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¿Serías infiel a tu pareja con una inteligencia artificial? Así está irrumpiendo en la terapia conyugal
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¿Serías infiel a tu pareja con una inteligencia artificial? Así está irrumpiendo en la terapia conyugal

Una terapeuta de parejas ha liderado una serie de experimentos para medir nuestro nivel de resistencia a la tentación con seres virtuales en comparación con seres de carne y hueso. Aquí están los resultados

Foto: Foto: iStock.
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La inteligencia artificial promete ser una de las mayores revoluciones que lleguen a nuestras vidas cuando se democratice su uso, al igual que ocurrió con Internet al comienzo del milenio. Nuestra vida cambiará completamente, no solo en el ámbito profesional, sino también en el privado o el más emocional. Se trata de una tendencia que empezamos a ver en ciertas películas como Her (Spike Jonze, 2013), en la que se da la disyuntiva entre un amor real, físico, y uno virtual y abstracto, pues encontrar a un alma gemela en ese otro plano de realidad no costaría tanto, ya que está fabricada con nuestros mayores deseos e idealizaciones sobre cómo potencialmente sería esa persona ideal.

Entonces, esto plantea varios dilemas en el ámbito relacional, pero también muchas oportunidades. Así lo ven terapeutas de parejas como Gurit E. Birnbaum, quien ha publicado un interesante texto en la revista Psychology Today explicando varios de sus estudios realizados hasta la fecha y que ponen en serio aprieto a las parejas en temas como la fidelidad. Al fin y al cabo, imagina que podrías simular estar con la persona de tus sueños, la cual dista mucho con la que estás en realidad debido a algo tan simple como el libre albedrío. En este sentido, la psicóloga ha experimentado con las parejas este tipo de tecnología para que ambos vean por sí mismos el nivel de resistencia que ponen a las múltiples tentaciones que puedan surgir.

"Ligar con una inteligencia artificial no llevaba a percibir a parejas alternativas del mundo real como menos atractivas"

La psicóloga estableció la hipótesis de que se podía entrenar la resistencia a la infidelidad en las parejas gracias a la realidad virtual. Es decir, ligar con una IA que se antoja como la persona de tus sueños puede prevenir que si esto mismo sucede en la vida real, el sujeto tenga más reparos en hacerlo. "Examinamos si la exposición a una amenaza débil (flirtear con un humano virtual) haría que las personas tuvieran menos tentaciones en el mundo real", asevera la psicóloga. "Esta exposición probablemente les recordara sus compromisos a largo plazo, al tiempo que les preparaba para defender su relación. Predijimos que los encuentos virtuales llevarían a las personas a desear más a su pareja actual y a devaluar el atractivo de las parejas alternativas".

Tres estudios, tres ejes

A la hora de programar a ese ligue virtual, los científicos atendieron a tres modalidades de seducción: el contenido de la conversación (con frases abiertamente seductoras o preguntas propias del mundo del ligoteo), el contacto visual y la comunicación no verbal (la cual también delata muchas intenciones). En un primer estudio, un entrevistador físicamente atractivo para los participantes les entrevistó justo después de su primer encuentro virtual, utilizando un guion de entrevista fijo, en el que se preguntaba por sus opiniones sobre temas personales o del mundo de la seducción.

El individuo, al ser consciente de que está ligando con una IA, sabe de antemano que no puede generar ningún tipo de vínculo emocional

Entonces, se apremió a que dicho entrevistador o entrevistadora mostrara una actitud "coqueta" hacia el participante, con contacto visual y proximidad física. Después, se les pidió a los sujetos que valorasen cómo les había atraído. Al final, los científicos llegaron a la conclusión de que después de un encuentro seductor con una IA, los participantes por lo general percibían a su contraparte real (el entrevistador o entrevistadora) menos atractivo.

