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Lex Papia Poppaea: la historia del impuesto más raro que se ha aprobado jamás
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Lex Papia Poppaea: la historia del impuesto más raro que se ha aprobado jamás

¿Delirante? Quizás, o quizá no, puesto que ha sido un método de recaudación más repetido en diferentes momentos de la humanidad de lo que podría parecer

Foto: Fuente: iStock.
Fuente: iStock.

¿Te imaginas tener que pagar un impuesto por no tener pareja? Pues no es tan descabellado, en realidad, y en la historia del ser humano ha sucedido más de una vez. En general la historia de estos cobros es curiosa, y desde un impuesto sobre la barba implantado por Enrique VIII a otro sobre la orina, ideado por el emperador romano Vespasiano (Pecunia non olet), algunos ejemplos parecen bastante surrealistas.

Y es que, si creías que pagas muchos impuestos, quizá te alivie saber que las autoridades desde siempre han encontrado métodos para conseguir dinero. Suena a mal de muchos consuelo de tontos, sin duda, pero al menos ahora uno puede ser soltero por decisión propia sin tener una soga colgando de su cuello esperando para sacarle los cuartos. Muy diferente fue en la Antigua Roma, cuando en el 403, estando el emperador Augusto en el poder, se estableció este impuesto.

En Roma, si un hombre contraía matrimonio con una viuda de un soldado muerto en combate, recibía una bonificación

Era en realidad una idea de los censores bajo la Lex Papia Poppaea, que establecía unas edades concretas en hombres y mujeres para los matrimonios (quienes superaban esa edad y no habían contraído matrimonio eran entonces declarados célibes y debían enfrentarse a sanciones). Esto obligaba a los denominados célibes no solo a pagar el impuesto, sino que tampoco podían tener hereditas o legado. Obviamente, una vez casado, se dejaba de pagar el impuesto, que se cobraba anualmente y representaba 1% de la riqueza declarada. Además, si un hombre contraía matrimonio con una viuda de un soldado muerto en combate, recibía una bonificación.

Foto: (Sello postal de Libia). Fuente: iStock.

¿Delirante? Quizá, o quizá no, puesto que no ha sido el único momento de la historia. En Rumania, por ejemplo, en la década de los 70 durante el gobierno del dictador Ceacescu también pensó un impuesto parecido. Como buscaba medidas para aumentar la natalidad, organizó a un grupo de funcionarios (la macabra 'policía menstrual') que visitaban las casas sin previo aviso para entregar pruebas de embarazo y después las monitorizaban y hacían un seguimiento. Si después de un tiempo las mujeres a las que se les había otorgado dicha prueba no se quedaban embarazadas, debían pagar un impuesto de celibato. De hecho, a los niños nacidos durante esa época se les conoce como 'Los niños del Decreto'.

Ceacescu organizó a un grupo de funcionarios (la macabra 'policía menstrual') que visitaban las casas sin previo aviso para entregar pruebas de embarazo

Pero el impuesto de soltería, sorprendentemente, también fue una medida establecida en nuestro país. Comenzó en 1925 y duró hasta bien entrados los 60, con la idea de fomentar los matrimonios y la natalidad (eran los hombres, solteros o viudos y mayores de 25 años, los que debían pagarlo). De hecho, una publicación de 1926 en el periódico 'El Sol' mencionaba a un hombre que protestaba por el hecho de tener que pagar el impuesto. Algo muy parecido sucedió en Estados Unidos, donde otra crónica de los años 20 también menciona a un hombre que se declaró objetor del impuesto en Montana, y relata cómo un tribunal acabó dándole la razón.

Incluso Mussolini se pronunció al respecto en Italia por las mismas causas, indicando que en el caso de las mujeres, cuando eran solteras, no podían hacer nada para evitarlo, pero que en el caso de los hombres parecía que lo decidían voluntariamente y que, por tanto, debían pagar impuestos por ello. Incluso en Colombia en los años 40 se estableció que las personas mayores de 35 debían indicar su estado civil (presuponiéndose su soltería si no la indicaban).

Una publicación de 1926 en el periódico 'El Sol' mencionaba a un hombre que protestaba por el hecho de tener que pagar el impuesto

Desde luego, a día de hoy, la medida nos suena surrealista y arcaica. Pero no hace tanto tiempo de la misma. Quizá la idea primigenia era premiar a aquellos que no estaban solteros, pero lo que se conseguía con ello era más bien castigar a los que sí lo estaban. Y, mediante la penalización a aquellos que no se ajustan a la norma establecida no siempre se consigue algo.

¿Te imaginas tener que pagar un impuesto por no tener pareja? Pues no es tan descabellado, en realidad, y en la historia del ser humano ha sucedido más de una vez. En general la historia de estos cobros es curiosa, y desde un impuesto sobre la barba implantado por Enrique VIII a otro sobre la orina, ideado por el emperador romano Vespasiano (Pecunia non olet), algunos ejemplos parecen bastante surrealistas.

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