El ladrón que se jugó la vida subiéndose al tejado para que no le encontrara la policía

La vida de ladrón sólo está hecha para los que están dispuestos a jugarse su libertad a cambio de sus fechorías. Pero, en algunos casos, los delincuentes pueden llegar a poner su vida en riesgo con tal de no ser "cazados" por las fuerzas de seguridad. Y el caso de Etmon Lika, de 32 años, es el mejor ejemplo de arriesgar la vida para no ser capturado por la policía.

Todo comenzó cuando un cerrajero de Liverpool tuvo que ir a cambiar una cerradura a una dirección de esa ciudad inglesa. Cuando llegó notó que había un fuerte olor a marihuana y que, además, en la dirección que le habían proporcionado había personas en el interior, por lo que decidió llamar a la policía antes de proceder con su trabajo.

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El Confidencial

Cuando los agentes llegaron a Stanley Road, en las afueras de Liverpool, registraron la propiedad y descubrieron una plantación de cannabis con más de 200 plantas repartidas por las habitaciones. Además, se dieron cuenta de que alguien había estado viviendo en ese lugar, pese a tratarse de una vivienda semiabandonada, así que procedieron a buscar a alguna persona que se hubiera escondido.

Se jugó la vida en el tejado

La persona que vivía en esa casa era Etmon Lika que, cuando se dio cuenta de que la policía entraba en el lugar, decidió escapar por el único lugar posible: un tragaluz de la buhardilla que daba al tejado. El hombre se jugó la vida, tal y como se puede ver en la fotografía que ha compartido la fiscalía británica, pero no le sirvió de nada ya que fue descubierto.

Ha sido condenado a dos años y cuatro meses de prisión tras aceptar los cargos

Según el fiscal Christopher Hopkins, "Etmon Lika había sido contratado por alguien para administrar o ejecutar esta instalación, ya sea que se ocupara de las plantas o cualquier otra cosa que se requiriera". Por eso, fue detenido tras ser descubierto escondido en el tejado y compareció ante el juez, donde se declaró culpable de los cargos que se le imputaron, aunque en un principio negó su implicación ante la policía.

Lika, que asegura que llegó de manera irregular al Reino Unido tras pagar 5.000 euros por un pasaje en barco, no tiene antecedentes. Su abogada, Olivia Beesley, ha explicado al Liverpool Echo que a su cliente le ofrecieron 100 libras diarias por vivir en la propiedad: "Él quiere trabajar, pero ahora sabe que debería haberlo hecho a través de los canales adecuados". El juez le ha condenado a dos años y cuatro meses de prisión.