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Los semáforos podrían tener un cuarto color: estos son los motivos
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Los semáforos podrían tener un cuarto color: estos son los motivos

Lo importante es que en un escenario con muchos vehículos autónomos, una cuarta luz aparezca en los semáforos para "controlar" la convivencia de estos con los vehículos conducidos por humanos

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Agregar un nuevo código de color podría permitir que los vehículos autónomos aprovechen su impresionante capacidad de red con el objetivo de ayudar a que el tráfico fluya sin problemas. Esto es lo que propone un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte a propósito del aumento incesante de vehículos de este tipo.

Desde hace algo más de un siglo, los vehículos han generado un paradigma en sí mismos, el de la movilidad moderna, con sus prisas y su aceleración. A mediados del siglo pasado, poco tardaron en el campo de la industria en sacarle partido al petróleo, haciendo de él un sistema entero de necesidades, donde ninguna podía ser sin las otras: los coches requieren buenas ruedas, gasolina, carreteras que lo rompan todo para que lo conecten todo.

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En el caso de los llamados autónomos o VA en sus siglas, su presencia en las carreteras aún es reducida, pero no los expertos sostienen que no hay duda de que a lo largo de la próxima década irán ganando terreno a los más habituales. Si todavía no los ubicas, se trata de coches robóticos, es decir, sin conductor. La tecnología que los compone los hace capaces de imitar las capacidades humanas de manejo y control. Por tanto, pueden percibir el medio que los rodea y "conducir" sin necesidad de unas manos al volante.

El "paradigma del control móvil"

Tienen frenos, y saben manejarlos, pero vienen sin ellos para quedarse. Así, estos investigadores estadounidenses creen que de cara a su popularidad habría que rediseñar el código de colores de los semáforos agregando una "luz blanca" cuya función no sería otra que la de advertir a los conductores humanos para que simplemente sigan al automóvil autónomo que lleven delante sin adelantarle. "Otorgar cierto control del flujo de tráfico a los VA es una idea relativamente nueva, llamada paradigma de control móvil", apunta al respecto el ingeniero Ali Hajbabaie, que forma parte del proyecto, en un comunicado.

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Con esta idea de base, ingenieros y urbanistas están ya imaginando las "carreteras del futuro", como un siguiente nivel de paradigma con, por ejemplo, carriles reservados para vehículos robots. "Se trata de coordinar el tráfico en cualquier escenario que involucre vehículos autónomos. Creemos que es importante incorporar una nueva luz en las intersecciones para que los conductores humanos sepan que hay vehículos de este tipo, y sepan lo que se supone que deben hacer cuando se acerquen".

Los experimentos del equipo, cuyos detalles se publicaron en la revista IEEE Transactions on Intelligent Transportation Systems, han constatado la funcionalidad de algo así. Para ello, los investigadores utilizaron simuladores de tráfico microscópicos, modelos de computadora diseñados específicamente para recrear las condiciones del tráfico.

Controlar la convivencia con la tecnología

Los resultados apuntan fuerte: al usar la intersección de la "fase blanca", los retrasos en el tráfico mejoraron en un 3% cuando solo el 10% de los autos conducían por sí mismos. Por el contrario, los retrasos mejoraron un 10,7% cuando había un 30% de AV. En otras palabras, cuantos más VA se simulen, más suave será el tráfico.

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Proponen el blanco por la potencia de una luz "neutra", aunque podría ser cualquier otro color, señalan. Lo importante es que en un escenario en el que suficientes VA se acerquen a una intersección, aparezca una cuarta luz en el semáforo que "controle" la convivencia de diferentes mecanismos de transporte.

Lo que la luz indicaría pues es que los vehículos autónomos están coordinando sus movimientos, con el fin de facilitar el flujo de tráfico. Por el contrario, cuando hubiese pocos vehículos autónomos o ninguno, el semáforo funcionaría con normalidad.

Agregar un nuevo código de color podría permitir que los vehículos autónomos aprovechen su impresionante capacidad de red con el objetivo de ayudar a que el tráfico fluya sin problemas. Esto es lo que propone un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte a propósito del aumento incesante de vehículos de este tipo.

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