Un hombre se encuentra a una de las serpientes más venenosas del mundo escondida en su zapato

Que Australia es un país no apto para las personas con miedo a los animales es algo que parece fuera de toda duda. Aquí han encontrado al sapo más grande del mundo con sus casi tres metros de tamaño, pero también a una araña gigante que parecía un trozo de sushi con patas o una serpiente con tres ojos… y eso solo a modo de ejemplo.

Ahora, un nuevo hallazgo fortuito ha demostrado que quienes tengan aprensión a encontrarse alguna sorpresa del mundo animal en las circunstancias menos probables deberían pensarse, y mucho, visitar este país. Y si no, que se lo pregunten a un hombre que vive en Sídney y que se ha encontrado en su zapato a una de las serpientes más venenosas del mundo.

Se trata de la Pseudechis porphyriacus, conocida como serpiente negra de vientre rojo, y que es típica del este de Australia. El reptil se había enroscado dentro del calzado del hombre, camuflándose perfectamente gracias a su tono negro. Solo el instinto del dueño del zapato, unido al color rojizo del vientre de la serpiente, le permitió darse cuenta del peligro.

Peligro inminente

El protagonista de esta historia tuvo que llamar a un cazador de serpientes, Cory Kerewaro, que ha sido quien ha subido la fotografía de la serpiente a su cuenta de Facebook. Allí explica que "siempre es bueno mantener los zapatos guardados en una estantería, lejos del suelo, para reducir el riesgo de que esto vuelva a suceder".

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El Confidencial

Cory tiene una empresa denominada Reubicación de reptiles de Sídney que se dedica, precisamente, a recoger ejemplares como el que apareció en la vivienda de este hombre y llevarlas a un lugar seguro para ellas. Un trabajo que, aunque desde otros países pueda parecer extraño, en Australia tiene muchas salidas profesionales.

De hecho, Cory explica que ya han recogido varias serpientes negras de vientre rojo de viviendas de esa ciudad en lo que llevamos de año. En todos los casos, los reptiles estaban escondidos en las casas, una detrás de un frigorífico en el pueblo de Cronulla, otra en una tubería en un chalet de Camden y una tercera en una tienda de las afueras de Gregory Hills. Sin duda, el paraíso para los amantes de las serpientes.