Tus plantas estresadas te están gritando: aprende a escucharlas y a cuidarlas como te piden

Por si aún quedaban dudas o algún escéptico al lenguaje de las plantas, la inteligencia artificial ha ayudado a dejarlo claro: cuando se les priva de agua o simplemente se cortan, estas emiten "chillidos" para advertirnos. Se trata de sonidos que pueden variar, pero siempre tienen una frecuencia lo suficientemente alta para que las escuchemos. Ahora bien, si desconocemos que esto sucede, o si dudamos, será un esfuerzo en vano. Reconocer y conocer sus gritos es la mejor forma de cuidar las plantas que decoran nuestra casa, así que presta atención a este artículo.

Gracias a nuevo estudio publicado en la revista Cell, tenemos una prueba más (y la más completa) de que las plantas son mucho más que "simples" formas de vida inanimadas. Hasta ahora, investigaciones anteriores ya habían revelado que la sequía produce en las plantas un estado similar a lo que entre nosotros llamamos estrés. Por definición, el estrés es un conjunto de alteraciones que se producen en un organismo como respuesta física a estímulos repetidos.

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En su caso, las plantas pueden sufrir un proceso llamado cavitación, lo que da como resultado la formación de burbujas de vapor en los vasos, que interrumpen la circulación del agua. Es justo durante este proceso cuando la planta produce sonidos que algunos mamíferos e insectos y, por supuesto, otras plantas, pueden percibir por sí mismos, y aunque las personas no tengamos la misma capacidad, sí podemos detectarlos a través de dispositivos de grabación (e incluso sin ellos).

Micrófonos para escucharlas

Uno de dichos estudios previos había revelado, en concreto, que algunas podrían reaccionar con auténtico "pánico" ante la llegada de la lluvia. También sabemos, por ejemplo, que a las plantas no les gusta que las toquen.

Para este nuevo trabajo, los investigadores instalaron micrófonos cerca de varias plantas de tomate (Solanum lycopersicum) y tabaco (Nicotiana tabacum) tanto en una caja insonorizada como en un invernadero. Algunas estaban sanas y otras estresadas (plantas deshidratadas o cortadas).

Después del análisis de los datos, parece que las plantas sanas dejaron escapar menos de ese "llanto" medido por hora. Por otro lado, otras llegaron a emitir hasta varias docenas. De todas, las plantas de tomate afectadas por la sequía fueron las más ruidosas, emitiendo más de cuarenta gritos por hora. Estas llamadas se manifiestan en forma de un sonido similar al que hacen las burbujas de plástico cuando las explotamos.

Con la vista también podemos entenderlas

Luego, los investigadores introdujeron esas grabaciones en un algoritmo de aprendizaje automático (un sistema de inteligencia artificial que utiliza datos para aprender y crear modelos estadísticos). Luego descubrieron que este último tenía una tasa de éxito de alrededor del 70% para distinguir los sonidos emitidos por diferentes plantas expuestas a diferentes factores estresantes.

Los causantes de este estrés a menudo son la temperatura o el riego, o ambas a la vez. Así, conviene evitar siempre las heladas, pero también la exposición constante al sol

Este nuevo hallazgo sugiere que en el futuro podemos usar dispositivos de grabación e inteligencia artificial (IA) para monitorear los cultivos en busca de estos signos de estrés. Mientras tanto, hay algunos métodos más simples para acercarnos a nuestras plantas y evitar que se vayan deteriorando.

Lo primero que debemos saber es que los causantes de este estrés a menudo son la temperatura o el riego, o ambas a la vez. Así, conviene evitar siempre las heladas, pero también la exposición constante al sol. Para conseguir el mejor equilibrio de luz que nuestra planta requiera, basta con consultar a un experto al adquirirla cuáles son sus necesidades. Cuidado con transpantarlas mal o en el momento menos adecuado (este paso es primordial para que prospere).

Lo que hay que evitar

De la misma forma, tanto la falta como el exceso de agua pasarán factura a nuestras plantas. En este sentido, hay que tratar a la planta de acuerdo con sus raíces, es decir, imaginarla más allá de su parte visible: como explican desde el portal de Verdecora, las sequías y los encharcamientos provocan que lo que queda bajo tierra no sea capaz de absorber los nutrientes y distribuirlos debidamente por los tejidos vegetales, lo en el peor de los casos acabará con la vida de la planta.

Además de todo ello, otras cuestiones a tener en cuenta son los desequilibrios químicos en el sustrato elegido. Si bien existen diferentes tipos de tierra, por lo que debes preguntar en tu floristería o invernadero de confianza por el mejor para tu planta, en cualquier caso es crucial que se trate de un sustrato rico y, por supuesto, libre de hongos y bacterias.

La falta o exceso de nutrientes en el sustrato también puede darse como consecuencia de una administración inadecuada de los fertilizantes, o incluso por una falta de renovación del suelo cuando toque. Es entonces cuando esos hongos y bacterias derivan en virus o atraen insectos que son, de hecho, uno de los motivos fundamentales de estrés en las plantas.