La falacia de detener el tráfico: ¿sirven para algo los botones de los semáforos?

Seguro que te suenan, aunque a veces pasen desapercibidos, porque están por todas partes. Allí donde hay un semáforo hay también un botón que incita al viandante a pulsarlo. Aprieta aquí y el tráfico se parará, los coches deberán respetarte, adelante, aprieta y pasa. ¿Quién no lo ha pulsado antes de preguntarse si realmente funcionaba? Pues, ¿funcionan realmente estos curiosos botones?

El asunto traspasa todas las fronteras, es una duda mundial, y también un impulso alimentado por esas prisas que siempre llevamos aquí y allá. Además, a los más pequeños les encanta. Aprenden pronto el mecanismo: acercarse y poner el dedo una y otra vez, nunca basta con una. Después, tal vez se nos olvida, o tal vez es que nos damos cuenta de que hay truco.

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El Confidencial

Como explicaba en un artículo para CNN, estamos hablando de "botones de placebo". Efectivamente, tus sospechas se cumplen, y aun así te sorprenderá esta historia tan cotidiana como escondida en nuestra narrativa veloz.

Un efecto psicológico

En 2018, la cadena estadounidense entrevistó a Ellen Langer, miembro del departamento de psicología de la Universidad de Harvard. Langer sacó a relucir un concepto: la "ilusión de control" satisfecha en cada uno de nosotros al presionar dichos botones. Este efecto psicológico está relacionado con el hecho de que realizar una acción, por ínfima que parezca, consigue que las personas sientan que controlan una situación.

Según dicho medio, que cita un comunicado del Departamento de Transporte de la Ciudad de Nueva York, solo el 10% de los 1.000 botones que hay por toda la ciudad en sus pasos de peatones funcionaron en 2018. Sin embargo, esta tasa es mucho más baja que en 2004, cuando al menos tres cuartas partes de los mismos funcionaban.

En Londres, Reino Unido, al presionar el mismo tipo de botón se activa un letrero luminoso que dice "esperar". Vamos, que lo de la posibilidad de cruzar más rápidamente para el peatón es tarea imposible y el propio mecanismo habilitado para ello te lo deja bien claro.

La estrategia de las autoridades

Por supuesto, no todos los botones para el peatón que llevan los semáforos son iguales. Además, llegados a este punto, no solo es que no están diseñados para tener un efecto inmediato, sino que su objetivo es informar al semáforo de que hay un peatón esperando para cruzar el paso de cebra. Tantos años entendiéndolo mal...

Así, el descenso del número de botones en funcionamiento cerca de los pasos de peatones no es fruto de la casualidad. Lo que ocurre es que desde hace años las autoridades públicas no reparan estos dispositivos o incluso interrumpen voluntariamente el funcionamiento de algunos de ellos.

Recuerda que la coordinación de los semáforos, que en ocasiones supone un auténtico quebradero de cabeza, es difícil de conciliar con las ganas de los peatones de frenar el tráfico casi de golpe. Esto podría suceder hace décadas, cuando el número de vehículos aún no era tan desorbitado. Hoy en día, las ciudades van reduciendo en gran medida los botones para peatones o, en el caso de otras, mantienen este servicio, pero solo en franjas horarias concretas.

Según Langer, los botones de placebo no son inherentemente malos: "Puede que no tengan ningún efecto, pero, por otro lado, cuestan casi nada y brindan una sensación de tranquilidad a sus usuarios. En el caso de los pasos de peatones, la presencia de estos botones permite aún más seguridad. De hecho, es más seguro presionar el botón y esperar que cruzar de todos modos para ganar unos segundos", señala.