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La historia de la pepita de oro más grande del mundo: cuánto mide y dónde está guardada
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HALLAZGOS INUSUALES

La historia de la pepita de oro más grande del mundo: cuánto mide y dónde está guardada

Muchos son los que buscan fortuna trabajando en minas de oro, prospectando durante horas e intentando hacerse con los máximos gramos posibles de este mineral tan valioso

Foto: La historia de la pepita de oro más grande del mundo: cuánto mide y dónde está guardada (Freepik)
La historia de la pepita de oro más grande del mundo: cuánto mide y dónde está guardada (Freepik)

Lo habitual en una mina de oro es recolectar pequeñas pepitas y virutas de oro que, una vez fundidas, forman un lingote de oro. Estos lingotes tienen un estándar, deben pesar 12,4 kilos (400 onzas troy) y estar compuestos como mínimo de una pureza de 99,5 % en el oro. Lo que no es habitual es encontrar pepitas de oro que sobrepasen los pocos gramos de peso, y mucho menos que pesen más que una barra de oro estándar.

Sin embargo, el 5 de febrero de 1869, dos mineros de Cornualles, llamados John Deason y Richard Oats, encontraron en un campo de Victoria, Australia, la pepita más grande jamás hallada. Se trataba de una pepita de tamaño descomunal, los mineros estaban que no se lo creían.

Foto: Las zonas mineras suelen situarse en lugares de complicado acceso (wirestock para Freepik)

El hallazgo fue bautizado con el nombre de “Welcome Stranger” (bienvenido extraño), y pesaba 72 kilos (unas 158, 7 libras). La pepita pesaba como un humano y medía 61 centímetros de largo (24 pulgadas al cambio). Como curiosidad, teniendo en cuenta el precio del oro actual, esta pepita tendría un valor aproximado de 399.773,21 euros, aunque expertos tasan el hallazgo en más de 2 millones de libras, dada su naturaleza inédita.

Era demasiado grande para ser pesada

Como explican en IFL Science, ambos mineros llevaron la pepita para que se la pesasen en el London Chartered Bank, en Dunolly, como hacían con el resto de pepitas más pequeñas que encontraban. El problema era que la báscula no estaba preparada para tanto peso y “Welcome Stranger” no cabía en la escala. Poco después, la pepita se dividió para fundirse en lingotes y los mineros recibieron poco menos de 10.000 libras. Por desgracia, no sabemos si era el precio del oro de la época, o si era mucho o poco.

Los dibujos y bocetos que conservamos hoy en día de esta mole mineral, se realizaron antes de su fundición y sirvieron para diseñar las diferentes réplicas que existen en la actualidad. De la pepita gigante de oro de 1869 no queda ni rastro. Una lástima, porque sería algo digno de preservar.

A lo largo de la historia, han aparecido otras pepitas de oro descomunales, como la Pepita Canaa, que todavía existe. Fue descubierta por Julio de Deus Filho en Brasil en 1983, pesa 60 kilos (134 libras) y se puede encontrar en exposición en la “Sala Dorada” del Museu de Valores do Banco Central en Brasilia.

Lo habitual en una mina de oro es recolectar pequeñas pepitas y virutas de oro que, una vez fundidas, forman un lingote de oro. Estos lingotes tienen un estándar, deben pesar 12,4 kilos (400 onzas troy) y estar compuestos como mínimo de una pureza de 99,5 % en el oro. Lo que no es habitual es encontrar pepitas de oro que sobrepasen los pocos gramos de peso, y mucho menos que pesen más que una barra de oro estándar.

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