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'Blue Monday': un absurdo permiso para estar tristes en plena era de la psicología positiva
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PARA LAS PERSONAS "DE PERSIANA BAJADA"

'Blue Monday': un absurdo permiso para estar tristes en plena era de la psicología positiva

Como todos los años, esta efeméride nos obliga a reparar en nuestra infelicidad, motivo de peso para estar más satisfechos que nunca. Desentrañamos cómo gracias a una psicóloga

Foto: Que cada uno rellene el saco con su mayor motivo para ser infeliz. (iStock)
Que cada uno rellene el saco con su mayor motivo para ser infeliz. (iStock)

Si buscabas dar un giro positivo a tu vida con el cambio de año, ya va siendo hora de que lo vayas desechando. La vida es muy larga y da muchas vueltas, por lo que mejor reservar esa buena actitud y disposición para otro momento, tal vez para dentro de otros doce meses. Sí, esto va en contra de todos esos artículos que publicamos dirigidos a obtener la motivación necesaria para afrontar los propósitos, pero es Blue Monday y es el momento de desechar toda pretensión de mejorar nuestra vida. Qué mejor excusa, no en vano dicen que adquirir un hábito cuesta una media de 21 días, justo el plazo que se cumplirá esta misma semana desde que comenzó 2023.

Y, si lo piensas detenidamente y haces un repaso por las vidas ajenas, no estás tan mal. Al menos, no tan mal como podrías estar, como seguro que lo está el compañero de tu trabajo a quien ha abandonado su esposa hace unos meses, o ese otro, aquel hijo de los vecinos de la puerta de enfrente de donde viven tus padres con quien te juntabas de pequeño y que dejaste de saber de él, solo por lo que te hablan de tanto en cuando, ese pobrecillo que por cuarto o quinto año consecutivo (ya todo el mundo ha perdido la cuenta) sigue sin aprobar las oposiciones. Tú no estás tan mal. Después de todo, no se está mal. Ellos en cambio sí. A ellos sí que les espera un Blue Monday repleto de negatividad y malos pensamientos. Mal de muchos consuelo de tontos.

"La tristeza vende mucho", ya que "asociamos este sentimiento a algo que nos falta y que tienen los demás"

¿Un lunes azul? Después de un viernes negro en el que nos volvimos locos por las compras, hoy es el día para estar tristes y lamentarnos por todo lo que deberíamos ser, hacer, saber o con quien estar, ya que sentimos que no somos ni hacemos ni sabemos nada, y encima echamos de menos a muchas personas en nuestra vida que ya no están a nuestro lado. Toca sacar la plañidera que llevamos dentro, regodearnos en nuestra infelicidad o en todos los motivos por los que no estamos tan bien. Aunque no estemos tan mal como otros, ojo. Al final, como era de esperar, la banca siempre gana, da igual que sea un viernes negro o un lunes azul, ya que no hay mejor remedio para la insatisfacción vital que entrar en nuestra tienda favorita y arramplar con todo lo que se nos antoje.

Más que una profecía autocumplida

Resulta paradójico que en un contexto en el que la psicología positiva vive su época dorada se nos permita, al menos por un día, estar tristes. Hoy libramos todos. Ya estamos pidiendo permiso al narrador omnisciente de nuestra vida para dejar de mostrar nuestra mejor cara, cumplir nuestros deberes profesionales y personales con ligereza o de sentirnos bien con nosotros mismos. Más curioso aún es el hecho de que, hasta hace unos años, el Blue Monday no estaba en el boca a boca popular. No lo inventaron los New Order, pero en la época en la que salió su famosa canción en España este tercer lunes de enero podía ser igual que el tercer martes, miércoles o jueves: un día como otro cualquiera pero peor debido a la necesidad de ahorrar después del fastuoso gasto navideño, las gélidas temperaturas de la época que quitan el ánimo de hacer planes a cualquiera o los ya mencionados propósitos que por mucho que nos esforcemos no vamos a cumplir.

"El bienestar mental está reñido con dónde ponemos el enfoque, si en lo bueno que tenemos o lo malo que nos falta"

Cuidado: a más de uno se le irá de las manos el bajón colectivo y sufrirá más de lo necesario, sobre todo si tiene motivos para ello o lleva varios Blue Monday (pero de verdad) seguidos. En ese caso, no está de más hacer un hueco entre tanto propósito y acudir a cita con el psicólogo, lo cual mejorará mucho la situación y posibilitará ese cambio de enfoque necesario para afrontar todo lo demás. "Sí, sí que es cierto que en estas épocas los profesionales de la salud mental tenemos mucha más actividad, junto con el fin del verano", corrobora Mónica Pereira, psicóloga del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (COP), a este diario. "La gente tiende a estar más baja de ánimo debido a muchos factores", admite, pero evidentemente no por los descritos por Cliff Arnall, el creador de tan negativa efeméride.

