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Encuentran indicios de que el calendario lunar es mucho más antiguo de lo que pensábamos
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Encuentran indicios de que el calendario lunar es mucho más antiguo de lo que pensábamos

¿Cuándo nacían las crías de cada animal cercano? ¿Cuándo ponían sus huevos los diferentes peces del río? Todo gesto de la naturaleza parecía estar diciendo algo, y nuestro antepasados supieron descifrarlo

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Cuando creíamos saber los comienzos de una creencia en la que hoy se basan muchas de nuestras nociones como seres humanos, aquella primera mirada a la luna como guía de futuro, nuestros primeros ancestros nos vuelven a demostrar que esos comienzos del conocimiento pueden ser mucho antes. Nuestro conocimiento sobre ellos, por tanto, sigue siendo ínfimo. Eso sí, lejos de reírse de nosotros (que igual también) nos dejan fascinantes lecciones de conciencia.

Apuntar, recoger, señalar, dejar constancia es casi un ímpetu, un instinto natural de las personas desde, parece ser, tiempos más lejanos de lo que pensábamos. ¿Cuándo nacían las crías de cada animal cercano? ¿Cuándo ponían sus huevos los diferentes peces del río? Todo gesto de la naturaleza parecía estar diciendo algo, y puede que los pueblos paleolíticos europeos ya trataran de descifrar el mensaje descubriéndolo.

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Registrando en sus pinturas rupestres cuándo ocurrían los eventos que les rodeaban, dándoles significado a cada uno, dieron forma a lo que hoy conocemos como calendario lunar. Y buena parte de aquel proceso sucedió en la península. Así lo han señalado en un nuevo estudio el equipo liderado por el investigador aficionado Bennett Bacon y el arqueólogo Paul Pettitt. Según las conclusiones, el calendario lunar se habría utilizado ya desde hace unos 36.000 años hasta hace unos 13.000 en cuevas tan famosas como las de Lascaux en Francia o Altamira en España.

La necesidad de registrar

Para llegar a ello, observaron y analizaron los dibujos basados en series de puntos, líneas y símbolos en forma de "Y" que aparecen en muchas de dichas pinturas junto al animal correspondiente retratado. En total, 600 imágenes procedentes de distintas cuevas europeas que incluyen símbolos que parecían repetirse por época, siempre cerca de animales. Junto con investigadores colaboradores de las universidades británicas de Durham y Londres, lo cuentan en un artículo publicado en el Cambridge Archaeological Journal.

placeholder En esta pintura rupestre de la cueva de Lascaux se aprecian cuatro puntos dibujados en el lomo de un animal de caza. (Wikimedia Commons)
En esta pintura rupestre de la cueva de Lascaux se aprecian cuatro puntos dibujados en el lomo de un animal de caza. (Wikimedia Commons)

Como explica el periodista científico Jan Dönges en el portal de Investigación y Ciencia, desde hace tiempo se sabe con cierta seguridad que los habitantes del Paleolítico Medio y Superior sabían contar y registrar el resultado de sus cálculos, "por ejemplo, haciendo muescas en huesos". Sin embargo, ahora, el asunto va más allá, pues estos especialistas han observado la enigmática presencia de puntos y líneas junto a algunas representaciones de animales que conducen a la misma idea.

Aunque algunos expertos creen que esos puntos indican, por ejemplo, el número de animales sacrificados, el equipo de Bacon lo descarta. En su lugar, consideran que se emplearon para registrar pautas de comportamiento animal, "un elemento de gran relevancia para el ser humano del Paleolítico". Así pudieron descubrir que los animales acudían en momentos predecibles a lugares predecibles, porque el comportamiento varía con las estaciones del año.

Decenas de miles de años

De esta forma, por ejemplo, el número de rayas o puntos dibujados junto a un animal indicaría el mes de la época de apareamiento, mientras que una "Y" podría representar el mes en que nacían las crías del animal en cuestión. En el caso de los peces, la "Y" simbolizaría el final de la migración y el comienzo del desove, el proceso por el que los peces expulsan sus huevos.

placeholder Representaciones de animales en las Cuevas de Altamira. (EFE)
Representaciones de animales en las Cuevas de Altamira. (EFE)

La dificultad del análisis reside en que el año podría haber comenzado en diferentes momentos, dependiendo de la situación geográfica de la cueva y de las condiciones climáticas. Por otro lado, tampoco puede reconstruirse de forma inequívoca cómo se comportaban los animales en su entorno hace decenas de miles de años. En el caso de los mamuts y los uros, los científicos recurrieron a sus descendientes actuales.

Bacon explicaba hace unas semanas en una entrevista para el diario británico The Guardian que pasó incontables horas tratando de descifrar el sistema. Finalmente, compartió sus especulaciones con Pettitt, un experto en pinturas rupestres de la Universidad de Durham. A continuación, el equipo analizó un total de 600 imágenes de animales y su hipótesis quedó confirmada a la vista de unas estadísticas sorprendentemente claras.

Cuando creíamos saber los comienzos de una creencia en la que hoy se basan muchas de nuestras nociones como seres humanos, aquella primera mirada a la luna como guía de futuro, nuestros primeros ancestros nos vuelven a demostrar que esos comienzos del conocimiento pueden ser mucho antes. Nuestro conocimiento sobre ellos, por tanto, sigue siendo ínfimo. Eso sí, lejos de reírse de nosotros (que igual también) nos dejan fascinantes lecciones de conciencia.

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