Es noticia
¿A tu gato no le gustan las visitas? Esto es lo que debes tener en cuenta para solucionarlo
  1. Alma, Corazón, Vida
Sin presión

¿A tu gato no le gustan las visitas? Esto es lo que debes tener en cuenta para solucionarlo

Si cuando llega alguien a tu casa tu gato se vuelve tan intranquilo que te pone intranquilo a ti también... Hay un problema, pero tranquilo, tiene arreglo. Solo tienes que escuchar al animal

Foto: (iStock)
(iStock)

Tal vez tengas un gato, y tal vez si tienes un gato se hayan acabado las visitas. Si cuando llega alguien a tu casa el animal se vuelve tan intranquilo que te pone intranquilo a ti también... Hay un problema. Si no hay manera de que su temor a otras personas no cesa, puedes sonreír porque también hay varias soluciones para solucionarlo. Volverás a abrir la puerta de casa sin temor a que el gesto termine en arañazos y sangre por todas partes.

Lo primero que debes saber ya lo sabrás, pero nunca está de más recordar que el cariño y la paciencia son la clave para que el ambiente gatuno en casa progrese adecuadamente hacia un ambiente, por lo menos, que no resulte hostil. No queremos guerras, y en realidad tu gato tampoco, solo se defiende de algo que entiende, precisamente, una especie de allanamiento de morada.

Foto: Qué hacer (y qué cosas debes evitar) para caerle bien a un gato (iStock)

Los gatos son animales muy territoriales, es decir, funcionan marcando su espacio (como cualquiera de nosotros, vamos), así que hay que empezar porque este empeño natural suyo se convierta en un diálogo con la gente que llega de fuera, y no precisamente en un combate.

Un carácter territorial innato

También es importante que tengas en cuenta que la mayoría de felinos presentan hiperactividad, aunque en este sentido los siameses o el gato oriental se llevan la palma. Muchos de ellos padecen estrés crónico, trastornos dermatológicos y problemas músculo esqueléticos que les llevan a resultar nerviosos. No obstante, no se trata necesariamente de una patología específica. Si notas que esto resulta un cambio en su comportamiento, lo mejor es siempre acudir al veterinario para saber más.

placeholder (iStock)
(iStock)

No obstante, y debido precisamente a ese carácter territorial innato, lo de la sociabilidad no es su mejor cualidad. Algunos de los síntomas más habituales que experimentan cuando se sienten "invadidos" son también los más visibles, así que presta atención: si se eriza constantemente, sus pupilas se dilatan, sus bigotes se mantienen rígidos, adquiere una postura corporal encorvada, mantiene las orejas hacia atrás sobre la cabeza, gruñe constantemente, le sudan las almohadillas de sus patas, pierde el apetito, se orina fuera del arenero o incluso empieza a arañarlo todo a su paso, en efecto, está nervioso y tiene miedo.

La adaptación a la socialización de un gato tiene lugar entre el primer y el octavo mes de vida. Si ha sido separado de manera temprana de su madre, o si no ha mantenido contacto con personas en dicho período de tiempo, es más probable que de adulto muestre desconfianza. Es por eso (además de otros motivos) que separarlos de sus madres antes de los 3 meses de vida no es bueno.

No hay que presionarlo

Con ese dato claro, lo ideal sería que desde pequeño lo acostumbres a la gente. Tanto si es el caso como si el gato ha llegado a tu vida ya como adulto, háblale siempre con cariño (tu tono de voz es muy importante al hacerle saber que las visitas no representan ninguna amenaza).

Si con ello aún muestra cierto rechazo, los invitados pueden intentar conquistarlo con comida húmeda cuyo olor lo atraiga poco a poco. Una vez se produzca el acercamiento, deben acariciar su cara con mucha delicadeza. Por si puesto, si lo rechaza, no hay que presionarlo, quiere decir que todavía no se siente seguro.

placeholder (iStock)
(iStock)

Para que el animal esté cómodo es también fundamental que no haya grandes ruidos a su alrededor, por lo que cualquier gesto debe desarrollarse en cierto silencio. Además, no dudes en ofrecerle espacios de confort en casa, es decir, escondites donde esconderse en caso, por ejemplo, de que haya niños pequeños. Si en estos casos consigue salir, el refuerzo positivo como caricias, golosinas y palabras bonitas es clave para reforzar su confianza.

En definitiva, los animales no son muy diferentes a las personas, y en este caso los gatos pueden resultar más o menos huraños en función de su pasado y posibles traumar (no olvides nunca que todos los animales tienen su propia historia, como cualquiera), de su forma de ser en parte heredada y, también, del día en que le pilles.

Tal vez tengas un gato, y tal vez si tienes un gato se hayan acabado las visitas. Si cuando llega alguien a tu casa el animal se vuelve tan intranquilo que te pone intranquilo a ti también... Hay un problema. Si no hay manera de que su temor a otras personas no cesa, puedes sonreír porque también hay varias soluciones para solucionarlo. Volverás a abrir la puerta de casa sin temor a que el gesto termine en arañazos y sangre por todas partes.

Animales Estilo de vida
El redactor recomienda