La tendencia en las relaciones de pareja que se mantiene desde hace 250.000 años, según un estudio

Hay una tendencia que se repite (y ha repetido) a lo largo de la historia del ser humano, y si echas un vistazo a tu alrededor probablemente observarás que se cumple: en las parejas, el hombre heterosexual suele ser mayor que la mujer. No es solo una curiosidad, sino que se ha estudiado, pues recientemente los científicos han descubierto una nueva forma de identificar las edades promedio en que los hombres y las mujeres se reprodujeron a lo largo de nuestra historia evolutiva. Eso les ha llevado 250.000 años atrás.

Según informa 'Science Alert', observaron que podían predecir la edad a la que las personas tenían hijos a partir de los tipos de mutaciones de ADN que les dejaban a sus hijos. "Luego aplicamos este modelo a nuestros ancestros humanos para determinar a qué edad procrearon nuestros ancestros", indicaron fuentes de la investigación. Así descubrieron que, en los últimos 250.000 años, la edad promedio de los humanos para tener hijos es de 26,9 años.

De media, el homo sapiens macho se hacía padre con 30 años, mientras que la mujer se convertía en madre con 23. La diferencia de edad se ha reducido

El padre Homo sapiens, también de media, ha sido mayor que la madre, convirtiéndose los primeros en padres sobre los 30 años y ellas sobre los 23,2 aproximadamente. Las diferencias de edad en la pareja se han reducido en los últimos 5.000 años, y la edad media de las mujeres para engendrar ha pasado a ser los 28 años.

Además del aumento de la edad materna, el estudio encontró una notable consistencia en la edad promedio de los padres a lo largo de la existencia de nuestra especie. No ha aumentado desde la prehistoria, sino que ha fluctuado, cayendo hace unos 10.000 años y coincidiendo con el advenimiento de la agricultura y los albores de la civilización.

La edad materna ha aumentado a los 26 de media con los años, pero la paterna ha fluctuado

Pero los secretos de nuestros antepasados ​​también acechan dentro de cada uno de nosotros hoy. El nuevo estudio aprovechó el descubrimiento sobre las mutaciones de novo (alteraciones del ADN que debutan en un miembro de la familia y aparecen espontáneamente en lugar de heredarse a través del árbol genealógico). Así notaron un patrón interesante: el patrón y la cantidad de mutaciones novedosas que se forman en los padres antes de transmitirse a sus hijos dependen de la edad de concepción de cada padre.

Esto permitió a los investigadores estimar tiempos separados de generación masculina y femenina a lo largo de 250.000 años. Estas mutaciones del pasado se acumulan con cada generación y existen en los humanos hoy en día. Ahora podemos identificar estas mutaciones, ver cómo difieren entre los padres y madres, y cómo cambian en función de la edad de los progenitores.