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Una broma absurda: no sabe qué hacer con 2.000 pasteles que un cliente le pidió
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Una broma absurda: no sabe qué hacer con 2.000 pasteles que un cliente le pidió

Una pastelera recibe un pedido enorme para cubrir un banquete, pero el solicitante jamás pasa a pagar y recoger las tartas que encargó

Foto: Los pasteles se iban a caducar y no estaban pagados (Brooke Lark para Unsplash)
Los pasteles se iban a caducar y no estaban pagados (Brooke Lark para Unsplash)

Ser emprendedor es duro, y más si se trata de una pastelera independiente. Hay que tener en cuenta muchos factores como lo que te cuesta hacer tu producto, el tiempo que le dedicas, los proveedores de los materiales, cuánto cobrar a tu cliente final o cómo hacer envíos. Lo más difícil de todo es la confianza en que cada cliente pague a tiempo. Por desgracia, a veces, el cliente desaparece y no paga.

Esto fue lo que le sucedió a Yadira Reyes, una vecina de Ciudad Victoria, en México. Ella es una pastelera que regenta una pastelería por su cuenta. Hace tartas personalizadas de todo tipo y la vende de manera local. Este mes de diciembre, recibió un gran pedido. Un cliente solicitó 2.000 pasteles individuales para surtir un banquete.

Ella realizó todo el pedido a tiempo, pero se quedó esperando al cliente, que nunca apareció para recoger los pasteles ni liquidó el importe que faltaba por pagar. "Buenas noches, nos realizaron un pedido de 2.000 pasteles individuales, los cuales no pasaron a por ellos y la persona responsable no fue a liquidar el trabajo realizado", publicaba Yadira en su cuenta de Facebook junto con una foto de los pasteles.

Sus clientes más fieles intentaron ayudarla

La pastelera lanzó un grito de auxilio por la red social, explicando que estaban “intentando recuperar algo de la inversión y, por la magnitud del pedido, no queremos que se nos vayan a caducar”. Intentaba dar salida a sus pasteles para no tener que tirarlos a la basura.

Debido a la situación extraordinaria, Yadira hizo un buen precio e invitó a sus clientes a pasarse a por un par de tartitas. “Estamos rematando los pasteles a $30 pesos cada uno y 2 por $50 pesos. El que guste apoyarnos, estamos en 10 de Bravo y Allende, 502”, explicaba. $30 pesos mexicanos son unos 1,45 € al cambio. $50 pesos, unos 2,41 € al cambio, precios muy económicos para intentar recuperar la inversión de materiales.

Por suerte, días después, Yadira publicó en su misma cuenta de Facebook que ya había dado salida a todos los pasteles y agradecía de todo corazón a sus clientes por la ayuda prestada. Muchos internautas duraron de la veracidad de la historia, pero Pasteles Yady nunca olvidará la generosidad y amabilidad de su clientela de toda la vida en una situación tan difícil como esta.

Ser emprendedor es duro, y más si se trata de una pastelera independiente. Hay que tener en cuenta muchos factores como lo que te cuesta hacer tu producto, el tiempo que le dedicas, los proveedores de los materiales, cuánto cobrar a tu cliente final o cómo hacer envíos. Lo más difícil de todo es la confianza en que cada cliente pague a tiempo. Por desgracia, a veces, el cliente desaparece y no paga.

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