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¿Es la personalidad psicopática un beneficio conseguido con la evolución?
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EL FALLO DE LA COOPERACIÓN HUMANA

¿Es la personalidad psicopática un beneficio conseguido con la evolución?

Narcisistas, egocéntricos, faltos de empatía o manipuladores. Estos podrían ser los tres adjetivos más comunes que definen a una persona con rasgos que asociamos al espectro

Foto: Foto: iStock.
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Narcisistas, egocéntricos, faltos de empatía o manipuladores. Estos podrían ser los tres adjetivos más comunes que definen a una persona con rasgos que asociamos al espectro psicopático. Los hemos visto tantas veces en las películas que deberíamos saber detectarlos a la primera de cambio. Pero, sin embargo, la probabilidad de que te cruces con alguno de ellos en un momento de tu vida y no te des cuenta sigue siendo alta. Incluso, podrían compartir rutina contigo y aún no los has percibido, pues como asegura una investigación, hasta un 20% de los líderes empresariales tienen niveles "clínicamente relevantes" de tendencias psicópatas.

¿Qué sucede si pensamos en el trastorno psicopático desde un punto de vista evolutivo? Surge una contradicción. Por un lado, ser un manipulador o un narcisista sin empatía puede haber jugado un gran papel a la hora de desarrollar el intelecto frente a otras criaturas más ingenuas o intuitivas. Se necesita una gran dosis de inteligencia para ser un psicópata, y esto, al fin y al cabo, es algo que nos separa del resto de especies. Pero, por otro, también resulta negativo para la propia especie que haya psicópatas en su seno, ya que muchos de estos individuos tienen un marcado comportamiento antisocial que les lleva a despreciar a sus pares, lo que atenta contra la propia evolución, teniendo que haber necesariamente cada vez menos para así asegurar mejor la descendencia futura.

"Cuanto más compleja es la sociedad, más fácil es para las personas fingir ser cooperativas"

Pero según Johathan R. Goodman, investigador de la Universidad de Cambridge y divulgador científico, hay al menos una razón evolutiva positiva en la personalidad psicopática, y esa es la facultad de falsificar cualidades que deseamos de nosotros mismos bajo el engaño. Todo por conseguir que los demás confíen en ti y piensen que realmente eres de fiar. "La confianza y la honradez son elementos importantes en la historia de la evolución social humana", asegura en un reciente artículo de Science Alert que se ha hecho eco del estudio. "Las personas más exitosas, evolutivamente hablando, son aquellas que se ven a sí mismas como fiables. Esto fomenta la cooperación, que nos ha ayudado a desarrollar herramientas, construir ciudades y expandirnos por todo el mundo, incluso en los entornos más inhóspitos. Ninguna especie ha conseguido esto, lo que hace que la cooperación humana sea una maravilla del mundo natural".

El origen de la manipulación

Como asegura Goodman, todo se basa en la confianza. Al fin y al cabo, estamos destinados a salir del vínculo familiar, donde todo parece ir sobre ruedas, y socializar con personas distintas a nosotros. A medida que fuimos evolucionando, los grupos de humanos primitivos se volvieron más grandes y la necesidad de cooperación se hizo evidente. Entonces, llegó un momento en el que nuestros antepasados se dieron cuenta de que podían sacar un beneficio extra de esa cooperación, sobre todo si hacían uso del engaño. Y esto, a su vez, implicó que aquellos que no tenían tantas habilidades cognitivas o directamente no lo vieran correcto, tuvieran que desarrollar un sistema de castigos para disuadir al resto de emular a los tramposos.

"La psicopatía es, al menos, un conjunto de características que permite que las personas prosperen, evolutivamente hablando"

¿Podríamos decir que las artes de manipulación de los psicópatas de antaño fueron una de las causas de que hoy en día tengamos sistemas penales? Según la tesis de Goodman, la confianza es un atajo cognitivo, ya que en lugar de tomar decisiones basadas en un razonamiento estricto, muchas veces nos fiamos ciegamente de alguien, por lo que también debe existir un patrón similar de detección de tramposos. Y a esto se le suma el hecho de vivir en una sociedad más o menos desarrollada, ya que como asegura el científico, "cuanto más compleja es la sociedad, más fácil es para las personas fingir ser cooperativas", lo que quiere decir que esta clase de personas acaban aprovechándose de las buenas intenciones del resto de miembros.

Foto: Mucha gente les ven como santos, pero en secreto son tiranos, narcisistas y egoístas. (iStock)

Entonces, para Goodman, un psicópata es aquel que usa a las personas para su propio beneficio engañándolas y, una vez consigue lo que quiere, se deshace de ellas, traicionando su confianza. Ello le lleva a deducir que hay muchos más individuos con predisposición a la psicopatía con los que no contamos. "Ocupan un gran número de posiciones de poder. No tienen remordimientos cuando usan a los demás e incluso parecen tener más relaciones sociales, lo que sugiere que no enfrentan barreras para una reproducción exitosa. Por ello, resulta ser todo un éxito evolutivo".

"Podemos como sociedad tratar de redefinir cuáles son las cualidades deseables en un individuo"

Pero tampoco hay que ser tan negativos. Si todos fuéramos psicópatas, habríamos perdido nuestra confianza en los demás, lo que nos llevaría a desobedecer las leyes, los contratos o las normas sociales mucho más de lo esperado. Tampoco es una cuestión de blanco o negro: podemos tener varios rasgos psicopáticos y no por ello ser crueles con los demás o querer manipularles a toda costa. También existe la llamada "plasticidad fenotípica humana", que tiene que ver con la habilidad que tienen nuestros genes de manera diferente ante distintas circunstancias. De ahí que la psicopatía pueda relacionarse con experiencias infantiles negativas, como por ejemplo no recibir todo el cuidado o el amor por parte de sus padres o figuras de autoridad, lo que deriva en una incapacidad para no sentir tantas emociones como respuesta a un mecanismo de seguridad desarrollado en los primeros años de vida.

"La psicopatía es, al menos, un conjunto de características que permite que las personas prosperen, una vez más, evolutivamente hablando, incluso cuando se enfrentan a grandes dificultades", concluye Goodman. Sin embargo, termina con una lectura positiva: "Podemos como sociedad tratar de redefinir cuáles son las cualidades deseables en un individuo". Y eso, precisamente, se consigue a través de la educación. No en vano no nos matamos unos a otros como sí lo hacíamos en el pasado, lo que quiere decir que hemos evolucionado política y socialmente.

Narcisistas, egocéntricos, faltos de empatía o manipuladores. Estos podrían ser los tres adjetivos más comunes que definen a una persona con rasgos que asociamos al espectro psicopático. Los hemos visto tantas veces en las películas que deberíamos saber detectarlos a la primera de cambio. Pero, sin embargo, la probabilidad de que te cruces con alguno de ellos en un momento de tu vida y no te des cuenta sigue siendo alta. Incluso, podrían compartir rutina contigo y aún no los has percibido, pues como asegura una investigación, hasta un 20% de los líderes empresariales tienen niveles "clínicamente relevantes" de tendencias psicópatas.

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