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De hecho, Arnall lideró una campaña en las Islas Canarias contra su propia creación, tachada de pseudocientífica (como es lógico) al estar amparada en una fórmula sin sentido matemático alguno. Conclusión: el Blue Monday es una estafa hasta para quien lo instauró. Algo en lo que coincide Pereira, quien cree que todo obedece al mercado, como ocurre siempre con este tipo de eventos. "La tristeza vende mucho", opina. "Asociamos este sentimiento a algo que nos falta y que tienen los demás, porque nos han enseñado que con más cosas somos más felices". Ojo, que con cosas no solo nos referimos a objetos y posesiones; también a afectos y conocimientos, más en la época de la economía de la atención donde tu estatus social se mide por el nivel de popularidad en redes sociales, hacer planes inolvidables en pareja o ser el que más domina un tema concreto. El espíritu consumista y posesivo no se detiene solamente ante los objetos físicos, también en los inmateriales, los cuales son más difíciles de conseguir y por ello más codiciados.

Además, tal y como sostiene la psicóloga, uno de los rasgos que más caracterizan a una persona que se sabe y se siente feliz es la generosidad, el dar sin esperar nada a cambio. En cambio, la felicidad en nuestros tiempos capitalistas siempre está asociada al adverbio "más". Una trampa, en todo caso, ya que siempre habrá alguien que tenga más, aunque se pueda ascender mucho en la pirámide social y cultural. "No se trata de poseer más atributos que nadie, sino de saber disfrutar con lo que ahora mismo tienes", recalca Pereira, que pone el énfasis en el enfoque y saber reconocer los momentos buenos de los malos. "El bienestar mental está reñido con dónde ponemos el enfoque, si en lo bueno que tenemos o lo malo que nos falta, pero ello no quiere decir que no debamos centrarnos en lo malo, pues si no tenemos experiencias pasadas negativas no podremos vivir situaciones felices, ya que nos ayudan a comparar para ver dónde estamos".

Cómo medir la felicidad

La felicidad también tiene que ver con ser justos con nosotros mismos, y en este sentido, hacer un balance sobre lo bueno y malo. ¿Cómo? No hay que esperar a que llegue una efeméride como el Blue Monday, sino que existen distintas herramientas que nos permiten saber en qué punto estamos en esa abstracta tarea de ser felices. Pereira pone el ejemplo de la plataforma Authentic Happiness, liderada por el prestigioso psicólogo Martin E. P. Seligman, en la que encontramos distintos cuestionarios para calibrar nuestro nivel de satisfacción con la vida actual. Además, permite hacer un seguimiento si lo rellenamos cada cierto tiempo, pudiendo obtener una perspectiva bastante ajustada de cómo nos encontramos en el momento en comparación a hace unos meses.

En cualquier caso, como resume la psicóloga, además de ser solidarios, si somos realmente felices también debemos sentir que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos. En cierto modo, esto nos daría una perspectiva sobre el sentido de nuestra vida. Y en último término, estar agradecidos, pues como ella bien dice este es uno de los ejercicios que deberíamos realizar todos los días: desde lo más básico (las necesidades materiales de techo y comida), pasando por lo más cotidiano (vivir rodeados de gente a la que queremos y con la que compartimos nuestra vida) hasta lo más trascendental (una pasión o un talento innato). Gracias por todo lo que nos dieron sin pedir nada a cambio, incluso aunque sea Blue Monday.

Si buscabas dar un giro positivo a tu vida con el cambio de año, ya va siendo hora de que lo vayas desechando. La vida es muy larga y da muchas vueltas, por lo que mejor reservar esa buena actitud y disposición para otro momento, tal vez para dentro de otros doce meses. Sí, esto va en contra de todos esos artículos que publicamos dirigidos a obtener la motivación necesaria para afrontar los propósitos, pero es Blue Monday y es el momento de desechar toda pretensión de mejorar nuestra vida. Qué mejor excusa, no en vano dicen que adquirir un hábito cuesta una media de 21 días, justo el plazo que se cumplirá esta misma semana desde que comenzó 2023.

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