10 utensilios de cocina de los que habría que deshacerse

En la mayoría de hogares acabamos acumulando objetos que ya no nos resultan útiles, pero que por inercia, por dejadez o por no pensar en ello dejamos en cajones o en cualquier otro lugar. En ocasiones es aún peor, ya que seguimos utilizándolos pese a que son deficientes en sus resultados, cuando podemos reemplazarlos fácilmente por otros productos nuevos muy asequibles. Es lo que sucede en las cocinas, que son muy propensas a que se produzca este fenómeno debido a la cantidad de utensilios que usamos en ellas.

Tener las herramientas adecuadas en nuestra cocina es muy importante, ya que las vamos a usar a diario para preparar la comida, y tener buenos utensilios es esencial para que quede bien. Además, si vivimos en familia, esto también va a afectar a lo que comen nuestros seres queridos todos los días. Por todo ello, es necesario fijarnos bien en las cosas que tenemos y valorar cuáles hay que cambiar. Además, es importante gastar un poco más en utensilios mejores, porque así nos durarán más tiempo y obtendremos mejores resultados con ellos.

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Táperes muy usados

Es probable que usemos a menudo los llamados táperes (también conocidos como tuppers) para guardar la comida que nos va sobrando y terminarla en otro momento. Sin embargo, de tanto utilizarlos puede que acaben sufriendo desperfectos, que aparezcan manchas que no saltan o que incluso huelan mal por mucho que los lavemos. Otro problema habitual es que se pierdan las tapas. Todo esto repercute de forma directa a la comida que almacenamos en ellos, que puede llegar a deteriorarse y hasta podría provocaros problemas intestinales.

Obviamente, el alcance de este tipo de cosas depende de la marca y calidad del táper. Si es bueno, lo probable es que dure bastantes años y pueda reutilizarse muchísimas veces. Pero en cualquier caso, es importante estar atento al desgaste que pueda haber sufrido, y vale la pena comprar táperes nuevos que sean de calidad para que duren mucho y los alimentos se conserven correctamente.

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Sartenes defectuosas

Las sartenes son herramientas que a menudo acaban desgastándose con el uso y pierden eficacia, especialmente las baratas. Esto no sólo puede ser problemático a la hora de cocinar los alimentos (que puede que no salgan tan bien, que se queden pegados a la sartén, etc.), sino que incluso supone un potencial peligro para la salud, ya que pueden desprender plásticos tóxicos o metales pesados y contaminar la comida. Si veis que la sartén pierde su color y que la comida cada vez se queda más pegada en ella, comprad otra, y mejor que sea de una marca buena.

Cuchillos que apenas cortan

Ya sea porque su calidad baja o porque los hemos usado ya mucho, es muy posible que tengamos cuchillos de cocina cuyo filo deje bastante que desear. Tener un cuchillo bien afilado resulta fundamental para preparar todo tipo de recetas de forma más eficaz y más rápida, así que no hay excusa para no hacerse con uno nuevo si el que tenemos no corta bien los alimentos que tenemos que trocear o pelar.

Vajillas agrietadas y dañadas

Los platos y otros elementos de la vajilla son muy propensos a generar grietas y demás daños, sobre todo si hemos comprado una vajilla barata. Como suele decirse, lo barato sale caro, y este es un ejemplo muy claro de ello, ya que unos platos de baja calidad empezarán a sufrir desperfectos bastante pronto, por muy cuidadosos que seamos.

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Pero aunque nos fastidie tener que comprar una vajilla nueva, si la que tenemos está ya llena de grietas y abolladuras será mejor que nos planteemos renovar los platos de nuestra cocina, ya que comemos en ellos todos los días. Por otra parte, combinar piezas de nuestra vajilla con piezas sueltas y nuevas también puede ser una muy buena opción, aunque en ese caso es mejor que los nuevos elementos tengan una estética que pegue bien con los viejos platos para mantener algo de cohesión.

Estropajos desgastados

Los estropajos son productos baratos y desechables que no debemos mantener en uso durante demasiado tiempo. Tampoco es que haya que ir tirándolos a lo loco, ya que es importante aprovechar los recursos de los que disponemos, pero a la menor señal de que empiezan a desgastarse (y muy especialmente si aparece lo que se conoce como "biofilm") hay que tirarlos y usar otros, ya que pueden formar bacterias y es lo que usamos para fregar los platos en los que comemos.

Paños y bayetas viejos

Algo similar ocurre con los paños y bayetas, que principalmente sirven para limpiar otros utensilios y distintas zonas del hogar. Son productos muy baratos y no tiene sentido pretender usarlos eternamente, ya que pueden llegar a ser contraproducentes en su función de limpieza si acaban amarillentos y con manchas de tanto reutilizarlos, por mucho que los lavemos.

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Especias compradas hace muchos años

Uno de los productos que más tendemos a dejar en los armarios de la cocina durante años y años son los botes de especias. A menudo incluso guardamos las especias que usaban los anteriores habitantes de la casa. Y aunque este tipo de producto tiene fechas de caducidad de muchos años (y en realidad podría decirse que nunca caducan), no sólo pierden su aroma y propiedades con el paso del tiempo, sino que incluso podrían haber entrado bichos en ellos. Es mejor deshacerse de las especias que sean demasiado antiguas, y no tardar demasiado en usar las nuevas que vayamos adquiriendo.

Bandeja de huevos para nevera

Muchos expertos especializados en cocina coinciden en que las típicas hueveras (bandejas de huevos que se colocan en las puertas de las neveras) no son el lugar más adecuado para conservar los huevos, y que es mejor hacerlo en su propio envase para que mantengan su calidad alimenticia. Por lo tanto, no dudéis en deshaceros de la huevera si tenéis una en la nevera, y así tendréis más espacio para guardar cosas en el frigorífico.

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Objetos que nunca usamos

Cada persona es un mundo a la hora de cocinar, y hay utensilios y aparatos que quizás en su momento compramos pensando que los íbamos a necesitar o que alguien nos regaló, pero a los que luego nunca damos uso a la hora de preparar nuestros platos. Por ejemplo batidoras, exprimidores, picadoras, utensilios de madera, etc. Es bueno hacer un repaso de nuestra cocina, y los objetos que no vayamos a usar podemos regalarlos, venderlos o tirarlos.

Exceso de abridores

Esta cuestión es curiosa, porque en algunos hogares se acumulan demasiados abridores para botellas de vino o cerveza y otros recipientes, mientras que en muchos otros faltan. En el primero de los casos, puede deberse a que nos han regalado varios o a que formaban parte de productos promocionales, y que al final tengamos muchos en el cajón que no usamos. Para liberar espacio si ya tenemos unos cuantos, es bueno que nos deshagamos de algunos, ya sea regalándolos a quien lo necesite o tirándolos si son muy malos o feos.