Es noticia
Por qué acabamos saliendo con personas que no nos atraen físicamente
  1. Alma, Corazón, Vida
DEL "MEH" AL "BUAH"

Por qué acabamos saliendo con personas que no nos atraen físicamente

La atracción es caprichosa y a veces no viene en una primera ni segunda vez. Pero, según un nuevo estudio, casi la mitad de las parejas comenzaron después de varias citas insatisfechas

Foto: Esa cara lo dice todo, pero... ¿Quién sabe? (iStock)
Esa cara lo dice todo, pero... ¿Quién sabe? (iStock)

Las primeras apariencias engañan, y más en el mundo de la seducción o del amor. Seguro que puedes pensar en a alguna persona que, en el momento de conoceros, no te atrajo para nada. Más aún si lo hicisteis en un contexto de cortejo, como viene a ser el hecho de quedar gracias a una app de citas. Estuviste a punto de dejarle con la palabra en la boca y pronunciar las palabras mágicas que te llevarían de vuelta hasta tu casa. Un "me duele la cabeza" o un "mejor nos vemos otro día".

Lo que al principio se suele resumir en un "meh" acaba siendo un "buah". Le diste una oportunidad más; al fin y al cabo, estaba manifiestamente interesado o interesada en ti. Y, al cabo de los días y casi sin darte cuenta, empezaste a ver en él o ella rasgos que te provocaban una sensación de atracción física bastante intensa. ¿Cómo es posible? Siempre nos contaron que eso del amor sucede a primera vista, que los flechazos son reales, que aparece en momentos mágicos y Cupido suelta sus flechas a discreción. Pero no, otras veces, más de las que creemos, la atracción física que da paso al amor se cuece a fuego lento, poco a poco.

"La atracción se alimenta de muchas maneras, y es mejor estar abierto a cualquier experiencia, ya que nunca sabemos lo que nos estamos perdiendo"

Así lo atestigua el estudio anual sobre los solteros que realiza la plataforma de citas Match, cuyos resultados revelan que en casi la mitad de las parejas de reciente formación no había un elemento de atracción física demasiado fuerte en el momento de conocerse. Según la encuesta, realizada a más de 5.000 solteros de edades comprendidas entre los 18 y los 98 años, el 49% de ellos se enamoraron de alguien que no les atraía en un principio. Otro dato curioso es que el 84% de ellos prefieren una cita casual en vez de la clásica cena para conocerse. Y entre los motivos para quedar, el 77% valoró el hecho de hacerlo por conocer a alguien nuevo y el 53% por aprender a mostrar la mejor parte de sí mismos.

La apariencia no es sincera

Por tanto, ¿podríamos decir que las primeras apariencias nunca son buenas? Precisamente, uno de los prejuicios que se tienen frente a este tipo de apps es que solo importa el físico. Es decir, abunda el consumo de cuerpos más que de afinidades, lo que quiere decir que a priori encontrarías muchas más personas con las que acostarte que de las que enamorarte. Esto contradice que haya tantas parejas que al principio se llevaron una mala impresión, pues si no te pone lo más mínimo la persona que acabas de conocer lo más lógico es que rechaces tener una segunda cita con ella.

"Los primeros encuentros suelen estar llenos de inquietud, y es posible que no sepas de verdad quién es la otra persona"

"A menudo obtenemos impresiones rápidas e imprecisas de alguien en función de muchos factores", explica David Tzall, psicólogo neoyorquino, quien ha comentado los resultados de la encuesta en un reciente artículo publicado en Best Life. "Podemos tener una primera impresión positiva por algo externo, como la forma en la que se viste o el color de su pelo, al igual que podemos tener esas mismas impresiones negativas". ¿Qué es lo que determina que nos guste o no la persona en cuestión? El experto razona que es el sesgo de confirmación, es decir, la tendencia a buscar ciertos patrones que respalde nuestras actitudes o valores ya preconcebidos. Esto, en el mundo de la seducción, se expresa por las cualidades de una persona, tanto físicas como de la personalidad, que más valoramos en relación con nuestras experiencias pasadas. Pero en el caso de la atracción, esta puede menguar de pronto o crecer sin que lo esperemos.

"La atracción se alimenta de muchas maneras, y es mejor estar abierto a cualquier experiencia, ya que nunca sabemos lo que nos estamos perdiendo", asegura el experto. "Esta puede crecer cuando vemos cómo trata a alguien de su familia, o cómo habla de sus pasiones, o cómo te consuela cuando te sientes mal o estresado". Cuanto más conectado estés a la persona, más atracción sentirás, tanto en el ámbito emocional como físico. Por tanto, cuantas más interacciones, más posibilidades de que te pilles de alguien que, a simple vista, no te hizo ni fu ni fa.

Foto: Foto: iStock.

Lo que más favorece que exista ese enamoramiento o conexión es hablar de cosas profundas, sostiene Tzall. "Cuanto más rápido desarrolles ese tipo de relación de confianza, más probable es que tu atracción se acelere". Otra de las formas en las que la atracción se dispara es salir de los lugares que habéis frecuentado y apostar por experiencias distintas en las que descubrir áreas de la otra persona que antes permanecían ocultas.

Ahora bien, ¿cuál es el plazo máximo que hay que darse para salir de dudas? Tzall cree que entre tres y cinco citas deberían ser suficientes para saber con certeza si esa persona te interesa o prefieres seguir buscando. "Los primeros encuentros suelen estar llenos de inquietud o ansiedad, y es posible que no sepas de verdad quién es la otra persona", concluye. "Pero a la tercera o cuarta cita, ya te sientes más cómodo y capaz de tomar una decisión basada en las emociones y el pensamiento racional, en vez de una impulsada únicamente por la atracción o las emociones". En caso de que no sientas nada, lo mejor es no jugar con las personas, por lo que deberás dejarle claro que no quieres nada más.

Las primeras apariencias engañan, y más en el mundo de la seducción o del amor. Seguro que puedes pensar en a alguna persona que, en el momento de conoceros, no te atrajo para nada. Más aún si lo hicisteis en un contexto de cortejo, como viene a ser el hecho de quedar gracias a una app de citas. Estuviste a punto de dejarle con la palabra en la boca y pronunciar las palabras mágicas que te llevarían de vuelta hasta tu casa. Un "me duele la cabeza" o un "mejor nos vemos otro día".

Relaciones de pareja
El redactor recomienda