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La triste verdad detrás de las parejas que trabajan en casa (según un estudio)
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La triste verdad detrás de las parejas que trabajan en casa (según un estudio)

El objetivo de la investigación es mejorar la experiencia de trabajar en casa tanto para los empleados como para los empleadores y mostrar que la flexibilidad es posible

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La pandemia puso el mundo del revés e implantó en el plano laboral algo que muchas empresas llevaban tiempo pensando: el teletrabajo. En un mundo en que era imposible salir a la calle, era normal continuar haciendo el trabajo diario desde la comodidad del hogar. Y de hecho muchas personas parecieron muy satisfechas con la nueva medida, alegando que les permitía conciliar mejor la vida laboral con la personal y se ahorraban el tráfico matutino o tener que comer en la oficina.

Al principio todo parecía beneficioso, pero con el paso del tiempo algunas voces también se alzaron para señalar que quizá un sistema híbrido a la hora de trabajar era lo más adecuado. Tal vez porque en casa no lograban desconectar, porque las sinergias acudiendo a la oficina son necesarias o, simplemente, porque les apetecía volver a ver a sus compañeros y tomarse un café. En un momento como el actual en el que la salud mental parece haberse resentido más que nunca según las estadísticas, muchas personas que pasan solas en casa la mayor parte del tiempo, trabajando, pueden terminar sintiéndose mal.

La experiencia de mezclar las necesidades domésticas con las tareas profesionales plantea desafíos muy diferentes para las parejas heterosexuales casadas

Pero, ¿y las parejas que están obligadas a trabajar juntas en casa?

A priori podría parecer una situación ideal, pero, ¿realmente lo es? Según un estudio reciente realizado en Estados Unidos y China, la experiencia de mezclar las necesidades domésticas con las tareas profesionales plantea desafíos muy diferentes para las parejas heterosexuales casadas. En las diferencias están las tareas del hogar o la dedicación a los niños (la siesta o la merienda), por ejemplo, informa 'Science Alert'.

Los resultados del estudio se basaron en una encuesta de 223 parejas de China y Corra del Sur. Se preguntó a los participantes sobre la cantidad de tareas que realizaron mientras trabajaban desde casa y cómo afectó esto sus compromisos familiares. Se descubrió así que hombres y mujeres no tienen la misma experiencia trabajando desde casa, y las estadísticas revelaron que todos sentían que hacían más cosas en el hogar cuando se encontraban teletrabajando. Eso sí, los hombres generalmente hacían menos tareas y las mujeres aseguraron que el hecho de que estuviera su marido en casa no aligeraba en absoluto la carga doméstica.

Los hombres generalmente hacían menos tareas y las mujeres aseguraron que el hecho de que estuviera su marido en casa no aligeraba en absoluto la carga doméstica

En ambos países encuestados, las esposas informaron que se sentían más culpables por no poder realizar las tareas del hogar y pasar más tiempo con sus familias cuando se les pedía que trabajaran en la oficina. Para los maridos, el mismo sentimiento de culpa solo fue perceptible en los datos de Corea del Sur. Según indicaron los propios autores del estudio: "Los hallazgos sugieren que los maridos podrían ayudar a las mujeres que trabajan a distancia cuando tienen horarios de trabajo más flexibles y hacer más tareas familiares cuando sus esposas tienen horarios de trabajo más rígidos".

Además, tanto hombres como mujeres se sentían más culpables por su trabajo y una mayor sensación de conflicto entre el hogar y la vida laboral, porque realizaban más tareas relacionadas con el hogar mientras trabajaban desde casa.

El objetivo del estudio es mejorar la experiencia de trabajar en casa tanto para los empleados como para los empleadores y mostrar que la flexibilidad es posible.

La pandemia puso el mundo del revés e implantó en el plano laboral algo que muchas empresas llevaban tiempo pensando: el teletrabajo. En un mundo en que era imposible salir a la calle, era normal continuar haciendo el trabajo diario desde la comodidad del hogar. Y de hecho muchas personas parecieron muy satisfechas con la nueva medida, alegando que les permitía conciliar mejor la vida laboral con la personal y se ahorraban el tráfico matutino o tener que comer en la oficina.

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