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Muere el loro que entró en un programa de protección de testigos porque quería matarlo la mafia
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AL CUIDADO DEL FBI

Muere el loro que entró en un programa de protección de testigos porque quería matarlo la mafia

El animal fue llevado a un santuario de vida salvaje porque era capaz de repetir las palabras del jefe de la mafia que había sido su dueño

Foto: El loro tuvo que ser enviado a un santurario (EFE EPA/Matias Rebak)
El loro tuvo que ser enviado a un santurario (EFE EPA/Matias Rebak)

La historia parece sacada de una película de Hollywood con un montón de guionistas que destacan por su exceso de imaginación. Pero lo cierto es que es real como la vida misma: un loro tuvo que formar parte del programa de protección de testigos del FBI en los años 90 porque la mafia de Nueva Orleans quería matarle. Y lo cierto es que tenían razones para estar nerviosos.

El loro se llamaba Echo y perteneció al jefe de la mafia de Nueva Orleans, en Estados Unidos. Cuando la policía logró detenerle se dieron cuenta de que el ave seguía repitiendo algunas de las cosas que había oído a su dueño durante el tiempo que vivió en su casa, lo que podría significar que terminara desvelando conversaciones que, hasta entonces, habían sido secretas.

Foto: El loro habla en susurros para revelar que es un espía (TikTok)

Entre las frases que repetía el loro una y otra vez había una muy clarificadora: "Estoy moviendo 20 kilos de cocaína si te interesa". Pero, además, el mafioso fue acusado también de pederastia después de que Echo desvelara otras frases de su vida anterior. Por eso, la mafia puso precio al loro y el FBI tuvo que protegerlo introduciéndolo en su programa de testigos.

Vivió muchos años

Las autoridades explicaron que Echo reproducía sonidos que había aprendido durante aquella época, como gemidos, fuertes ruidos de golpes o el llanto de los niños. Cuando el FBI tuvo que esconderlo fue entregado a Suzy Heck, fundadora de un centro de rehabilitación animal llamado Heck Haven en el estado de Luisiana, con la promesa de que lo mantendría en secreto.

El loro repetía frases de su dueño: "Estoy moviendo 20 kilos de cocaína si te interesa"

Ella se encargó de cuidar de Echo durante un tiempo y, ahora, hemos sabido que Echo ha muerto. El ave habría vivido más de 40 años, que es una esperanza de vida habitual para los Loros africanos grises. La historia la contaba Miguel Ángel Paniagua en Cope y no es el primer loro que tiene un papel crucial en una investigación.

En el año 2015, Glenna Duram disparó a su marido Martin delante de su mascota, un loro, que repetía una y otra vez las últimas palabras de la víctima: "No dispares, no dispares". Aunque la mujer intentó quitarse la vida, su intento de suicidio fracasó y, tal y como publica la BBC, las palabras del loro ayudaron a la policía de Michigan a entender lo que había sucedido en esa casa.

La historia parece sacada de una película de Hollywood con un montón de guionistas que destacan por su exceso de imaginación. Pero lo cierto es que es real como la vida misma: un loro tuvo que formar parte del programa de protección de testigos del FBI en los años 90 porque la mafia de Nueva Orleans quería matarle. Y lo cierto es que tenían razones para estar nerviosos.

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