¿Se puede llegar a caer la torre inclinada de Pisa? Por qué no la han arreglado

Nos encanta viajar a otros países y, cuando podemos hacerlo, viajamos para “ver cosas”. Que si museos, monasterios, catedrales, más museos, edificios emblemáticos, monumentos… Estamos ávidos de conocimiento cultural y, por qué no, buscamos la foto definitiva para el Instagram. Una de las construcciones arquitectónicas que más visitantes atrae en Italia es, aparte del Coliseo, la torre inclinada de Pisa.

Esta torre, como su nombre indica, está torcida y parece que se va a caer. Nadie se resiste a hacerse la típica foto con perspectiva para simular que sujeta la torre con sus manos. Pero no todo el mundo conoce la historia que hay detrás de esta torre que, en apariencia, parece increíble que se sostenga. El usuario de Twitter, Somos Cosmos, ha explicado al detalle el por qué de la particular característica de esta edificación.

La famosa torre es un campanario que pertenece a la catedral de Pisa y ambas están situadas en el Campo de los Milagros (también llamado Plaza del Duomo). El campanario comenzó a construirse en el año 1173 sobre una losa de tres metros de profundidad que funcionaba como cimientos y base. El problema vino cuando los constructores hicieron hasta el tercer piso, y la torre sin acabar comenzaba a inclinarse.

¿El problema? Un suelo de arena y limo

Resultó que habían empezado a construir el edificio sobre un suelo de arena y limo, materiales nada sólidos que suelen desplazarse por el peso superior. El campanario comenzó a inclinarse por el lado donde más peso había. Sin embargo, decidieron continuar construyéndola y todo el proceso duró 199 años, con paradas de por medio, lo que permitió que el suelo se fuese compactando y que la torre no se cayese.

La Torre de Pisa ha resistido cuatro terremotos y cientos de años en pie

Actualmente, la Torre de Pisa mide 55,86 metros de altura y tiene un peso estimado de 14.700 toneladas. Y sigue en pie gracias a la ingeniería moderna y a unos cuantos arreglos. Los ingenieros calcularon que, si la torre se inclinaba más de 5,44 grados, colapsaría, así que, en 1990, decidieron crear, en la base de la torre, 361 agujeros de 40 metros de profundidad y rellenarlos con hormigón (90 toneladas en total) para afianzar la construcción.

Además, se retiró tierra del lado menos hundido para que la torre compense su inclinación. Todo esto se remató con anclajes de acero para que la torre se mantenga inclinada 300 años más. Pero, ¿no podríamos haber puesto recta la torre? Sí, pero perdería su encanto y su valor turístico, por lo que podremos disfrutar de este campanario torcido todo lo que queramos.