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"Soy William Donald Borders, obispo de la Luna": la historia de cómo la iglesia llegó hasta el satélite
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"Soy William Donald Borders, obispo de la Luna": la historia de cómo la iglesia llegó hasta el satélite

Para acercarnos a ella (contextualmente hablando) hay que viajar hasta Florida, Estados Unidos, donde hay más de 400.000 residentes católicos

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En la actualidad, la religión sigue siendo uno de los más grandes pilares en el funcionamiento de la sociedad, especialmente la religión católica, una de las más poderosas del mundo. Vayas donde vayas podrás encontrar una iglesia de esta, incluso en los lugares más recónditos del planeta, como ya contamos en otro artículo. Pero, ¿y más allá de la Tierra? Si según su doctrina Dios está en todas partes y es, de hecho, el creador del mismo en sí mismo, ¿tendría sentido una iglesia en el espacio?

No hay mucha gente ahí fuera, que sepamos, pero lo que sí sabemos es que, efectivamente, hay una iglesia al otro lado de la estratosfera. Y su historia es aún más curiosa que el hecho misma de que exista. Para acercarnos a ella (contextualmente hablando) hay que viajar hasta Florida, Estados Unidos. Allí, la diócesis de Orlando cubre gran parte de la gran región central del Estado, en el que hay más de 400.000 residentes católicos. Aunque también hay que viajar a la Luna.

Foto: Fuente: Wikipedia.

Desde el punto de vista histórico, el viaje se remonta a un siglo atrás, ya que debemos esta curiosidad a una extraña regla del Código de Derecho Canónico publicado en 1917. Resulta que aquel texto (Codex Iuris Canonici en su escritura original) es la primera codificación oficial, integrada y sistemática de todas las leyes, decretos y normas que rigen la Iglesia Católica como institución.

Según este Código, también llamado Código Pío-Benedictino, cualquier territorio recién descubierto cae bajo el obispado de donde partió la expedición que lo descubrió. Por supuesto, como ves, estaban por entonces aún un tanto dentro del paradigma de la conquista y la colonización. No obstante, todavía parecía un asunto terrenal.

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La situación cambió cincuenta años después. A finales de la década de los sesenta, cuando el catolicismo andaba por todos los continentes, fue más allá. Era 1968 cuando William Donald Borders fue nombrado primer obispo de Orlando. Su diócesis, que abarca nueve condados con cientos de ciudades y pueblos cada uno (ya sabemos las dimensiones geográficas que manejan en Estados Unidos) iba a protagonizar todo un hito: Un año después, los primeros humanos pisaron el satélite en la famosa misión Apolo 11. Cuando la nave despegó desde Cabo Cañaveral rumbo el espacio, algunos sabían que de conseguir pisar suelo lunar, la victoria también sería una victoria "cristiana".

Pues efectivamente, los tripulantes del Apolo 11 lo consiguieron, y al mismo tiempo Borders se convertía en el primer obispo lunar. La noticia no parecía del todo descabellada para muchos, pues unos días después, el periódico católico de Florida destacaba: "Líderes religiosos elogian al hombre que aterriza en la Luna", acompañado de una imagen de aquel obispo con el cardenal de Nueva York, Terrence Cooke.

Cooke y Borders llevaron a cabo un recorrido conjunto por las instalaciones de la NASA en Cabo Cañaveral en la víspera del despegue de la misión espacial. Como si de políticos se tratara, pasearon por las diferentes naves y posaron con el enorme cohete Saturno V detrás.

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Además, tras el éxito del Apolo 11, durante su visita ad limina al Papa Pablo VI (la visita quinquenal que todo obispo católico debe hacer a Roma), se dice que Borders le confió las siguientes palabras: "¿Sabe, santo padre, que soy el obispo de la Luna?". Según los informes, el Papa quedó desconcertado durante unos segundos, antes de que el obispo finalmente le explicara los antecedentes.

Curiosamente, además, el Papa había seguido la misión lunar con "gran interés" por la televisión. Incluso había sido fotografiado observando la Luna a través de un telescopio en el Observatorio del Vaticano que se encuentra cerca de Castel Gandolfo (residencia de verano del Papa). Vamos, se juntaron dos grandes aficionados.

En la actualidad, la religión sigue siendo uno de los más grandes pilares en el funcionamiento de la sociedad, especialmente la religión católica, una de las más poderosas del mundo. Vayas donde vayas podrás encontrar una iglesia de esta, incluso en los lugares más recónditos del planeta, como ya contamos en otro artículo. Pero, ¿y más allá de la Tierra? Si según su doctrina Dios está en todas partes y es, de hecho, el creador del mismo en sí mismo, ¿tendría sentido una iglesia en el espacio?

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