Suerte en lo escatológico: ¿por qué los artistas se desean 'mucha mierda'?
Salir a escena no solo requiere una gran concentración, sino que también exige entregarse a la suerte, por eso el teatro es un espacio de rituales y costumbres de todo tipo, siempre acompañados de una terminología particular
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El mundo actoral está repleto de gestos particulares como escudos protectores contra cualquier mala pasada. Salir a escena no solo requiere una gran concentración, sino que también exige entregarse a la suerte: para introducir el cuerpo en otro cuerpo primero hay que salir de él, y en ese viaje los actores y actrices adoptan rituales y costumbres de todo tipo, siempre acompañados de una terminología particular.
Algunas de esas palabras y expresiones que lo mismo las gritan como las susurran han puesto los pies fuera de los 'backstages' y, en la actualidad, no hace falta dedicarse a la actuación para utilizarlas. No sabemos qué hacen aquí, a veces ni siquiera les encontramos mucho sentido, pero son simpáticas.
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Qué bien suena, por ejemplo, lo escatológico que escapa entre bambalinas, pensamos. A nadie le extraña hoy eso de "¡mucha mierda!", a no ser que, verdaderamente, la expresión se corresponda con la realidad. Pero sabemos que no, que en realidad está aludiendo a la suerte. Aunque pensándolo bien, ¿es que podría tener algo que ver la mierda con la ficción? Habrá que ir más allá de bastidores, mucho más allá.
Cuando el teatro era como el oro
Lo cierto es que los orígenes de esta curiosa expresión no está determinado de manera clara (empezamos bien). Sin embargo, los historiadores creen que es una expresión más o menos reciente, justo de la época en que se alzaron los grandes teatros, porque este se contuvo como un arte elevado, algo más bien para señoritos y aristócratas que pudieran permitirse no solo acceder a las salas, sino también comprender el lenguaje de las obras.
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Nos situamos entre los siglos XVI y XVII, la llamada Época de Oro del teatro en Europa. Por entonces, la gente pudiente de las ciudades acudía a ver las representaciones de moda en carrozas tiradas por caballos. Esto nos planta ante una simple regla de tres: cuanto más público llegara, más excrementos de los animales se acumularía en las entradas de los teatros. Mejor no te detengas en imaginar el olor que aquello produciría y sigue leyendo.
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Los olores no eran problema para el elenco y el resto del equipo encargado de la función, ya que así, si en la puerta del teatro había mucha mierda, es que había mucha gente y, por tanto, grandes posibilidades de éxito. Efectivamente, la caca anunciaba la fortuna.
Durante la Edad Media
Sin embargo, existe otra teoría que recorre dinámicas similares, aunque más atrás en el tiempo. Según esta, desearse mucha mierda entre artistas podría haber comenzado a popularizarse en época medieval, cuando estos eran ambulantes.
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En aquel momento, las compañías de teatro iban en su mayoría de pueblo en pueblo y, si en los caminos que recorrían se topaban con una gran cantidad de estiércol, lo agradecían. Aquello les prometía que en ese lugar estaba a punto de celebrarse alguna feria o mercado en los que habría una gran cantidad de público al que entretener.
De esta forma, quienes vivían de esto en la Edad Media comenzarían a desearse "mucha mierda" unos a otros cuando se cruzaban por los derroteros, pues además la idea acotaba estupendamente una larga frase como que allá donde fueran encontraran mucha gente y lograran recaudar bastante dinero.
Nadie desea buena suerte
La cuestión es que nadie, en ninguna parte del mundo, parece desear buena suerte en un teatro. Resulta que no solo es un asunto español, sino que la mala suerte se requiere en muchos otros idiomas. Aunque en lugar de la mierda, se utilizan otras expresiones como 'Toi toi toi', o 'Hals und Beinbruch!' (en alemán: ¡Rómpete el cuello y la pierna!), 'Break a leg!' (en inglés: ¡Rómpete una pierna!), 'In bocca al lupo' (en italiano: En la boca del lobo, empleada sobre todo en el ámbito de la ópera).
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Visto así, al final, la escatológica expresión que a nosotros nos ocupa parece estar más relacionada con las supersticiones que, de forma general, rodean la intención de obtener buena suerte. Este tipo de supersticiones son resultado de la llamada teoría de la compensación. Es decir, la buena suerte solo aparecerá cuando deba compensarse la mala suerte.
El mundo actoral está repleto de gestos particulares como escudos protectores contra cualquier mala pasada. Salir a escena no solo requiere una gran concentración, sino que también exige entregarse a la suerte: para introducir el cuerpo en otro cuerpo primero hay que salir de él, y en ese viaje los actores y actrices adoptan rituales y costumbres de todo tipo, siempre acompañados de una terminología particular.