En el segundo estudio, esta vez les metieron en una situación más concreta. Después de haber tenido el encuentro virtual, los investigadores tuvieron que interactuar con una persona desconocida que les resultaba atractiva y que buscaba ayuda. "Nos centramos en esta situación porque la prestación de ayuda es un canal menos arriesgado para expresar interés en parejas alternativas que un flirteo común y manifiesto", explica Birnbaum. ¿Cuál era el problema o conflicto al que debían prestar su atención? Una pirámide de cinco pisos hecha con vasos de plástico.

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A todos los participantes se les asignó una misma persona atractiva que además formaba parte del equipo de investigación. Cuando iban por el tercer piso, el tentador o tentadora derribaba la pirámide simulando que había sido sin querer. "¡Qué torpe soy! ¿Podrías ayudarme a reconstruirla?", dijeron. Mientras tanto, los observadores cronometraron el tiempo que tardaban en volver a reconstruir dicha edificación, asociando que un mayor tiempo implicaba un mayor interés por parte del participante.

Al final, los investigadores comprobaron que después de haber ligado con una entidad virtual, los participantes por lo general invertían menos tiempo en ayudar a un desconocido que necesitaba su ayuda y les parecía atractivo o atractiva. Por tanto, "ligar con una inteligencia artificial no solo llevaba a percibir a parejas alternativas del mundo real como menos atractivas", como demostraron en el primer estudio, sino que "también minimizaba el tiempo de interacción real con ellas". ¿Esto quiere decir que después de haber sido expuesto a la seducción virtual la del mundo real o físico nos parece insuficiente o menos atrayente?

Las conclusiones

Para salir de dudas, los investigadores hicieron un tercer experimento con los dos miembros de las parejas románticas, conduciéndoles a distintas salas de inmersión virtual. Uno de ellos interactuó con un camarero virtual que se comportaba de manera seductora o neutral, al igual que sucedía en los otros dos estudios previos. Mientras tanto, la otra persona visionaba un vídeo que no inducía ningún atractivo sexual. Después, se reunió a ambos frente a frente y se les pidió que hablaran sobre su nivel de satisfacción sexual actual. Tras esta conversación, los participantes valoraron su deseo por el otro y su deseo de mantener relaciones extramatrimoniales o al margen de la pareja. "Descubrimos que, tras el encuentro virtual seductor, los participantes deseaban más a su pareja actual y sentían menos deseo sexual por otras personas", concluye Birnbaum, en su estudio publicado en la revista Current Research in Ecological and Social Psychology.

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Con ello, la psicóloga adujo que la inteligencia artificial puede usarse como antídoto ante posibles tentaciones o casos de infidelidad en las parejas. Puede ser que el individuo, al ser consciente de que está ligando con una persona que no es real, sepa de antemano que no puede generar ningún tipo de vínculo emocional con ella, por muy hiperrealista que parezca la visión virtual. Lo cierto es que, visto así, no parece muy distinto del típico sueño erótico que alguien casado o en una pareja puede tener con una persona de su entorno por puro azar. Si en dicho sueño el individuo se siente culpable y finalmente rechaza la tentación, quiere decir que está preparado para resistir a la infidelidad. Si no es así, tampoco es cuestión de flagelarse o sentirse culpable; al fin y al cabo, es un engaño del inconsciente. No habría que darle más vueltas, pues una cosa es la vida real y otra muy distinta la onírica o la virtual.

La inteligencia artificial promete ser una de las mayores revoluciones que lleguen a nuestras vidas cuando se democratice su uso, al igual que ocurrió con Internet al comienzo del milenio. Nuestra vida cambiará completamente, no solo en el ámbito profesional, sino también en el privado o el más emocional. Se trata de una tendencia que empezamos a ver en ciertas películas como Her (Spike Jonze, 2013), en la que se da la disyuntiva entre un amor real, físico, y uno virtual y abstracto, pues encontrar a un alma gemela en ese otro plano de realidad no costaría tanto, ya que está fabricada con nuestros mayores deseos e idealizaciones sobre cómo potencialmente sería esa persona ideal.

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