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Pitágoras, más allá de los números: ¿fue el griego el "primer vegetariano universal"?
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Pitágoras, más allá de los números: ¿fue el griego el "primer vegetariano universal"?

Los seguidores de Pitágoras debían seguir una serie de reglas estrictas que pasaron a convertirse más tarde en la "ética pitagórica" en la que los animales estaban muy presentes

Foto: (iStock / Elaboración propia)
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¡Qué crimen hundir entrañas en las propias entrañas, engordar con avidez el propio cuerpo con otro cuerpo, y vivir de la muerte de un ser vivo como nosotros! Estas palabras pueden sonar hoy a la narrativa de un activismo en auge, pero resulta que ese auge, en realidad, no es nuevo, y lo demuestran las mismas: no es el eslogan de una nueva marca de productos plant-based, es decir, basados en proteína vegetal, tampoco lo ha dicho alguien en las redes sociales. Es una frase del mismísimo Pitágoras.

Cuando hablamos de vegetarianismo nos referimos a una dieta que excluye el consumo de carnes, pescados y mariscos. Quien la mantiene puede, sin embargo, consumir derivados de productos animales como la leche, los huevos o la miel. En base a esto, de hecho, en la actualidad existen diferentes tipos de vegetarianismo que oscilan según los alimentos permitidos. Así, los lacto-vegetarianos comen lácteos, pero no huevos, mientras que los ovo-vegetarianos comen huevos, pero no lácteos. Se puede ser, también, ovolácteo-vegetariano. Por su parte, las personas veganas omiten también estos productos. En todos los casos, eso sí, la conciencia puede ir más allá de la alimentación.

Foto: Fuente: Wikipedia. Elaboración propia.

Su recorrido es más amplio de lo que muchos pueden llegar a pensar, y también mucho más largo en el tiempo. Según algunos estudios, y siguiendo las evidencias escritas que nuestros ancestros dejaron, este régimen específico se remontaría al menos hasta la Antigüedad. Es más, no solo este, sino también el veganismo. Pitágoras fue uno de los impulsores de estas dietas en aquel momento.

Mucho más que geometría

Filósofo, matemático, reformador religioso y científico, le conocemos bien por su teorema, ese que aprendiste de adolescente y que quizás ahora no recuerdes bien cómo aplicarlo. No te preocupes, porque hay otras aportaciones del griego que no se olvidan. Originario de Samos, su reconocimiento se mantiene paralelo a una vida que sigue siendo un misterio rodeado de leyendas.

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Sabemos que nació en torno al año 570 a.n.e., y que ha cosechado elogios de los más grandes filósofos e historiadores de todos los tiempos: Heródoto decía de él que fue "una de las mentes más grandes de Grecia", y Hegel lo consideró "el primer maestro universal". No obstante, su influencia no se limita a la tesis de la geometría euclidiana que establece que en un triángulo rectángulo, el cuadrado de la longitud de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de las longitudes de los otros dos lados.

Pitágoras es también recordado por sus trabajos sobre música y cosmología, así como por su doctrina de la transmigración de las almas (una idea muy próxima a la noción moderna de la reencarnación). Además de su trabajo teórico, fundó una escuela de pensamiento en la ciudad italiana de Crotona, donde se asentó a vivir tras viajar por Egipto, Siria (Irán), la India y Babilonia. Vamos, que hizo un poco bastante de todo el hombre. De hecho, si queda alguna corriente que no se le atribuya, esa es el vegetarianismo. Y, sin embargo, nada más lejos de la realidad.

La "ética pitagórica"

Según los análisis de varios escritos antiguos, es muy probable que Pitágoras fuera uno de los mayores precursores del movimiento vegetariano, o incluso vegano. Los que lo recogen así no son escritos cualquiera, sino firmados por los mismísimos Platón (de él también se dice que pudo seguir una dieta basada en vegetales, atribuyéndole la frase "los dioses crearon ciertos tipos de seres para rellenar nuestro cuerpo… Son los árboles, las plantas y las semillas"), Séneca u Ovidio. Según estos y otros pensadores que bebieron del griego, Pitágoras habría mostrado siempre una gran dulzura con los animales, deplorando la violencia humana hacia ellos.

Sus seguidores debían seguir una serie de reglas estrictas conocidas como "mandamientos pitagóricos: la abstinencia de carne animal, la observancia del silencio o la práctica de la meditación

En Crotona, los seguidores de Pitágoras debían seguir una serie de reglas estrictas conocidas como "mandamientos pitagóricos". Estas pautas incluían, dicen los escritos, la abstinencia de carne animal, la observancia del silencio, la práctica de la meditación y la justicia para todos los seres vivos , independientemente de su especie. Así, sus seguidores afirmaban poder vivir sin quitar la vida.

Según explican desde la web de Unión Vegetariana Universal (IVU en sus siglas en inglés), "la ética pitagórica se convirtió primero en una moral filosófica entre los años 490 y 430 a.n.e. con el deseo de crear una ley universal y absoluta incluyendo una orden de no matar 'criaturas vivas', abstenerse de la 'desagradable matanza estridente', en particular sacrificios de animales, y 'nunca comer carne'". Fue tan conocida la práctica que pronto cualquier dieta sin carne se pasó a denominar "dieta pitagórica".

El privilegio de tener alma

Según Ovidio en su Metamorfosis, Pitágoras decía y recalcaba a todo aquel que se acercaba a él que "los animales comparten con nosotros el privilegio de tener alma" por lo que debían vivir con los mismos derechos que los seres humanos. En ese sentido, parece que el filósofo también condenó la caza, confesando que le repelían particularmente "las masacres sangrientas", incluso que evitaba usar ropa de cuero o de lana.

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Como explica la periodista Cristina Suárez en Ethic, no solo Pitágoras seguía este razonamiento, sino que era una tendencia habitual de razonamiento en la Antigua Grecia. Allí, "el desarrollo moral de la humanidad era el camino hacia la trascendencia, por lo que es esencial llevar una vida comprensiva, justa y alejada del maltrato y la dominancia", apunta Suárez.

"En un tiempo en el que las palabras 'vegetariano' o 'vegano' no existía, nos encontramos con alguien que no solo aplica estos principios, sino que los difunde en forma de escuela filosófica a todos sus seguidores", recuerdan Joan Boluda y Joseph de la Paz, ambos veganos, en su pódcast Veganismo.

Desde entonces, cada vez más personas han ido uniéndose a esa voluntad, y hoy en día los datos muestran un importante ascenso. En España, el primer informe sobre ello llevado a cabo por The Green Revolution, elaborado en 2017, detectó que el 7,8% de la población adulta reconocía basar su alimentación en vegetales. Dos años después, en 2019, esa cifra aumentó al 9,9%, y en 2021 el último estudio publicado hasta la fecha encontró que hasta un 34% se reconocen como vegetarianos o veganos, un porcentaje que representa el 13% de la población adulta. Si Pitágoras levantara la cabeza…

¡Qué crimen hundir entrañas en las propias entrañas, engordar con avidez el propio cuerpo con otro cuerpo, y vivir de la muerte de un ser vivo como nosotros! Estas palabras pueden sonar hoy a la narrativa de un activismo en auge, pero resulta que ese auge, en realidad, no es nuevo, y lo demuestran las mismas: no es el eslogan de una nueva marca de productos plant-based, es decir, basados en proteína vegetal, tampoco lo ha dicho alguien en las redes sociales. Es una frase del mismísimo Pitágoras.

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