque muchas pueden lavarse en la lavadora, asegúrate de usar un ciclo suave y secarlas bien. Las pelotas de tenis en la secadora también funcionan bien aquí para mantenerlas esponjosas.

Almohadas de látex: Se deben lavar a mano con agua fría y un detergente suave. Evita frotarlas o dejarlas en remojo demasiado tiempo y sécalas al aire libre y a la sombra.

Lavar tus almohadas no es tan complicado como parece y puede marcar una gran diferencia en la calidad de tu sueño y tu salud

¿Cuándo es hora de reemplazar tus almohadas?

No todas las almohadas duran para siempre. Un truco sencillo para saber si tu almohada necesita ser reemplazada es doblarla por la mitad: si no recupera su forma original, es hora de comprar una nueva. También deberías cambiarla si detectas olores a moho o si ya no proporciona el soporte adecuado.

Eliminar manchas amarillas

Las manchas amarillas en las almohadas son comunes y se deben a la acumulación de sudor y aceites. Puedes eliminarlas usando una mezcla de agua caliente, detergente para lavavajillas, detergente para ropa y bórax en la lavadora. Para un tratamiento más suave, usa detergente para prendas delicadas y una esponja para frotar las manchas.

Lavar tus almohadas no es tan complicado como parece y puede marcar una gran diferencia en la calidad de tu sueño y tu salud. Así que, ¡manos a la obra y a disfrutar de unas almohadas frescas y limpias!