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¿Ha comenzado nuestra extinción? La futura desaparición del cromosoma masculino
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¿Ha comenzado nuestra extinción? La futura desaparición del cromosoma masculino

Un nuevo estudio ofrece pistas sobre lo que ocurrirá cuando el cromosoma Y se haya degenerado por completo de nuestro material genético a partir de especies mamíferas a las que ya les ha pasado

Foto: Foto: iStock.
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En los humanos, como en otros mamíferos, nuestro sexo biológico viene determinado por la combinación de dos cromosomas sexuales (X e Y). Estos son orgánulos con forma de filamentos que se encuentran dentro de una célula eucariota. Todos los ejemplares de una especie tienen el mismo número de cromosomas en sus células, en el caso de los seres humanos son 23 pares que suman en total 46. Una mitad pertenece a la madre y otra al padre. Por otro lado, un óvulo ocntiene siempre un cromosoma X, mientras que un espermatozoide contiene un X o un Y. Si un espermatozoide con cromosoma X fecunda el óvulo, el embrión será de sexo biológico femenino (XX), mientras que si es un Y, el embrión resultante será de sexo biológico masculino (XY).

Esta es la teoría. Sin embargo, según un nuevo estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Science realizado en ratas (un mamífero con una composición cromosómica muy similar a la nuestra), el cromosoma Y humano se está degenerando y podría llegar a desaparecer en unos pocos millones de años. Si es que todavía seguimos habitando el planeta y no nos hemos extinguido, ya que es una cantidad brutal de tiempo, de forma natural empezaremos a desarrollar un nuevo gen sexual.

"Si alguien visitara la Tierra dentro de 11 millones de años, es posible que no encontrara seres humanos, sino varias especies humanas diferentes"

El cromosoma X contiene cerca de 900 genes que codifican información de todo tipo que no está referida al sexo biológico. Sin embargo, la Y posee muchos genes de ADN no codificante, lo que quiere decir que mucha de su información no es de utilidad o repite la ya contenida en la X. De ahí la función esencial que cumple: determinar el sexo biológico con el que nacerá el individuo a partir de la activación de otros genes que regulan el desarrollo de un testículo que, poco a poco y a medida que el feto vaya creciendo, comenzará a producir hormonas masculinas (entre ellas la testosterona), lo que asegura que el bebé se desarrolle como un niño. Esto sucede alrededor de las doce semanas después de la fecundación, originando un "gen maestro" al que llaman SRY desde 1990, cuando empezaron a desarrollarse los estudios sobre el genoma humano.

La degeneración del cromosoma Y

Esta investigación ha ido un paso más allá a la hora de aproximarse a cuánto se ha degenerado el gen Y, llegando a la conclusión de que ha sufrido una pérdida de unos cinco genes por un millón de años. Si tenemos en cuenta que la evolución de los mamíferos se ha dado en torno a 166 millones de años, llegaremos a la conclusión de que solo quedan cerca de 11 millones para que ya no quede ni rastro del gen que determina el sexo biológico de los seres humanos.

De desaparecer el cromosoma Y, acabaríamos desarrollando un nuevo gen que determine nuestro sexo biológico

Lo más curioso es que ya hay mamíferos, en este caso roedores, que han visto cómo desaparecía de su código genético el cromosoma Y. En concreto, los topos de Europa del este y las ratas espinosas del lejano Japón, para quienes el cromosoma X permanece en una dosis única o doble en ambos sexos. Ya en 2017 se detectó la primera rata espinosa sin el gen SRY, una especie que, por cierto, se encuentra en peligro de extinción.

En dicho estudio, la mayoría de los genes de la Y se habían reubicado en otros cromosomas, pero aun así no se encontró ni rastro del gen SRY que favorece la producción de hormonas masculinas. Ahora, el equipo de investigación ha descubierto que la rata ha desarrollado un nuevo gen que le sustituye en el cromosoma número 3, el SOX9. Una pequeña duplicación del mismo se encontraría presente en todos los hombres y en ninguna mujer. Así, concluyeron que esta diminuta porción de ADN duplicado contiene el interruptor que activa SOX9, cuando interactúa con el cromosoma Y.

Foto: Foto: EFE/Carlos Barba.

Los autores especulan que, de avanzar hasta la desaparición del cromosoma Y, acabaríamos desarrollando un nuevo gen que determine nuestro sexo biológico, al igual que ha sucedido con las ratas espinosas de Japón. "Pero, ¿qué pasaría si más de un nuevo código genético evoluciona en diferentes partes del mundo?", se preguntan desde la revista Science Alert, que se ha hecho eco del estudio. "Una guerra de los genes sexuales podría conllevar a una nueva separación sexual de especies, que es exactamente lo que ha ocurrido con los topos europeos y las ratas espinosas. Entonces, si alguien visitara la Tierra dentro de 11 millones de años, es posible que no encontrara seres humanos, sino varias especies humanas diferentes, separadas por sus diferentes sistemas genéticos de determinación del sexo biológico".

En los humanos, como en otros mamíferos, nuestro sexo biológico viene determinado por la combinación de dos cromosomas sexuales (X e Y). Estos son orgánulos con forma de filamentos que se encuentran dentro de una célula eucariota. Todos los ejemplares de una especie tienen el mismo número de cromosomas en sus células, en el caso de los seres humanos son 23 pares que suman en total 46. Una mitad pertenece a la madre y otra al padre. Por otro lado, un óvulo ocntiene siempre un cromosoma X, mientras que un espermatozoide contiene un X o un Y. Si un espermatozoide con cromosoma X fecunda el óvulo, el embrión será de sexo biológico femenino (XX), mientras que si es un Y, el embrión resultante será de sexo biológico masculino (XY).

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